Nicolás Dujovne: "No nos creemos los dueños de la verdad"
El ministro de Hacienda defiende los cambios impositivos anunciados la semana pasada, pero acepta negociar modificaciones que no sean una "contrarreforma"
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En una semana cargada de anuncios, Nicolás Dujovne fue uno de los protagonistas. Seguramente pocos temas preocupan más a la mayoría de los argentinos que los cambios impositivos, laborales y jubilatorios, ejes del proyecto de ley ómnibus que el Gobierno se apresta a mandar al Congreso y en el que el equipo del ministro de Hacienda tuvo un rol clave, junto con sus pares de Trabajo.
El ministro de Hacienda dijo que si logran aprobar la reforma propuesta, "en cinco años el sistema tributario argentino habrá cambiado de una manera inimaginable". Pero consciente de las limitaciones que enfrenta el Gobierno, se mostró dispuesto a negociar con la oposición y los gobernadores. "Si en el camino hay alguna modificación que morigera la reforma, pero que no es una contrarreforma, será el precio a pagar de un gobierno con minoría parlamentaria".
Dujovne recibió al equipo de LA NACION en el Salón de Cuadros (hoy, Scalabrini Ortiz), en el quinto piso del Palacio de Hacienda, decorado con pinturas argentinas de estilo clásico.
Relajado, contó que para renovar su despacho y la antesala pidió traer de la colección del Fondo Nacional de las Artes cuadros de Siquier, Prior y Aizemberg, entre otros. "En muchos años no se había hecho ningún cambio. Era hora de elegir a contemporáneos", dijo, con argumentos de experto.
-¿Qué pasa si la reforma no sale tal como la concibieron?
-Esperamos que salga como la concebimos. Ahora bien, el sistema tributario argentino tiene tantas falencias y es tan malo, que todos los pasos que demos en la dirección correcta suman. Aspiramos a consolidar todos los cambios que estamos enviando con el proyecto de ley. Pero si en el camino hay alguna modificación que morigera la reforma, pero que no es una contrarreforma, será el precio a pagar de un gobierno con minoría parlamentaria y que debe negociar.
-Pero, ¿qué percibe que puede pasar?
-Percibimos mucha receptividad por el espíritu federal de la reforma. Consiste, esencialmente, en que el sistema tributario argentino converja en un sistema similar al de los países normales, y estamos intentando sacarnos de encima algunos impuestos que no se aplican en otros países. Estamos intentando que en un plazo de cinco años podamos eliminar el impuesto a los débitos y créditos bancarios -porque pasaría a estar a cuenta de Ganancias, lo cual haría del impuesto un mero mecanismo de retención-; pretendemos bajar los impuestos al trabajo, que en la Argentina son excesivamente altos; bajar la alícuota de las ganancias corporativas del 35% al 25% para las que no distribuyan dividendos, para acercarnos a la alícuota promedio de los países desarrollados, que es 22%. Al mismo tiempo, estamos en negociaciones con las provincias para que avancen en un esquema similar al de la Nación para bajar tributos que son potestad de ellas, como Ingresos Brutos y Sellos, y que el impacto de la distorsión sea mucho menor.
-¿Eso puede ser una prenda de negociación frente a la suba de impuestos internos para algunas economías regionales?
-En Internos, lo que estamos haciendo es reordenar el esquema, que está muy desordenado. Cobrar impuestos internos tiene una lógica recaudatoria y se aplica sobre bienes de lujo -el que quiere lujo, que lo pague-, pero había que ordenar, porque había bienes que no son de lujo y tributan. Además, a veces, se utilizan para desalentar consumos que generan externalidades negativas e impactos que hay que internalizar fiscalmente porque aumentan los costos de la salud. En bienes de lujo, queremos llevar de 17% a 0% la alícuota para los electrónicos (celulares, computadoras, notebooks, televisores, etc.), que en la actualidad no son bienes de lujo.
-Esto generó descontento en Tierra del Fuego. ¿Le preocupa?
-Recordemos que en Tierra del Fuego hay una exención para Ganancias e IVA. Los internos se cobran en el continente, con lo cual no se viola ningún derecho adquirido. Además estamos llevando de 10% a 0% el impuesto en los autos de gama media y también a cero a las motos de gama media, mientras que aumentamos de 10% a 20% para los autos de lujo. Esto es para que todo sea homogéneo. También sumamos embarcaciones, aeronaves de uso civil y motos de alta cilindrada. Ahí ordenamos el esquema de bienes suntuarios.
