Otros tres empresarios de la obra pública se arrepintieron

Tres nuevos empresarios, entre ellos una mujer -la primera arrepentida-, se presentaron ante la Justicia y admitieron haber pagado dinero de la obra pública a funcionarios del kirchnerismo, pero dijeron que lo hicieron obligados.

Los empresarios que declaran en la fiscalía de Carlos Stornelli son Luis Losi, de la constructora Luis Losi SA; Patricio Gerbi, de la firma Coarco, y Cecilia Sztemberg, de la empresa Equimac.

Quedaron envueltos en la investigación cuando el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción Carlos Wagner mencionó a sus empresas como partícipes del "club de la obra pública", por lo cual debían pagar para gastos políticos como retorno entre el 10 y 20% del monto de cada obra que pactaban en licitaciones arregladas.

Ayer los empresarios negaron las acusaciones de Wagner, dijeron que los pagos no se hicieron en los términos que dijo el empresario de Esuco, aunque admitieron que se efectuaron pagos bajo presión como aportes para la política.

Wagner había explicado el 10 de agosto pasado ante Stornelli que Julio De Vido en 2004 lo citó en su despacho para decirle que por orden de Néstor Kirchner debía garantizar el éxito de las licitaciones según los intereses del Gobierno, porque la obra pública iba a ser uno de los métodos de la recaudación de dinero para la política.

"El sistema interno de los funcionarios una vez que se hacía la recaudación era para arriba, eso decían [Norberto] Baratta y [José] López, que era para arriba", aseguró en ese momento Wagner, quien tras declarar como arrepentido quedó en libertad.

Dijo Wagner que las empresas compraban los pliegos y se reunían en diversos lugares para definir el ganador de la licitación. Entre las empresas mencionó a Perales Aguiar, Biancalani, Losi, Fontana Micastro, Marcalba, Iecsa, Chediack, Equimac, Coarco, Cartellone y Vialco.

Los representantes de Losi, Coarco y Equimac, al verse mencionados, se presentaron ante la fiscalía con sus abogados a aportar información para evitar una acusación penal más grave. Pero negaron que los pagos fueran como mencionó el empresario.

La declaración de Wagner desató un terremoto en el mundo de los empresarios de la construcción.

El empresario es dueño de la firma Esuco y dijo que, entre su empresa y las asociadas, las obras que tienen en marcha en este momento emplean a más de 3500 personas.

Contó que su relación con Néstor Kirchner se remota a los 90 cuando realizó obras en Santa Cruz, entre ellas, el aeropuerto. Allí conoció a Julio De Vido, que estaba en esta provincia porque era empleado de Entel, dijo.

Kirchner fue elegido presidente; De Vido, su ministro de Planificación, y Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción. "Todos sabían que yo era el amigo de De Vido", declaró el arrepentido empresario para explicar cómo llegó a ser titular de la Cámara Argentina de la Construcción.

Allí mencionó que, con Kirchner en el poder, De Vido, por orden del presidente, le explicó que la licitación vial iba a ser el modo de financiamiento de la política. Y que él iba a ser el garante personal de que los que ganaran las licitaciones, que los empresarios se iban a repartir, pagaran como retorno el anticipo financiero del monto de la obra, consistente en una cifra que oscilaba entre el 10 y el 20 % del total de la obra. Eso era lo que tenían que pagar. Explicó que si el ganador de la licitación simulada no pagaba, a él no le pagaban los certificados de avance de obra como represalia y para presionarlo.

"Una vez adjudicada la obra, el compromiso era aportar para gastos políticos el anticipo establecido en los pliegos. El anticipo financiero era de entre el 10 y el 20% y deducidos los impuestos de la obra el compromiso era entregar la totalidad restante del anticipo financiero a modo de retorno", dijo Wagner.