Pedirán que se investiguen más llamadas de Ciro James
El macrismo denuncia una maniobra del juez
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, ya prepara la apelación de su procesamiento por su supuesta intervención en escuchas telefónicas ilegales y uno de sus principales argumentos de defensa es poner al descubierto los cruces de llamadas telefónicas que el juez Norberto Oyarbide eludió investigar para centrarse sólo en aquellos que vinculaban con la causa a Jorge Palacios, ex jefe de la Policía Metropolitana.
Macri preparó con su equipo de abogados tres cuadros: el principal revela que Palacios se comunicó con el espía y ex policía federal preso Ciro James 192 veces, pero que en cambio James lo hizo 16.397 veces con su socio Jorge Zamaruza, 7860 veces con la Universidad de La Matanza, donde trabajaba, 7592 con Leonardo Russo, 7865 con Silvia Ferreyra, y mantuvo cientos de comunicaciones más con empresas para las que trabajaba. No se sabe si realizando un trabajo legal o una tarea ilegal como ésta en la que fue descubierto.
En el macrismo interpretan que ésta es una evidencia de cómo el juez direccionó la investigación sobre el jefe de gobierno y dejó fuera al resto de las personas con las que James hablaba por teléfono.
Los investigadores se defienden: fuentes cercanas al caso señalaron que se realizaron cuadros con las llamadas de Ciro James, pero sólo se vinculó con la causa aquellas que se efectuaron en las fechas clave en las que se ordenaba alguna intervención telefónica, en las que se conectaba el teléfono o se retiraban de la SIDE los casetes con las grabaciones de las llamadas. Toda esa información consta en la causa, dijeron los investigadores judiciales, y se sabe con qué empresas o particulares se comunicó James. Pero, añaden, se utilizaron los cruces que podían ser indicio de la comisión de algún delito relacionado con las escuchas.
A las decenas de miles de llamadas de James durante 2008, se suman los lugares desde donde los realizó. Los equipos de Macri detectaron que James estuvo mucho tiempo en Río Negro y especularon con que, además de haber utilizado jueces misioneros para sus escuchas telefónicas, bien pudo valerse de funcionarios judiciales rionegrinos para legalizar otras pinchaduras.
Además, Macri encargó analizar el tiempo que duraron las intervenciones telefónicas investigadas en la causa. Destacan sus allegados que Carlos Castex, un abogado penalista, tuvo su aparato intervenido durante 13 meses; su hermano Francisco, durante nueve meses, al igual que el empresario de medios Carlos Avila; otros particulares, entre los que se cuentan empresarios, fueron seguidos durante dos meses. En cambio, el cuñado de Macri, Néstor Leonardo, sufrió la intercepción de su teléfono durante un mes, y Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas de la AMIA, durante solo diez días.
Los investigadores de Oyarbide replicaron que no importaba cuánto duró la intervención, sino si existió o no para que se configure un delito y especularon con que la escucha de Burstein cesó porque fue descubierta.
Todos estos elementos son acumulados por los hombres que trabajan para Mauricio Macri reuniendo evidencia que sumarán al escrito de apelación ante la Cámara Federal.
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