-¿Tiene lógica? Durante la semana se habló de un incremento de precios de los autos...
-Yo no entiendo por qué, si estamos bajando el impuesto, me parece que es un error.
-¿Y respecto de las bebidas?
-Estamos subiendo los internos a las bebidas alcohólicas de alta graduación, que en la Argentina están gravadas muy por debajo que en el resto del mundo. Hay siempre una relación entre cantidad de alcohol y gravamen. La polémica es con el vino. Estaba gravado con cero, cuando el agua mineral lo está con 5%. Nosotros estamos llevando el agua mineral a cero y el vino a 10%. Muy por debajo de lo que pagan las bebidas de alta graduación y muy por debajo de la cerveza, que está más arriba. Entonces, sin hacer un juicio de valor sobre si el vino es saludable o no, tiene alcohol, y ordenamos por graduación alcohólica. En Chile está gravado, en Estados Unidos también. Hay un par de países productores que no lo gravan, como España e Italia, pero sí Francia. Esta discusión podemos tenerla. Vamos a escuchar los argumentos de los productores, pero además, vamos a tener reuniones antes de ir al Congreso, la semana que viene.
-¿Está en la mente de ustedes cambiar algo del proyecto a partir de las reacciones que hubo?
-Nosotros nos vamos a reunir y vamos a escuchar. Hicimos esta propuesta porque la creemos correcta. Pero no nos creemos dueños de la verdad.
-¿Hubo reuniones previas a elaborar el proyecto? A algunas provincias, como Tierra del Fuego, los tomó por sorpresa.
-Yo no me reuní con Tierra del Fuego antes. Así que, vamos a escuchar, y luego estará la discusión en el Congreso. Ahora, estos puntos hicieron más ruido estos días porque, precisamente, con el resto de la reforma hay un consenso enorme.
-Pero hay quienes dicen que los impuestos que bajan, lo hacen a un ritmo más lento que los tributos que suben...
-La carga fiscal total en ningún año sube. El costo fiscal de la reforma es del 0,3% del PBI por año, y en cinco años acumula un costo fiscal estático de 1,5%, con lo cual, la presión tributaria baja todos los años. Tenemos que compensar, sí, algunas bajas con algunas subas. Así que hay distintas gradualidades. Pero para la economía en su conjunto, la presión tributaria baja todos los años. Pensamos que, con la reforma, va a bajar la evasión, y además el crecimiento potencial de la economía argentina aumenta 0,6 puntos porcentuales.
-¿Los cambios pueden afectar la meta de inflación?
-No, el impacto sobre la canasta total es muy bajo. Además, con la reforma, lo que se va a producir es una fenomenal baja de costos de producción, porque la baja del costo del impuesto al cheque, Ingresos Brutos y contribuciones patronales va a traer un alivio tan grande que se va a distribuir entre consumidores, salarios y rentabilidad empresarial. Va a haber una distribución de la mejora en la competitividad que convergerá en un esquema tributario más sano, que llevará a la baja de algunos precios.
-¿Teme que con la aplicación del impuesto a la renta financiera puedan salir fondos del sistema, o quizá justamente para que eso no pase provoque una suba de las tasas de interés?
-El hecho de que los activos financieros que ahora se van a gravar tributen con una alícuota muy baja, inferior a la que se les aplica a los activos que ya estaban gravados, va a hacer que siga habiendo una preferencia para invertir en los activos locales, en bonos, plazos fijos, bonos provinciales.
-Toda la cuenta parte de que va a bajar la evasión y que va a crecer la economía. ¿La baja de Ingresos Brutos es otra de las consignas?
-Bajan las alícuotas, pero no necesariamente la recaudación. Hay algunas actividades vinculadas a ventas finales con las cuales, si la alícuota es por debajo de 4%, puede ir un poco hacia arriba para compensar otras que bajen. Sí queremos que baje Ingresos Brutos, pero que se concentre más en las ventas finales más que en la producción intermedia.
-¿Esa sería la fórmula para convencer a las provincias?
