Massa presentó su plan de "seguridad ampliada"
Promueve el uso de la "logística" de las Fuerzas Armadas en los barrios que están tomados por el narcotráfico
Excrementos enteros afloran ininterrumpidamente por los pasillos del laberinto de cemento. La Gendarmería, que daba seguridad, fue desplazada a los confines del barrio. La policía, que se quedó, sólo es vista por los vecinos cuando pasa a cobrar la cuota narco. Nuevos pobres intentan sumarse cada día y levantar una casucha en cualquier rincón, antes de que los corran a tiros los viejos pobres, que no quieren más inodoros explotando en las veredas. Sólo la sonrisa de Carlos Tevez aparece de tanto en tanto, en las paredes, iluminando Fuerte Apache. Fuerte cloaca.
Esa barriada desesperante llamada oficialmente Ejército de los Andes, en Tres de Febrero, fue el escenario elegido ayer por Sergio Massa para presentar su propuesta de "seguridad ampliada", que implica el despliegue de las Fuerzas Armadas como auxiliares de las fuerzas policiales en los barrios tomados por el narcotráfico, pero aportando también sus médicos y pelotones sanitarios, comedores de campaña y la logística para, por ejemplo, asistir en la ingeniería y construcción de desagües.
La propuesta del candidato a presidente de UNA viene acompañada por tres proyectos de ley. Dos de ellos destraban las restricciones que plantean las leyes de defensa y seguridad interior. El tercero crea la ley de seguridad ampliada y facultades subsidiarias de defensa.
Este texto regula el modo en que las Fuerzas Armadas pueden "participar temporalmente" y en territorios delimitados expresamente junto con las fuerzas de seguridad en tareas de patrullaje, prevención, "inteligencia asignada específica", peritajes e "intervención en actividades ilícitas de interés nacional y/o de seguridad internacional".
"Se trata de declararle la guerra al narcotráfico y reconocerlo como el principal enemigo externo del país. Queremos que el Ejército pueda entrar a los barrios para asistir en la logística de seguridad, pero también pueda patrullar las fronteras, para liberar a los gendarmes que hacen esa tarea y asignarlos en los barrios de las grandes ciudades", dijo Massa a LA NACION.
Fue al finalizar una recorrida que incluyó la feria del barrio, la canchita de fútbol del Club Santa Clara y una charla con madres que contaron lo que pasa cuando no hay cámaras en el lugar: que las armas y la droga circulan libremente, que en las "salitas" no hay médicos ni remedios, que en las comisarías no les toman las denuncias y que, desde que alguien decidió que Gendarmería saliera del barrio, todo empeoró. "Estamos solas", resumió una de ellas.
Presencia ajena
Hasta dos jóvenes kirchneristas se sumaron a la ronda. "Anticurtistas", aclararon, en referencia a Hugo Curto, intendente desde 1991. Uno enumeró los males del barrio y la gestión oficialista. De pronto, y como si su mundo entrara en cortocircuito, interrumpió su discurso y abandonó el salón acusando a Massa de "neoliberal". La otra joven, que dijo militar en Nuevo Encuentro, lloró cuando intentó explicar qué hacía ahí, con Massa y su ideología a cuestas. Pero se quedó hasta el final.
"Nosotros queremos que la logística del Ejército sirva para ampliar la capacidad del Estado de dar seguridad. ¿Cuánta gente preparada está al pedo en los cuarteles? ¿Cuántos médicos del Ejército podrían estar acá? Hablo de seguridad ampliada o seguridad humana: que el Estado intervenga contra el narcotráfico, pero también con un servicio educativo y sanitario", explicaba Massa a la ronda.
A su lado, estaban Martín Jofré, su candidato local, los diputados Ramiro Gutiérrez y Rubén Eslaiman, y Diego Gorgal, su especialista en seguridad y narcotráfico.
Gutiérrez es el autor de los tres proyectos que regulan las nuevas tareas que cumplirían las Fuerzas Armadas. Algo que el kirchnerismo instauró de facto, pero en menor escala, al enviar soldados a algunas villas, de la mano de La Cámpora y las Madres de Plaza de Mayo. O al habilitar por decreto el uso de radares, aviones y efectivos militares para patrullar la frontera.
"Hoy, esos militares tienen que decir que «hallaron droga», que se la encontraron, porque no tienen respaldo legal para buscarla", explicó Gorgal a LA NACION. "La idea es tener un marco legal para utilizar las capacidades militares en la logística contra el narcotráfico. Pero sin llegar al modelo fallido de México, donde el Ejército cumple tareas policiales", completó.
"Salvo la Argentina, Uruguay y Chile, los países de la región adoptaron el sistema de seguridad ampliada, que también funciona en Europa", indicó Gutiérrez.
Su proyecto no sólo habilita a las Fuerzas Armadas a realizar patrullajes o actuar ante delitos flagrantes. También busca incorporar a la Aduana, la DGI y Migraciones como parte de la estructura de seguridad, para perseguir el lavado de activos. Ésa es la otra cara del narcotráfico, la de las ganancias. La que no aflora en los pasillos de Fuerte Apache.