"No a los reclamos sectoriales"
Rechazó una eventual rebaja de las retenciones al campo
El Gobierno no piensa reducir las retenciones al agro porque dará prioridad al combate contra la pobreza y el desempleo.
–¿Se rebajarán las retenciones al campo?
–Hay un factor fundamental para explicar el superávit fiscal, el mayor en 50 años: haber cambiado la lógica de las relaciones con el Estado. Durante muchos años, al menos en los últimos 30, la lógica era considerarlo como un agente económico al que cualquiera se dirigía para pedirle algo, nunca para darle. Cuando todo el mundo pide y el Estado cede, termina indefectiblemente en déficit fiscal.
Nosotros fuimos capaces de decir que no a los reclamos sectoriales y a los grupos de presión, porque puede haber reclamos sectoriales legítimos, pero en conjunto se trata de un absurdo económico que conduce al déficit, al endeudamiento y, en algún punto, a situaciones de hiperinflación.
Al Estado le corresponde ordenar por prioridades esos pedidos, luego de descartar los que sean ilegítimos. Y la primera prioridad es atender el desempleo y a los compatriotas que están por debajo de la línea de la pobreza, que todavía son muchos.
–¿Una suba salarial, un reclamo legítimo, no puede chocar con la necesidad de disciplina fiscal?
–Las presiones no sólo vienen por los salarios; un pedido de rebaja de retenciones es equivalente. Cortar una ruta para lograr una baja de las retenciones es tan peligroso como rodear un supermercado para conseguir mayores sueldos o un cambio de encuadramiento sindical. El Presidente y yo hemos hecho hincapié en que no se reparte riqueza de la nada.
En la situación actual, mucha gente dice que hay un antes y un después del arreglo de la deuda, pero yo rechazo esa concepción porque creo que es peligrosa, ya que detrás de ella se esconden los "setentistas" y los "noventistas". Los "setentistas" dicen que, ahora que se arregló la cuestión de la deuda, llegó el momento de la distribución, con una política expansiva en el nivel fiscal y monetario. Mientras tanto, los "noventistas" piden más negocios financieros, como que se puedan tomar depósitos en pesos y prestarlos en dólares, generando un descalce con efectos tremendos; piden indexación para operaciones de muy corto plazo, como 30 días, en lugar de los 270 días actuales (y que probablemente ampliaremos aún más).
Estos dos sectores son opuestos entre sí, aunque terminan empujando a las viejas políticas económicas de la Argentina. Acá no hay un antes y un después, sino que se resolvió un tema, como otros, como la reunificación monetaria, o como resolvimos la apertura del corralito y el corralón.
–Pero, ministro, entre los 70 y los 90 estuvieron los ochenta...
–El problema de los 80 es que nacen con fuertes condicionamientos, como la deuda, los derechos humanos, el país post-Malvinas; es una década con enormes presiones heredadas. En los 70 parecía que todo se podía repartir, y no se puede porque se termina en la hiperinflación. Y en los 90 había una situación muy favorable, que casi termina en una situación similar.
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