Nicolás Massot: "Ya no hay más margen para este tipo de problemas dentro de Cambiemos"
Escuchar a Nicolás Massot , jefe de bloque de diputados de Pro, es escuchar la voz de su amigo y jefe político, Emilio Monzó . El presidente de la Cámara de Diputados fue quien reinvindicó días atrás la "rosca política" en un tácito reproche a un sector de la Casa Rosada que no comparte sus tácticas. Monzó anunció su retiro pero insiste, ahora en la voz de Massot: solo ampliando las fronteras de Cambiemos al peronismo no kirchnerista se podrán cumplir las reformas truncas que dejará el primer mandato de Mauricio Macri .
"Es absolutamente prioritario convocar al peronismo republicano en un segundo mandato de Macri. No para ganar una elección, sino para go-ber-nar -remarca Massot, en diálogo con LA NACION-. El planteo de Emilio y de quienes lo acompañamos no tiene que ver con esta elección; tiene que ver con lo que nos pasó en estos tres años. El gobierno de Cambiemos no ha podido materializar el cien por ciento de sus propuestas de gobierno. Hay que reflexionar sobre lo que nos pasó y entender que solos no podemos. Aun asumiendo que logremos la reelección, para que nosotros podamos ir a fondo en las reformas para la Argentina se necesitan mayorías y consensos más amplios que no han sido del todo elaborados en estos tres años".
Massot también se encarga de enviar un mensaje a Elisa Carrió quien, con sus críticas al protocolo de seguridad para uso de armas de fuego que dictó la ministra del área, Patricia Bullrich , sometió una vez más a Cambiemos a una tormenta interna.
-¿A qué atribuye que Carrió critique sistemáticamente al Gobierno? Antes fue el ministro de Justicia, Germán Garavano. Ahora Bullrich.
-No lo sé, no la conozco tanto como para entenderlo. Está claro el valor intrínseco que tiene Carrió en la coalición y que el Presidente es quien tolera y elige esta especie de oposición interna que, muchas veces, generó síntesis mejoradoras y le dio a Cambiemos buenos resultados. Si bien yo rescato esta dinámica, últimamente me generan dudas sobre si ahora resulta útil para el funcionamiento del Gobierno.
-¿Qué consecuencias puede provocar en Cambiemos si Carrió insiste con su actitud?
-A mí lo que me apena de las intervenciones de la diputada Carrió es que da la impresión de que desautoriza a sus diputados y funcionarios en el Gobierno, que son excelentes, de primer nivel. Tanto Fernando Sánchez (secretario de Fortalecimiento Institucional) como el diputado Juan Manuel López participan de manera permanente en los debates internos y en la toma de decisiones. Lo que preocupa es esa disociación entre lo que uno acuerda y trabaja con los dirigentes de la Coalición Cívica y lo que termina siendo su posición final por la intervención de Carrió. Entonces hay algo que no está funcionando y dudo de que estos avances y retrocesos permanentes beneficien al Gobierno. No veo que esta dinámica sea la más deseable, menos aún cuando estamos por entrar en un año electoral. Ya no hay más margen para este tipo de problemas en Cambiemos.
-Algunos sostienen en el oficialismo que Carrió no solo desautoriza a los suyos. Desautoriza al Presidente. ¿Usted cómo lo ve?
-Sí... y eso la gente lo ve con preocupación. Acá el problema no es con la cuestión de fondo, porque en muchos de sus planteos Carrió mostró tener razón. Lo que preocupan son las formas.
-¿El Presidente debería llamarla para apaciguar las aguas?
-No lo sé, entiendo que el diálogo del Gobierno con ella es permanente.
-¿Cree que Carrió se excede en sus críticas?
-Bueno, yo muchas no comparto, lo que no quiere decir que se exceda. El problema es que hemos perdido la dinámica que supimos tener (con la Coalición Cívica) porque da la sensación de que no hay interlocución posible. Hay que reconstruir el vínculo.
-Da la impresión de que Cambiemos necesita una revisión profunda a nivel interno. La UCR reclama un protagonismo más activo y critica que no comparten una verdadera coalición de gobierno.
-Del radicalismo hemos aprendido mucho a partir de la experiencia parlamentaria de sus dirigentes. Ellos tienen excelentes representantes y sus ideas y propuestas nutren la coalición. Nuestro principal déficit es la materialización de las ideas; llevar las propuestas a la realidad política. Ahí es donde Cambiemos debe trabajar.
-¿Qué falta para que Cambiemos pueda materializar esas propuestas? Porque el primer mandato finaliza con una lista larga de pendientes.
-Con Emilio (Monzó) vemos con preocupación que si bien fuimos exitosos, creativos y plurales al estructurar Cambiemos como una alternativa positiva en 2015 frente al modelo kirchnerista, nos convertimos de una expresión antikirchnerista a una expresión antiperonista. Estamos convencidos de que no debería ser así, que la Argentina no saldrá adelante si estamos solos y que las reformas estructurales que exige el país requieren mayorías amplias. No hemos logrado en las urnas esas mayorías y creemos que sí las podemos obtener con la política.
-Sin embargo, cuando el Gobierno asumió el poder, este planteo no permeó. ¿Por qué va a cambiar ahora?
-Porque sea cual sea el resultado electoral del año próximo, y todo indica que será reñido, difícilmente cambie demasiado la actual composición del Congreso. Será un desafío para Cambiemos conservar su número e incluso corremos el riesgo de perder diputados. Entonces el interrogante no es si necesitamos alianzas para ganar una elección; la cuestión es que la Argentina necesita alianzas para go-ber-nar, para que no nos ocurra lo que nos sucede ahora, que terminamos el primer mandato con un importante saldo pendiente y sin poder cumplir con todas las reformas estructurales. Parte del problema fue que no pudimos construir mayorías y consensos sostenibles. Solo si revertimos esto podremos resolver de una buena vez el perfil productivo de la Argentina, su inserción en el mundo y salir de la trampa de la pobreza, que es la trampa de la falta de empleo.
-¿No es demasiado tarde? Hoy el peronismo discute si se reunifica con el kirchnerismo. ¿Cómo ve esta posibilidad?
-No lo creo. Valoro mucho la autocrítica de los dirigentes del peronismo que ahora están agrupados en Alternativa Argentina; creo que han aprendido de los errores del pasado. Al revés del kirchnerismo, que no hace ninguna autocrítica sino por el contrario, y su única propuesta es volver al modelo cerrado al mundo, totalitario en libertades públicas y privadas e intervencionista de la economía. ¿Si es tarde para acordar con el peronismo? No. Sería tarde si vemos que se patentiza el regreso de ese modelo que los argentinos rechazaron en 2015. Ante ese desafío, Cambiemos debería recuperar su ontología de coalición plural y diversa, como en 2015, y extender sus fronteras más allá.
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