Menem cortó el acceso a la reunión de gabinete
Desconfianza: el jefe del Estado admitió su molestia por los trascendidos que surgían de sus propios colaboradores.
En una decisión que no dejó de sorprender a los integrantes de su propio equipo de gobierno y al conjunto de los observadores políticos, el Presidente Carlos Menem confirmó ayer en declaraciones a Radio América, por la mañana, que no habrá más reuniones de gabinete. "No es posible que se filtren comentarios reservados que se transforman en chismerío periodístico", sostuvo Menem con fastidio.
De ahora en adelante, indicó, "me reuniré sólo con los ministros, y el jefe de Gabinete lo hará periódicamente con el resto de los colaboradores".
La gran pregunta de los observadores es conocer de quién sospecha Menem particularmente, Pero la respuesta no es fácil: 30 participantes, y a veces más, eran habituales interlocutores cada jueves al concluir una reunión de gabinete.
Por la noche, en el cierre del Coloquio de IDEA en Bariloche, Menem eludió cualquier referencia a esa decisión- Frente al grupo de empresarios, el Presidente subrayó la importancia de la decisión política para tener éxito con las reformas económicas y aludió, en forma directa pero implícita, al ex ministro Domingo Cavallo al afirmar que "se acabaron los hombres providenciales en este continente".
El presidente le restó peso al gabinete
Después de siete años de mantener el mismo mecanismo, el presidente Carlos Menem decidió la semana última suspender hasta nuevo aviso las habituales reuniones de gabinete que, cada jueves, se desarrollaban en la residencia de Olivos.
A partir de la semana próxima, en vez de los multitudinarios cónclaves en la quinta presidencial, habrá "un cambio de modalidad", dijo el propio Menem al explicar que "me reuniré solo con los ministros y el jefe de Gabinete se reunirá periódicamente con el resto de los colaboradores".
Aunque la información oficial fue dada ayer por Menem, a principios de la semana varias fuentes advirtieron que esa práctica iba a abandonarse porque "el Presidente está cansado de que la intimidad de los encuentros sea divulgada por los medios de comunicación a las pocas horas".
En declaraciones radiales, Carlos Menem fundamentó su decisión en esa misma línea argumental al sostener que no obtuvo éxito en sus tantas sugerencias sobre la necesidad de mantener la reserva de lo que se analizaba en el seno del gabinete.
A partir de ahora, Menem aseveró que "continuaré reuniéndome con los ministros en número reducido a fin de que el tratamiento de los temas llegue a la prensa a través de los voceros correspondientes".
La servilleta decisiva
Desde el viernes de la semana última, cuando el Gobierno leyó en los medios periodísticos, sin obviar detalles, las dos bromas (una de Menem y otra de Jorge Rodríguez) sobre la supuesta servilleta en la que el ministro del Interior, Carlos Corach, según una denuncia de Domingo Cavallo, habría anotado los nombres de los jueces federales con quienes mantendría una estrecha relación, el jefe del Estado decidió sin consultar con sus asesores que debía cambiarse la temática del gabinete. "No es posible que, en vez de que se informe sobre los temas analizados, se publiciten comentarios reservados y se conviertan en el chismerío periodístico, relegando información importante", expresó una fuente gubernamental, la que lamentó que "algunos miembros de gabinete nunca hayan entendido que se trataba de un encuentro importante para el Gobierno, aunque sucediera cada semana".
Cuestión óptica
La decisión presidencial que, al menos en público ningún funcionario ha cuestionado, ha despertado preocupación en la intimidad del poder. Para algunos hombres del Gobierno, "Menem no está dando una señal hacia la opinión pública, sino hacia su propio entorno, por cuanto en las últimas semanas, debido a las denuncias de Cavallo, hay dos ministros sospechados de tener vinculaciones con la Justicia de un modo poco elegante y un secretario de Estado que conocería detalles del affaire IBM-Banco Nación, en el que Juan Carlos Cattáneo, amigo suyo y ex funcionario, está procesado por administración fraudulenta contra el Estado".
Esas voces, preocupadas, deslizaron que "aunque no nos lo dijo, tenemos la sensación de que el Presidente ha decidido prescindir de este gabinete porque no funciona como una figura monolítica del Gobierno, ya que hay algunos integrantes muy desgastados ante la opinión pública".
Otras fuentes, no menos inquietas pero cautelosas porque quieren evitar cualquier confrontación con el mandatario, observan como un "error" el haber eliminado la tradicional modalidad del gabinete nacional.
"Da la sensación de que el Presidente ya no confía en sus colaboradores (por las filtraciones al periodismo y por las denuncias que los rozan) y, Menem en vez de mostrarse firme y de que está conforme con su gente, los mantiene en silencio para evitar mayores conflictos", se concluyó.
Treinta personas extrañarán los jueves
Más de una treintena de hombres y mujeres del Gobierno se han reunido cada jueves, desde 1989, en la residencia de Olivos, para analizar junto con el presidente Carlos Menem los temas más importantes de su gestión.
En la sala de reuniones del edificio administrativo de la quinta, más conocido como "la Jefatura", se han dado cita invariablemente todos los ministros, los secretarios de Estados, varios subsecretarios, asesores de diversas áreas y hasta voceros de prensa.
La hora de la cita siempre fue la misma: las 8.45. Pero no siempre los encuentros concluyeron a la misma hora, aunque en líneas generales las reuniones duraron al menos dos horas y media.
Hasta el cambio de jefe de Gabinete de Eduardo Bauzá a Jorge Rodríguez, el periodismo tuvo acceso previo al temario que iba a tratar el Gobierno. Ese mecanismo se transformó y hasta el jueves de la semana última el sumario se daba a conocer tras el cónclave. Lo que sumaba incertidumbre porque no se sabía qué podía analizarse.
