Macri quedó al frente del Mercosur con el plan de abrir más el comercio
Busca reorientar el bloque hacia acuerdos más flexibles; hizo fuertes cuestionamientos a Venezuela y Nicaragua
MONTEVIDEO.- El presidente Mauricio Macri no se conformó con un acto protocolar y buscó un significado político; no asumió la presidencia pro témpore del Mercosur como un mero pasaje del timón burocrático de un bloque comercial que se desdibujó en los últimos años, sino que buscó erigirse en líder de la región. Lo hizo aprovechando el impulso de la Cumbre del G-20, sin esperar el desembarco de Jair Bolsonaro en el club del Cono Sur y con un claro intento de reorientar la sociedad regional.
El Presidente, en sintonía con el giro ideológico en la región, apuntó a la apertura comercial del bloque, que se ha mantenido cerrado, sin acuerdos relevantes con otros Estados. "Tenemos que poner el esfuerzo en la integración con el mundo", dijo Macri luego de recibir la presidencia del Mercosur de manos de su par uruguayo, Tabaré Vázquez.
Además, intentó levantar su voz para denunciar al gobierno de Venezuela como una dictadura sin eufemismo alguno. Macri advirtió que Sudamérica sufre "una crisis humanitaria" y planteó la necesidad de sumar esfuerzos en forma inmediata para proteger "los derechos de millones de venezolanos que escapan del hambre, la violencia, la falta de oportunidades y de la dura represión de su propio gobierno".
La cumbre no tuvo sorpresas en cuanto a acuerdos, pero marcó un tono diferente del que había en los años de coincidencia "progresista". El anfitrión, Tabaré Vázquez, fue diplomático sin salirse de un libreto protocolar, mientras el presidente de Bolivia, Evo Morales, quedó en situación incómoda, mientras se criticaba a gobiernos de Venezuela y Nicaragua. Evo estaba más cómodo con socios anteriores, como José Mujica, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Maduro o los Kirchner.
El mayor destaque del presidente boliviano fue su oferta de sumarse a la propuesta para sede del Mundial de fútbol de 2030.
Los planteos de apertura comercial del bloque, expresados por Macri, contaron con el visto bueno de los presidentes Mario Abdo Benítez, de Paraguay, y Michel Temer, de Brasil, aunque este último está en sus últimas horas en el cargo. "Todos hemos asumido que el Mercosur ha cumplido realmente una tarea importante durante décadas, pero ha quedado demasiado aislado respecto de otros bloques", señaló Macri, en una expresión más diplomática que realista.
El Mercosur fue fundado en 1991 y logró avances concretos en cada cumbre, hasta que su proceso se interrumpió, primero por emergencias económicas y luego por perfiles políticos de los gobiernos de la época.
En enero de 1999, Brasil había sufrido el final del Plan Real y la devaluación de su moneda desacomodó a toda la región: la Argentina y Uruguay habían entrado en recesión en la primavera de 1998 y cada país trató de salvarse como pudo.
Luego vino la "era progresista", que privilegió posturas políticas sobre las económicas y que habilitó la entrada de Venezuela.
Ahora, Macri trató de marcar la cancha regional avistando otro Mercosur, más comercial, más abierto al mundo, aunque no menos político: por eso fue enfático en criticar la falta de libertad y democracia en Venezuela y Nicaragua.
La cumbre terminó con una declaración en la que los presidentes expresaron deseos de "una próxima conclusión exitosa de las negociaciones en curso" con la Unión Europea para "una pronta conclusión de un acuerdo ambicioso, amplio y equilibrado". También saludaron progresos en negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), con Canadá y las reuniones con Corea y Singapur.
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