Maniobras para fulminar la pluralidad
El Gobierno defiende la nueva regulación sobre los medios en la necesidad de que se expresen "todas las voces". Y sostiene que la ley no es el instrumento de una persecución facciosa , sino "la ley de la democracia".
El Frente Amplio Progresista (FAP), que lidera Hermes Binner , se ha propuesto a partir de ayer mostrar una nueva fisura en esa retórica. Los legisladores de ese frente denunciaron que Cristina Kirchner , al impedir que el representante que ellos eligieron se incorpore al directorio de la Autoridad Federal del Sistema de Comunicación Audiovisual (Afsca) como establece la nueva normativa, usurpó sus derechos.
Por ser la tercera fuerza del Congreso, al FAP le corresponde uno de los dos sillones previstos para la oposición en la Afsca. El otro lo ocupa la UCR, que destacó allí a Marcelo Stubrin.
El FAP propuso a Alejandro Pereyra, un reconocido experto en derecho de las telecomunicaciones. Pero la Presidenta, alegando que había sido objetado por algunas organizaciones vinculadas con la comunicación social, no lo designó.
El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, devolvió a la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual el pliego de Pereyra para que el FAP lo sustituya. Los dirigentes del FAP, encabezados por Norma Morandini y Margarita Stolbizer, presentaron ayer un escrito ante la Bicameral rechazando ese procedimiento por ilegal y abriendo la puerta a un conflicto judicial. Los acompañó con su firma el presidente de los diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra.
Los legisladores del Frente recuerdan que las facultades del Poder Ejecutivo se reducen a publicar los antecedentes de la persona nominada y, al cabo de 10 días, designarla. Ni la ley ni el decreto 1525, que la reglamentó, prevén que la Presidenta pueda rechazar la propuesta de una fuerza opositora. Tampoco la Bicameral podría hacerlo. En todo caso, es esa fuerza parlamentaria la que debería retirar a su postulante si las objeciones le parecieran aceptables.
Más allá de que se ajuste a los reglamentos, el argumento del FAP es muy razonable. La posibilidad de que el Ejecutivo no designe al candidato que le propone la oposición podría dar lugar a maniobras de mala fe. La Casa Rosada podría inducir a asociaciones afines a que impugnen al aspirante y luego, basándose en esas objeciones, negarle la incorporación a la Afsca.
Los legisladores del FAP aseguran que es lo que ocurrió con Pereyra. El FAP lo postuló, el kirchnerismo puso reparos triviales a través de sus propias organizaciones y la señora de Kirchner, con la excusa de esos reparos, se negó a designarlo. Además, continúa el reproche, cometió un error técnico: Abal Medina no tiene competencia alguna para devolver el pliego a la Bicameral, ya que las normas prevén que en este proceso intervenga "el Poder Ejecutivo", cuyo titular es la Presidenta . El énfasis del FAP no se inspira sólo en pruritos procesales. En ese frente creen que el rechazo de Pereyra se debe a que la señora de Kirchner y Martín Sabbatella, el titular de la Afsca, quieren liberarse de la vigilancia de un especialista sobre sus decisiones.
Pereyra fue promovido por el FAP a instancias de Stolbizer, rival de Sabbatella en Morón. Se trata de un abogado muy reconocido en el área del derecho de los medios de comunicación social. A lo largo de su carrera patrocinó a innumerables licenciatarios, entre ellos varios que militan en el oficialismo, como las cooperativas radiales ligadas a Sabbatella o al piquetero Luis D'Elía. En la Casa Rosada conocen bien estos antecedentes: Pereyra fue director de asuntos jurídicos del Comfer cuando ese organismo era presidido por Gustavo López, el actual subsecretario general de la Presidencia. Según un diputado del FAP, "ellos saben que Alejandro tiene dominio de cada expediente y conoce de radiodifusión mucho más que cualquier delegado del Gobierno; por esa razón no lo quieren controlando lo que hacen". Para dar más realismo a esa tesis, en el Frente aseguran que "cuando le llevaron el nombre de Pereyra, Cristina instruyó a [Alfredo] Scoccimarro: «A ese abogadito me lo hacés impugnar porque nos va a traer problemas»". Habladurías.