Multitud
Aunque no tuvieran nada que informarle al mandatario, los funcionarios han faltado a las citas semanales, sólo en caso de fuerza mayor como puede ser un viaje de trabajo o un problema de salud. Ante esas eventualidades, cada uno envió a su segundo en la jerarquía, con lo cual la cantidad de colaboradores presidenciales no decrecía. Cerca del cónclave, pero sin acceso directo, los voceros de los ministros y de los secretarios de Estado han pasado largas mañanas a la espera de información para divulgar al periodismo. Los que invariablemente hanguardado silencio han sido los custodios y los choferes, ya que nunca pasaron de los jardines oficiales.
De la multitud que cada jueves se reunió en la quinta presidencial, siempre se eligieron al menos dos voceros oficiales para comentar aspectos salientes, que dieron a conocer en conferencias de prensa en un auditorio especialmente acondicionado para ese fin, también en el predio de Olivos.
En poco tiempo, no fue necesario tener previas confirmaciones de disputas en el seno del gabinete por parte de ninguna fuente oficial. Sólo bastó con concurrir a las ruedas de prensa.
Así pudo establecerse que, si tras casi tres horas de deliberaciones, un funcionario de segunda línea efectuaba un escueto anuncio y evitaba entrar en otras consideraciones sobre lo analizado, inmediatamente se prendía la luz roja de la inquietud por lo sucedido en la intimidad de la sala de reuniones.
En muy escasas ocasiones, la intuición periodística falló. También en pocas oportunidades, se tardaron más de seis horas para llegar a conocer qué había sucedido. Siempre hubo una voz amiga para dejar trascender las intimidades que no siempre, a juicio del Presidente, debían salir de la sala de reuniones de "la Jefatura".
Alsogaray contra Cavallo
El fundador de la Ucedé, Alvaro Alsogaray, expresó un apoyó firme al presidente, Carlos Menem, como inspirador y lanzador "exclusivo" del modelo económico. Aseguró que Domingo Cavallo "fue el técnico pragmático encargado de instrumentar el modelo", pero aclaró que "si bien es dinámico e imaginativo, y tuvo a su cargo una difícil tarea, no es el autor del modelo y sus actitudes pasadas y presentes no comprometen a éste". Añadió que Cavallo no podrá usar el modelo como plataforma política.
Cómo hallar aire con bajo costo
Marzo: el Presidente encontró una manera de recuperar poder, reunir fuerzas para la próxima campaña y evitar que las reuniones de ministros sean un escollo.
"Si algo hay que reconocerle (a Menem) es su capacidad para detectar cuando se empieza a perder poder y no puede llegar en esa situación a marzo". La frase fue pronunciada por una fuente segura la que quizá, sin proponérselo, ha alcanzado a vislumbrar el real motivo por el cual el Presidente eliminó las reuniones de gabinete.
Aunque todavía no se acordó la fecha de las próximas elecciones, marzo será el mes del lanzamiento de las campañas proselitistas y el jefe del Estado quiere recuperarse de la derrota justicialista en la Capital Federal del 30 de junio último.
Pero, para recobrar la imagen pública y mantener la mayoría legislativa, en círculos políticos se estima que Menem "deberá dar un golpe de timón antes de marzo y mostrar un Gobierno saneado".
En esa interpretación se hace hincapié en que "si bien Menem no va a desprenderse de sus funcionarios en el medio de las críticas, va a necesitar oxigenar el gabinete". Además, no se duda de que la controversia entre Domingo Cavallo y el Gobierno ha mudado el escenario político de la Casa Rosada a los Tribunales.
Ese cambio geográfico es parte de la situación que rodea al Gobierno, a juzgar por las apreciaciones de analistas políticos que sostienen que "el Congreso está abroquelado y negocia por su cuenta con el equipo económico; los gobernadores justicialistas están encolumnados en busca de mayores fondos; los funcionarios atienden cada uno su juego; el partido está encerrado entre Eduardo Bauzá y Eduardo Duhalde y la provincia de Buenos Aires es un mundo aparte, inmerso en disputas internas entre los hombres que siempre apoyaron a Duhalde, pero que ahora quieren tener vuelo propio".
"Con este panorama en sus manos, Menem piensa en dos cuestiones centrales: cómo hacer que la imagen presidencial quede por encima de todo cuestionamiento judicial o público y cómo llegar a marzo con un Gobierno fuerte para ganar los comicios", se dejó trascender. Esa incógnita, que se develaría sospechando un cambio de funcionarios gubernamentales antes de fin de año, tropieza con un problema crucial: la falta de figuras de recambio dentro del oficialismo.
"Hace tiempo que a Menem le cuesta encontrar hombres dentro del partido y que, además, no le generen internas en el Gobierno", admitió un colaborador que recordó "lo que sucedió cuando renunció Cavallo", en alusión a que fue el propio Presidente el que informó que el puesto vacante había sido ofrecido primero a Roberto Alemann, después a Miguel Angel Broda y que, tras sus negativas por diferentes motivos, fue propuesto Roque Fernández, quien aceptó.
"Pero no es saludable tener que salir a la caza de algún hombre interesado en sumarse al equipo de Menem", deslizaron fuentes seguras, las que manifestaron que "todos estos dolores (políticos) de cabeza se hubieran evitado si, en vez de sacar a Cavallo del Gobierno, se lo hubiera corrido a un costado".
Esas voces consideraron que "quizás el primer error fue que la operación despedida de Cavallo estuvo bien, pero lo dejamos en la puerta y sin siquiera la medalla que se les entrega a los ministros. Una embajada hubiera sido menos traumática para todos".
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