Macri ratificó su alianza electoral con Sobisch
Mauricio Macri volvió del Mundial. Y volvió a las fuentes.
Por un lado, reflotó sus alianzas originales: se reunió ayer con Jorge Sobisch y se reencontrará hoy con Ricardo López Murphy. Por el otro, reforzará en su discurso uno de los temas con los que más hizo campaña: la inseguridad. En ambos retornos subyace la idea de diferenciarse de Roberto Lavagna, otro posible candidato presidencial para 2007, con el que -al menos por ahora- no piensa establecer ningún diálogo.
"Con Sobisch hacía meses que no nos veíamos, pero la relación sigue igual que antes", dijo ayer a LA NACION el diputado de Pro en el sector VIP del café del Museo Renault, en esta capital, donde habló durante casi una hora con el gobernador de Neuquén. El jefe del Movimiento Popular Neuquino fue aún más directo: "No se ha modificado en nada la estrategia de trabajo que teníamos. Ninguno de los dos baja las expectativas que tiene".
En otras palabras, ambos dirigentes continuarán trabajando en el armado de sus candidaturas presidenciales y "cuando se acerque fin de año" resolverán quién es el candidato del sector, ya sea con una elección interna o por consenso si las encuestas marcan una gran diferencia. Sobisch es consciente de que hoy está muy por debajo de Macri en los sondeos y por eso no cierra la posibilidad de un acuerdo sin necesidad de ir a las urnas. "Nadie se suicida en política", argumenta.
La reunión no le cayó bien a López Murphy, admitieron fuentes de su entorno. El jefe de Recrear está peleado con Sobisch y creía que el acuerdo de su socio en Pro con el mandatario patagónico había quedado congelado cuando Macri, antes de viajar a Alemania, dijo que estaba preparado para ser el candidato del frente de centro para enfrentar a Néstor Kirchner.
Tras la llegada de LA NACION, único medio presente en el lugar de la reunión, un colaborador de Macri tuvo que avisar del encuentro con Sobisch a la gente de López Murphy para que "no se entere por los medios".
De todas maneras, el presidente de Boca insistió ayer en que "el próximo paso" para la construcción nacional de su candidatura será el documento de base que Pro presentará el próximo mes y por el cual este mediodía se encontrará con López Murphy. Ambos dirigentes reunirán a fines de este mes a su gente en un congreso único.
Objetivo: la seguridad
Paralelamente, Macri preparará otro encuentro con los equipos técnicos de Sobisch. "En 30 días vamos a hacer un congreso sobre seguridad para mostrarle a la Argentina cómo se puede combatir el delito", dijo el gobernador, que está instrumentando en su provincia un plan que -asegura- es "único en América latina".
Para Macri, "la oposición tiene que hacer que se debata el tema de la inseguridad". El diputado calificó de "desastre" la reforma del Código Penal que se debate en el Ministerio de Justicia y que disminuye las penas previstas para varios delitos.
La inseguridad es uno de los temas en los qué más énfasis pone Macri -de hecho lo sufrió en carne propia cuando fue secuestrado-; es también un tópico que puede diferenciarlo de Lavagna, cuyo discurso está más centrado en la economía y en la política exterior.
La posible candidatura del ex ministro de Economía fue analizada en la reunión de ayer. "Hablamos de Lavagna, como también de otros políticos", confirmó Sobisch, pero aclaró que "es prematuro" pensar en un contacto directo con el economista.
Aunque la reunión fue a solas, casi toda la segunda línea macrista se juntó con su jefe antes de la llegada de Sobisch. Estaban el vicepresidente de Compromiso para el Cambio (CPC), Horacio Rodríguez Larreta; el diputado Federico Pinedo; el legislador bonaerense Jorge Macri, y el dirigente Carlos Tramutola.
También concurrieron Gabriela Michetti, titular del bloque CPC en la Legislatura y una de las más firmes impulsoras de que Macri sea candidato a jefe de gobierno porteño antes que a presidente (lo cual implicaría un probable apoyo a Lavagna en la competencia contra Kirchner) y el diputado Eugenio Burzaco, primer dirigente macrista que se reunió con el ex ministro. Sin embargo, el ánimo que primó fue el de seguir impulsando la candidatura nacional de Macri y no alentar, por ahora, ningún acuerdo con Lavagna.
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