-Las provincias verán, en los próximos años, una mejora en su resultado fiscal por dos motivos: les estamos transfiriendo el 15% (de la recaudación que va a la Anses) que se acordó el año pasado: Santa Fe, Córdoba y San Luis ya lo reciben por entero, y con las provincias que firmamos el acuerdo, ya reciben 6% del 15% y les quedan tres años para crecer en la masa coparticipable. Además, estamos avanzando con una ley de responsabilidad fiscal, que mantiene constante el gasto primario en términos reales por los próximos años. La combinación de gasto primario constante con recursos crecientes, a los que se suman recursos por el crecimiento de la economía, va a llevar a que el resultado de las provincias pase de un déficit de medio punto del PBI a un superávit de casi tres puntos en cinco años. Parte de ese superávit, creemos que las provincias deben asignarlo a financiar la baja de Ingresos Brutos y Sellos. Esto lo estamos conversando. Si lo hacemos, en cinco años el esquema tributario habrá cambiado de una manera inimaginable hace un tiempo atrás.
-¿Está en el proyecto liberar el tope de 82.000 pesos para los aportes personales de jubilación?
-Sí, pero gradualmente, en cinco años, y sólo por el aporte previsional, por el 11%, no por el 17% total.
-¿Eso implica también liberar el tope de las jubilaciones, que está en unos $ 53.000?
-Proporcionalmente. Es decir, para las jubilaciones que se cobren con el tope liberado y por los años proporcionales al aporte liberado. No genera un derecho adquirido para las jubilaciones generadas con el tope vigente.
-Muchos dicen que, ante a la necesidad de atender el déficit previsional, van a tender a bajar los ajustes de las jubilaciones. ¿Qué cálculo hacen?
-El gobierno anterior creó una fórmula para la movilidad, en 2009, que no existe en ningún país y tiene una combinación de cosas: la variación interanual de la recaudación que va a la Anses y la variación de salarios semestre contra semestre, y este sistema rarísimo tenía que ver con que mentían con la inflación. Si realmente querían preservar el valor de las jubilaciones, lo que tenían que poner es un ajuste por inflación, que es lo que tienen los países de la OCDE. Detrás de eso está la mentira como método que aplicaban.
-Del lado del gasto, ¿qué más se puede esperar?
-Este va a ser el primer año, desde 2004, en el cual los ingresos crecen por encima de los gastos con respecto al año anterior. En segundo lugar, es la primera vez, también desde el año 2004, que cae el gasto en relación al PBI de manera sostenida. Cuando asumió el presidente Macri el gasto consolidado con relación al PBI era de 43 puntos del producto; a fin de este año vamos a estar en 41, de los cuales un punto y medio se explican por una baja del gasto de la administración nacional (de 22,5 puntos del PBI a 21). No es poco. Es un esfuerzo enorme.
-¿Qué va a pasar con el monotributo? ¿Se va a poner un tope en relación con el patrimonio para poder seguir en ese régimen? ¿Es AFIP versus Hacienda?
-No, no es AFIP versus Hacienda, lo que pasa es que nosotros venimos hablando con la AFIP el tema del monotributo, pero no tenemos definido exactamente si vamos a poner un tope. Con la AFIP la relación es excelente. Estamos hablando sobre si incluir un tope en relación al patrimonio, si los patrimonios altos pueden facturar como monotributistas. No está cerrado el tema.
-¿Pero lo están viendo para pasarlo junto con esta reforma o iría en otra etapa?
-No está en el proyecto de ley que estamos enviando, pero vamos a decidir con la AFIP qué hacemos.
"El gobierno anterior fue el más corrupto de la historia"
- ¿Qué le genera ver a Amado Boudou y a otros ex funcionarios presos?
- La Justicia es independiente, tiene que actuar, y lo que opinemos los funcionarios es poco importante. No tengo duda de que hubo enormes hechos de corrupción en el gobierno anterior, creo que fue el gobierno más corrupto de la historia argentina y celebro que se haga justicia. Pero el sabor amargo es ver cuántos problemas nos hubiéramos ahorrado los argentinos si la Justicia hubiera actuado en el momento adecuado, cuando habría podido frenar el derroche y el mal gasto que se produjo producto de la impunidad. Entonces, cuántos caminos más tendríamos, cuántas escuelas más, cuánta menos inflación, cuántos pobres menos tendríamos si la Justicia hubiera actuado en su momento. Entonces, no deja de dejarme un sabor amargo, pensando en la oportunidad perdida por instituciones que no funcionaron adecuadamente.
- Las instituciones juegan un rol clave...
- Las instituciones tienen un rol clave en el crecimiento económico, porque en los últimos 100 años, los países a los que les ha ido bien fueron aquellos que crearon esquemas institucionales. En muchos casos, también hay excepciones, pero en general son democracias republicanas con instituciones sólidas con independencia de poderes, con pesos y contrapesos. Creo que la norma general es que a los países que tuvieron democracias republicanas sólidas, con independencias de poderes, les ha ido bien.
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