Tras evaluar la situación, Macri decidió ratificar la postura oficial sobre Bolivia pero evitar la palabra "golpe"
Luego de escuchar las voces disonantes de su propio espacio político, y de realizar anoche una evaluación en conjunto con su equipo más cercano, el presidente Mauricio Macri decidió salir a ratificar hoy en un acto público su posición sobre la crisis institucional boliviana, que incluyó la renuncia de su presidente Evo Morales, ya exiliado en México.
El jefe de gabinete, Marcos Peña; el canciller Jorge Faurie y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, participaron del encuentro en el que se decidió salir "ya" a "ratificar" la postura argentina, centrada en las elecciones "limpias y justas" como método para resolver el entuerto, pero sin mencionar de manera explícita la existencia o no de un golpe de Estado contra Morales, que fue la discusión más fuerte que generó la postura del Gobierno. La definición explícita y la condena a un golpe de Estado fue la postura asumida no sólo por el electo Alberto Fernández y todo el peronismo, sino además por miembros de Cambiemos como la cúpula de la UCR y algunos macristas como Daniel Lipovetzky o Camila Crescinbeni.
"Era un lugar propicio que se pudiera recordar lo que veníamos diciendo", afirmaron cerca del jefe de gabinete. Recordaron que "lo único nuevo" en el discurso presidencial es el llamamiento a la Carta Democrática Interamericana de la OEA, "cuyos principios reafirmamos" según dijo el Presidente, que establece que "celebración de elecciones libres y justas esenciales para la democracia".
"Hay un poco de progresismo simplista difícil de combatir en la Argentina", se quejó una alta fuente diplomática en relación a las posturas del kirchnerismo sobre Bolivia, que incluyeron críticas directas al canciller Faurie. Y afirmaron que la postura argentina "va en línea" con la de Estados Unidos, Canadá y "países de la región no bolivarianos".
Allí aparecen críticas hacia Fernández por sus críticas directas a Faurie y su postura en general. "Si no te gusta nuestra postura, anunciá que la vas a cambiar apenas asumas. Pero hacerlo personal es malo, aunque ya lo hizo con (Héctor) Timerman y la propia Cristina Kirchner cuando criticó el Memorándum con Irán", recordaron desde un importante despacho de Balcarce 50. "Estamos haciendo una transición fenomenal, no la puede empiojar por lo que pasa en Bolivia", agregó otro funcionario.
Más allá de que Macri no lo haya mencionado en su discurso, la postura sigue siendo que lo ocurrido en Bolivia "no es" un golpe de Estado, aunque se monitorea "minuto a minuto" la situación en el vecino país, que podría incluir perjuicios directos para la Argentina como la distribución de gas. ¿Y el comunicado conjunto de repudio? "Nunca estuvo bajo análisis", sostuvieron cerca del Presidente.
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