"Si tengo que dar un paso al costado para que vengan los iraníes, lo doy", dijo el fiscal Nisman
El fiscal rechazó el ataque de Irán y la acusación de "sionista" que lanzó la república islámica; afirmó que no se respondió ninguna de las acusaciones de terrorismo
Pese a la dura postura de Irán, el fiscal Alberto Nisman no da el brazo a torcer, aunque pone su renuncia a disposición, en caso de que sea una alternativa para que los acusados por el ataque a la AMIA se presentan ante la Justicia argentina. Luego de que el régimen lo acusara ayer de "sionista" por el reciente dictamen en el que concluyó que la república islámica formó desde 1982 una red de células terroristas en varios países -entre ellos la Argentina-, el fiscal especial de la causa AMIA aseguró hoy que la república islámica "está entre la espada y la pared".
"Que los acusados vengan, que vengan presos. Si tengo que dar un paso al costado para que vengan, lo doy. Si el problema soy yo, que vengan. Ellos atacan a la persona, porque no pueden atacar el argumento", afirmó, en una de las entrevistas radiales que dio esta mañana.
Pese a su postura, a sabiendas de lo delicado de la causa judicial por el atentado que ocurrió en 1994 en la AMIA, donde murieron 85 personas, el fiscal aseguró que su trabajo hasta ahora se desarrolló sin problemas, más allá del acuerdo firmado entre ambos países el 27 de enero pasado.
"El gobierno actual entendió que la solución puede ir por otro lado y mi trabajo va sin obstáculo", dijo Nisman sobre el memorándum, aunque aseveró que hasta el momento "no hubo ningún tipo de diálogo" con la Casa Rosada. El fiscal informó que recién ayer envió, vía Cancillería, su dictamen a los países extranjeros donde habrían existido células iraníes terroristas.
"El gobierno actual entendió que la solución puede ir por otro lado [por el memorándum] y mi trabajo va sin obstáculo", dijo Nisman
El fiscal Nisman rechazó el duro ataque efectuado desde la cancillería de Mahmud Ahmadineyad y aseguró que desde ese país en ningún momento se rechazó los elementos que probarían la existencia de un plan para la "exportación de la revolución iraní" y el establecimiento de "estaciones de inteligencia" en la Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam destinadas a preparar atentados como el que ocurrió en nuestro país.
"El grave problema que tiene Irán se relaciona con los elementos de pruebas. Y sobre eso no dicen nada", afirmó esta mañana el fiscal. "Cualquier fiscal que se siente en mi lugar, con las pruebas que yo tengo, llegaría a la misma conclusión", aseveró.
Según el propio Nisman, su dictamen de la semana pasada de 500 fojas se sustentó en sentencias de tribunales de otros países, informes reservados diplomáticos y testimonios recogidos durante varios años. La Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní (IRNA) respondió ayer escuetamente: "Debido al historial y carácter sionista de ese fiscal [por Nisman], nosotros no damos ninguna importancia a sus afirmaciones ".
La intransigente postura de Irán está enmarcada en las acusaciones del fiscal Nisman sobre ocho ciudadanos con altos cargos en Irán. Cinco de ellos tienen "alerta roja" de Interpol: el ministro de Defensa, Ahmad Vahidi; el ex ministro de Información Ali Fallahijan; el ex asesor gubernamental Mohsen Rezai; el ex agregado de la embajada de Irán en Buenos Aires Moshen Rabbani, y el ex funcionario diplomático Ahmad Reza Ashgari.
La DAIA advierte sobre Irán.