En Tucumán. Obstáculos para que un judío compita por la gobernación
Alperovich (PJ) recurrirá a la Corte
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- La seria posibilidad de que un judío acceda a la gobernación de esta provincia generó un profundo debate en la comunidad tucumana.
El arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, abrió la polémica al señalar que se debe cumplir con el mandato de la Constitución de la provincia, que en su artículo 80 establece que el candidato a gobernador de este territorio debe ser católico apostólico romano. El artículo exige que al jurar el gobernador y el vicegobernador lo hagan por "Dios, la Patria y los Santos Evangelios".
La norma impediría que el senador nacional del PJ José Alperovich (que profesa la religión judía) pudiera asumir la primera magistratura de la provincia en caso de resultar elegido en los próximos comicios.
Alperovich anunció que presentará un recurso ante la Corte Suprema.
El legislador y precandidato a gobernador del peronismo argumenta que la Constitución nacional y el Pacto de San José de Costa Rica lo amparan y están por encima de la Carta Magna provincial.
Monseñor Villalba intentó quitar dramatismo a sus declaraciones. Argumentó que nunca dijo que el gobernador debía ser católico, sino que destacó que su pensamiento es el que se debe cumplir con la Constitución.
De cualquier manera, distintos sectores y personalidades de la provincia se expresaron en favor y en contra del mandato de la Carta Magna local.
El obispo de Concepción, monseñor José María Rossi, coincidió con Villalba, pero opinó que este debate "forma parte de una interna política que no responde a los graves problemas de los tucumanos".
Julio César Alvarez Suriani, presidente de la Convención Constituyente de 1990, defendió el controvertido artículo 80. "Pusimos la obligación de este juramento a la primera magistratura de la provincia porque nadie puede negar que Tucumán se conforma con una mayoría católica del 99,5 por ciento", recalcó. Y agregó que no se trató de excluir a nadie, sino de ajustarse a la realidad cultural de la población. "Lo mismo ocurre en Israel, donde, por más que lo elijan, un católico no podría ser presidente", indicó.
La comunidad judía de Tucumán expresó su rechazo a la restricción constitucional. El presidente de la Sociedad Unión Israelita Tucumana, Simón Litvak, consideró que "las expresiones fueron muy desafortunadas y discriminatorias, como la propia Constitución, que por un lado dice que todos pueden ser candidatos y por el otro obliga a jurar por los Evangelios".
Jaime Salamon, titular del consejo federal de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), sostuvo que tener un determinado credo no asegura que alguien sea buen gobernante. "Intimamente creíamos que ya había concluido la Inquisición. Hay que dejar que el pueblo se decida por la persona que crea que sea mejor más allá de su condición religiosa", dijo.
Cristopher Stockwell-Goering, pastor de la Iglesia Evangelista Metodista Emanuel, coincidió en que "las convicciones religiosas no deben ser el primer criterio para elegir a un gobernante". Diferente fue la opinión del sheij de la mezquita El Mártir, Mahmud Aid. "En este país la mayoría es católica y es lógico que los gobernantes pertenezcan a esa religión", opinó.
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