Marcos Peña se corre para diseñar la nueva etapa
Es resistido por algunos sectores oficialistas tras la derrota electoral
Es el fin de una era para Pro y para uno de sus principales arquitectos. Marcos Peña seguirá trabajando cerca de Macri, pero en la etapa que comenzará el 10 de diciembre ya no estará con una función ejecutiva en Juntos por el Cambio ni con un rol visible en la escena pública.
El ministro coordinador ya le había comunicado al Presidente antes de las PASO que se alejaría de la escena central. El hombre todo poderoso del equipo de Macri durante cuatro años pasará así al ostracismo, al menos durante un tiempo.
Peña entiende que su figura presenta un obstáculo para la etapa que se inaugura con el pasaje a la oposición y que su salida de la mesa de decisiones de Juntos por el Cambio ayudará a aflojar las tensiones internas que persisten en la coalición.
Es que algunos de los integrantes de la mesa política que se mostró esta semana en Olivos y que reunió, además de Macri, a María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Miguel Ángel Pichetto, Humberto Schiavoni y Maximiliano Ferraro, le cargan al jefe de Gabinete en gran parte la responsabilidad por el fracaso electoral. Muchos actores del espacio esperan desde hace tiempo que Peña de un paso al costado, disgustados con su estilo para tomar decisiones.
Macri, en cambio, mantiene una alta valoración sobre el papel que tuvo el jefe de Gabinete desde la campaña de 2015 en adelante . "Aunque Mauricio no lo diga, Peña va a seguir siendo su asesor en las sombras", dijo a LA NACION un funcionario de Pro que en los últimos días mantuvo una extensa charla con el Presidente.
Cerca de Peña aseguran que se corre por decisión propia. "Fue Marcos el que ideó el esquema de la nueva mesa política y luego se autoexcluyó", aseguró a LA NACION uno de los más estrechos colaboradores del ministro coordinador mientras mira con nostalgia una foto de 2015.
Nuevo esquema
Si bien algunos, con malicia, dieron por hecha su salida de la Argentina tras la caída ante Alberto Fernández, lo cierto es que Peña no se va a ningún lado. Se quedará en la ciudad de Buenos Aires y, a priori, ocupará una oficina en el edificio que Pro tiene en la calle Balcarce al 400.
Pero no será de inmediato, va a disfrutar un tiempo con su familia, según describieron fuentes oficiales. "Va a estar temporalmente corrido. Es una salida obligada", describió uno de los pocos integrantes de la mesa del jefe de gabinete saliente.
Eso sí, todos los que lo consultan se llevan la misma impresión, el jefe de ministros no se va a retirar de la política. "En un tiempo retomará protagonismo", aseguraron cerca del ministro coordinador.
Un importante referente de Pro analizó en los últimos días: "Con su corrimiento, Peña se lleva la mochila cargada por todo lo que salió mal y Macri se queda con la última foto, la del 40%".
Peña no es único de los más estrechos colaboradores de Macri que se alejarán durante un tiempo. Lo mismo ocurrirá con el vocero presidencial, Iván Pavlovsky, y su secretario privado, Darío Nieto.
El único que seguirá relacionado diariamente con el Presidente será el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.
Peña encabezó ayer el almuerzo de ministros que organiza todos los viernes en la quinta de Olivos. No se despidió y abordó temas de coyuntura, como la situación en Bolivia; la respuesta de Alberto Fernández a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por el protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad y el sistema de renuncias de los cargos políticos a partir del 9 de diciembre.
"Fue el primer flanco de ataque tanto interno como externo y eso lo llevó a deteriorar muchas relaciones con socios fundadores del espacio, como Vidal y Rodríguez Larreta", reflexionó un funcionario que estuvo ayer en Olivos.
Un estrecho colaborador de Peña advirtió que ahora el propio Macri deberá ocuparse de los asuntos políticos que antes recaían sobre el jefe de Gabinete saliente. "Ya no tendrá un pararrayos", reflexionó.
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