Para dar señales a EE.UU. relevan al embajador en Siria
Timerman pidió la renuncia de Ahuad por su nexo con Al-Assad; buscan que Washington sume el caso AMIA a la agenda
Algunos diplomáticos lo leyeron como un guiño de la Argentina hacia Estados Unidos y otros lo ven como un simple acto administrativo para reacomodar las piezas en la Cancillería. Lo concreto es que el Gobierno informó ayer sobre la renuncia del embajador argentino en Siria, Roberto Ahuad, un dirigente político del peronismo porteño que desde que fue enviado en 2010 a Damasco estableció fuertes vínculos con el régimen de Bashar al-Assad.
Por medio del decreto 1916/2013, el canciller Héctor Timerman anunció la renuncia de Ahuad como embajador en Siria. En lo formal, el decreto establece que el jefe de la sede diplomática argentina en Damasco presentó su renuncia y ahora regresará a la Cancillería.
No obstante, según pudo saber LA NACION, el desplazamiento de Ahuad fue pedido por Timerman la semana pasada sin dar mayores explicaciones. La decisión del canciller llegó justamente dos días antes de que la Argentina anunciara una nueva ronda de negociaciones con Irán por la causa AMIA y en medio del histórico diálogo que Estados Unidos y otras cuatro potencias mundiales abrieron con Teherán para frenar la proliferación de armas nucleares iraníes.
"Es importante que en el diálogo que Estados Unidos entabló con Irán se incluya el tema de la causa AMIA y el memorándum que Buenos Aires y Teherán firmaron para avanzar en la investigación por el atentado terrorista en el que están involucrados cinco ciudadanos iraníes", comentó ayer una destacada fuente del Palacio San Martín.
El gesto de sacrificar a Ahuad en la embajada de Siria apuntaría a que el Gobierno logre un rédito político de Estados Unidos en sus negociaciones con Irán. La ecuación suena entendible: el saliente embajador político es un hombre que la diplomacia norteamericana no veía con buenos ojos por sus cercanía con el régimen de Al-Assad.
Ahuad nunca renegó de sus vínculos con el gobierno sirio y en los últimos tiempos se disponía incluso a reencauzar el comercio de la Argentina en Damasco. A la vez, este peronista porteño de estrecha relación con el mundo musulmán estaba negociando un plan para la reestructuración edilicia de Siria con participación de empresas constructoras argentinas. Pero tanto en Buenos Aires como en Washington vieron en esos movimientos de Ahuad un acercamiento un tanto polémico con un régimen que está muy cuestionado a nivel mundial por las violaciones de los derechos humanos ocurridos en la guerra civil que atraviesa ese país.
Los diplomáticos que ayer evaluaban la salida de Ahuad de Siria entrevén que esto podría ser ofrecido como un trofeo para que Estados Unidos incluya el tema AMIA en la ronda de negociaciones con Irán.
De hecho, el 30 de septiembre pasado la Presidenta reclamó a Estados Unidos y "a las grandes potencias" que se incluya la cuestión de la mutual judía argentina dentro de los temas de diálogo internacional con Irán. Fuentes diplomáticas de Washington confirmaron a LA NACION que ese reclamo no sólo no fue atendido por la administración de Barack Obama, sino que deslizaron que el tema requerido se encuentra en el último escalón de prioridades en la mesa de diálogo con Irán. "Primero está el tema central de la limitación de armamento nuclear iraní, luego nadie sabe", dijeron en Washington.
Por otra parte, ayer en la Cancillería se justificó la salida de Ahuad de Siria con un argumento administrativo: aseguran que el saliente embajador tiene categoría "A" y por la ley de servicio exterior se lo designó embajador extraordinario. Es decir, se trata de un representante político y no de carrera diplomática en el exterior. La misma ley de la diplomacia argentina fija un tope de 25 embajadores políticos que pueden ser designados en el exterior por el Poder Ejecutivo y al designar a Hernán Lorenzino embajador en París la presidenta Cristina Kirchner había sobrepasado ese tope, por lo que tuvo que descabezar a Ahuad, sostienen.
Maltrato
De todas maneras, algunos diplomáticos de carrera aseguraron ayer a LA NACION que el ex embajador en Siria se fue "maltratado" por Timerman. Es que, más allá de las cercanías con el régimen de Al-Assad, muchos valoraron el trabajo de tres años y medio que Ahuad hizo en Siria durante la guerra. De esta manera, recordaron que ayudó a sacar de Damasco a más de un centenar de argentinos que estaban varados en tierra siria y pedían salir del horror de la guerra.
A su vez, en la Cancillería recuerdan que Ahuad se quedó en Damasco hasta poner en riesgo su vida y la de su familia. No sólo sacó a argentinos de las calles violentas de ciudades sirias, sino que también entregó visados a sirios que querían huir hacia la Argentina. Cuando la situación en Damasco se hacía insostenible por la guerra, la Cancillería lo corrió a Beirut, donde estuvo hasta hace cuatro meses, hasta regresar a la Argentina.
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