"Me resulta incómodo hablar de mis colegas"
Explicaciones de la jueza Junod
GINEBRA (De un enviado especial).- Christine Junod miró directo a los ojos durante las casi dos horas que duró la entrevista. Frontal, su primer comentario fue que todo lo que diría sería "on the record". "Lo que puedo decir se lo diré; pero olvídese de lo que esté bajo secreto de sumario o me parezca impertinente", anticipó.
Sólo dos veces, y por unos contados segundos, decidió torcer la vista hacia la derecha. Fue cuando LA NACION le preguntó por los abogados que intervienen en las investigaciones que concentra su juzgado y por los jueces federales argentinos. "Me resulta muy incómodo hablar de mis colegas o de los profesionales", acotó.
Sólo entonces Junod -afable, baja, gruesa, con anteojos y pelo muy, muy corto- miró por la ventana cómo caían copos de nieve sobre la bellísima y gélida Ginebra. Un vaso de plástico con café de máquina quedó delante de ella durante toda la reunión. No lo tocó.
"Sobre el abogado del Estado argentino sólo le diré que a los jueces argentinos les cuesta ajustarse al molde de la justicia suiza, por eso es muy buena su designación", dijo. Nada dijo sobre el abogado defensor del ex presidente Carlos Menem.
El gobierno argentino contrató en septiembre último a Paolo Bernasconi, un ex fiscal suizo que ganó prestigio por sus investigaciones en contra del lavado de dinero, que también se desempeñó como consultor en esa área específica para la Organización de las Naciones Unidas, el Comité Europeo para la Lucha contra el Crimen Financiero y las autoridades bancarias suizas.
Bernasconi se negó a hablar con LA NACION. "Estoy seguro de que las autoridades judiciales abocadas a las investigaciones que a usted le interesan no apreciarían que yo difundiera información a la prensa", se disculpó por e-mail.
Antecedentes
El abogado del ex presidente Menem es Pascal Maurer, socio de Keppeler & Associés, uno de los estudios jurídicos más grandes de Ginebra, ubicado en el número 15 de la Rue Ferdinand Hodler.
Maurer ganó sus primeros quince minutos de fama en la Argentina cuando hace unos años defendió a Luis Martínez, un suboficial de la policía arrestado en Ginebra en 1980, tras participar aquí en el cobro de un rescate por un secuestro en Buenos Aires y que fue extraditado luego a la Argentina por su presunta participación en torturas durante la dictadura.
El ministro de Justicia argentino, Gustavo Beliz, apuntó algo más sobre el letrado. "El abogado que Menem contrató en Suiza es el mismo que defiende a varios notorios de la mafia rusa", informó a LA NACION en noviembre último. Ese dato no pudo ser corroborado aquí por este cronista.
Junod tampoco quiere opinar sobre los jueces argentinos, aunque apoya la reunión que tanto molesta a los magistrados federales en Buenos Aires.
"Resulta necesario que vengan a Ginebra o a Berna si quieren avanzar en sus investigaciones. Y estoy dispuesta a viajar a la Argentina", afirmó.
También se defendió de quienes la acusan de trabar los exhortos que mandan los jueces desde Buenos Aires: "Informar a la Argentina en un caso complejo como es el de Menem es extremadamente delicado para un juez suizo. Debemos identificar los delitos que aparecen en las rogatorias y cotejarlos con nuestro derecho penal. Por ejemplo, aquí no existe la "omisión maliciosa".
"Otro ejemplo simple de la incomprensión que existe entre ambos países: los jueces argentinos nos envían exhortos con los nombres completos y los números de documento de identidad de los sospechosos. Pero ese último dato no nos sirve de nada. Lo que necesitamos para rastrear cuentas en los bancos son las fechas de nacimiento de esas personas. Eso sí figura en los registros bancarios. Por eso es importante que nos encontremos. Para limar asperezas, evitar problemas como ése, que es muy menor, e intercambiar información", insistió.
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