Del Obelisco a la Plaza de Mayo para pedir que los políticos se bajen el sueldo
Con el corazón de la protesta en el Obelisco, hubo algunos manifestantes que decidieron avanzar y llevar su reclamo hasta las narices del Gobierno. Alrededor de las 18, algunos manifestantes se dirigieron por la avenida Roque Sáenz Peña hacia Plaza de Mayo, donde entonaron el Himno Nacional y, al finalizar el canto, gritaron, a coro, "¡Viva la Partria!". Seguido, pidieron que los políticos se bajaran los sueldos.
Uno de los manifestantes, Rubén Fernández, sostenía un cartel que decía: "El turismo es salud". Al texto lo acompañaban imágenes de algunas de las actividades hoy suspendidas: vuelos, visitas a parques nacionales, cruceros, viajes en colectivo, tours.
Fernández, de 44 años, es técnico en turismo y no trabaja desde marzo. "Es una locura lo que se está viviendo. Cobré dos veces el Ingreso Familiar de Emergencia, por $20.000 totales, en cinco meses. Son $4000 por mes", dijo a LA NACION, preocupado por su economía, y por las "casi dos millones de personas involucradas en el rubro".
El técnico sostuvo, además, que no marchaba por afinidad a ningún partido político: "Esto no es partidario. El gobierno de la Ciudad nos dio, a los guías matriculados, una sola bolsa de verduras en lo que va de la cuarentena".
Fernández fue uno de los cientos de manifestantes que avanzaron hacia la Plaza de Mayo a pesar de que la convocatoria inicial, surgida en las redes sociales, no contemplaba llevar el reclamo hacia allí. En la sede oficial no estaba el presidente Alberto Fernández, que siguió la manifestación desde la quinta de Olivos, donde también hubo protestas.
La Casa Rosada no estaba vallada y había unos pocos policías.
Sandra Coria, de 49 años, y su vecina Mabel Rodríguez, jubilada, llegaron a la Casa Rosada desde Berazategui, en colectivo. Las amigas, que afirmaron no pertenecer a ningún partido político, marcharon en contra de la reforma judicial. También participaron de la marcha del 9 de julio, en repudio de la misma política.
"Venimos para defender el país y la libertad", dijo Rodríguez, quien, además, se lamentó que el Gobierno no le permita comprar dólares "por estar jubilada".
Coria, por su parte, sostuvo que "debe haber una reforma de la Justicia", pero "no la que quiere el Gobierno, que es para que Cristina Kirchner quede impune". La ama de casa dijo que la vicepresidenta "tiene que ser juzgada porque somos todos iguales ante la ley", y concluyó: "En ningún país honesto pasa esto".
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