El veto kirchnerista contra Pereyra debilita la armadura discursiva del Gobierno. De "todas las voces" falta una, la que el propio oficialismo ha silenciado a través de una interpretación maliciosa de los procedimientos. Para mayor curiosidad, la agrupación a la que se excluye de la Afsca votó en 2009 a favor de la ley de medios. Nadie podrá recurrir, entonces, a la cantinela de que Binner, Stolbizer o Pereyra son "empleados de Magnetto".
Estas peculiaridades vuelven más incomprensible la estrategia oficial. La principal recriminación a la política mediática del kirchnerismo es que pretende silenciar a quienes lo critican. La exclusión del FAP refuerza la verosimilitud de ese reproche. El gobierno que no tolera la diversidad de voces en el espacio periodístico es el mismo que tampoco soporta disidencias en el Afsca. La renuncia a la pluralidad comienza en el organismo que debe garantizarla. Y se extiende a las emisoras controladas por el kirchnerismo empresarial, como acaba de demostrar la expulsión de Marcelo Longobardi de Radio 10 por decisión del zar del juego Cristóbal López.
La solidaridad de la UCR con el FAP es significativa, no sólo porque ambas fuerzas negocian alianzas electorales en varios distritos. También porque el Gobierno exhibe la integración del radicalismo al Afsca como una prueba de su propia amplitud. En su último discurso de la Plaza de Mayo, la Presidenta dedicó más elogios a Hipólito Yrigoyen y a Raúl Alfonsín que a Juan Perón. Y el aparato de propaganda oficial promueve a Leopoldo Moreau como un aliado invalorable en la lucha contra "los medios concentrados". Otra curiosidad: cuando se sancionó la ley fue muy difícil detectar el entusiasmo de Moreau. En aquel momento, y a instancias de José Luis Manzano, ese dirigente radical representaba al Grupo Uno en las asociaciones de radios y de TV que se oponían a la reforma. Debe ser obra de la casualidad que Moreau haya abierto los ojos a las virtudes de la ley en el instante en que el Grupo Uno comenzó a defenderla por los servicios que podría prestarle en su guerra con Clarín.
Mientras se dirime la incorporación del FAP, Sabbatella va poniendo en funcionamiento la Afsca. Obediente a su ancestral inclinación por las grandes burocracias estatales, propuso una estructura administrativa elefantiásica. En comparación con el antiguo Comfer, el organigrama de Sabbatella multiplica por tres la asignación de tareas ejecutivas a funcionarios de la Afsca. Esa asignación representa un refuerzo salarial que, según la jerarquía del cargo, a veces llega al 300%. Facundo Nejamkis, secretario administrativo de la Jefatura de Gabinete, y Juan Carlos Pezoa, secretario de Hacienda, aprobaron la propuesta.
Sin embargo, hasta que le giren los recursos, la Afsca de Sabbatella pasa algunas estrecheces. Una de sus dependencias, la Defensoría del Público, todavía no está en funcionamiento por falta de presupuesto. Para superar el inconveniente, el diputado Agustín Rossi, presidente de la Bicameral, pidió al presidente de la Cámara, Julián Domínguez, que se haga cargo de las designaciones y los gastos de la Defensoría hasta tanto el Ministerio de Economía le otorgue sus propios fondos. Rossi envió a Domínguez una lista de 21 personas para que las designe con distintas categorías. A la cabeza de la lista figura la defensora Cynthia Ottaviano, investigadora estrella del Grupo Clarín en Telenoche Investiga , que en la actualidad investiga a ese grupo para el diario oficial Tiempo Argentino. Contra lo que aseguraba Einstein, Ottaviano no consigue ahora los mismos resultados, aun cuando aplique, se supone, los mismos métodos.
Sabbatella no tiene recursos para Ottaviano, pero en la última sesión de directorio, el viernes pasado, pidió que le aprueben algunos gastos que hizo por su cuenta. Son las contrataciones de Illia Kuriaky, Airbag, Molotov, Los Cafres, Charly García, Diego Torres, Horacio Fontova, Chango Spasiuk, Juanse, Dread Mar I, Los Pericos, Arbolito y La Bomba del Tiempo, entre otros artistas y bandas que actúan en los Festivales por la Libertad, la Democracia y la Diversidad que se realizan en distintas ciudades del país para celebrar la ley de medios y promover a Sabbatella. El ciclo está a cargo de la Afsca y el Ministerio de Planificación. Lleva un nombre que tal vez irrite a la excluida dirigencia del FAP: Todas las Voces.
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