Podrían cancelar las maniobras militares con Estados Unidos
Conflicto por la inmunidad a tropas
Tal como están las cosas, no se harán las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos previstas para fines de octubre en Mendoza, aseguraron altas fuentes oficiales y diplomáticas. La única posibilidad de reversión de la situación está ligada al viaje que realiza a EE.UU. el presidente Néstor Kirchner.
El caso de las inmunidades requeridas por Washington para sus tropas ha provocado revuelo en el gobierno argentino. Las "inmunidades funcionales" ofrecidas a último momento por la administración local no cubrirían los requerimientos norteamericanos. Esta clase cobertura refiere únicamente a la acción de las tropas en las funciones militares que desplieguen en la Argentina.
El centro del conflicto está en el Tribunal Penal Internacional, cuya creación fue resuelta por el Tratado de Roma. La Argentina adhirió a ese tratado, en tanto que los EE.UU. se han negado a hacerlo hasta ahora. Washington teme que sus soldados puedan ser citados por terceros países y que un juez argentino libre la consiguiente orden de detención.
Aún cuando se descuenta que Washington enviaría tropas libres de cualquier vinculación con guerras anteriores, el conflicto diplomático que se resuelve en la Argentina se convirtió en un caso emblemático. El precedente le servirá a EE.UU. para reclamar idénticas inmunidades a los numerosos países con los que hace maniobras conjuntas.
La actitud del gobierno argentino fue drásticamente modificada a última hora por Kirchner. Con la aprobación presidencial, el canciller Rafael Bielsa; el ministro de Defensa, José Pampuro, y el secretario legal y técnico de la Presidencia, Ricardo Zanini, habían acordado el texto de un proyecto de ley que, aunque acotaba las inmunidades a la Convención de Viena, satisfacía en principio a los abogados del Departamento de Estado.
Ese proyecto fue defendido en el Congreso por Bielsa y Pampuro; el correspondiente despacho de comisión estaba ya firmado por casi todos los bloques parlamentarios.
Pero Kirchner modificó la instrucción pocas horas más tarde y ordenó limitar las inmunidades sólo a lo "funcional". Se aseguró en medios oficiales que la reacción de los ministros, fundamentalmente la de Bielsa, fue la de funcionarios desairados y desautorizados por su presidente, no sólo ante los legisladores, sino también ante los interlocutores en Washington.
Fuentes extraoficiales del Ministerio de Defensa señalaron que ahora la prioridad consiste en salvar los 2 millones de dólares anuales en becas a oficiales argentinos, que hacen cursos de perfeccionamiento en EE.UU. De hecho, para las maniobras de Mendoza está previsto el arribo de los aviones de combate más nuevos y sofisticados. Varios de ellos se usaron sólo en la reciente invasión a Irak.
Fuentes oficiales aseguraron que Washington podría levantar al mismo tiempo su agregaduría militar en Buenos Aires, porque carecería de sentido mantenerla. En tal caso, quedaría sin vigor también la condición de la Argentina de aliado extra-OTAN de Estados Unidos.
En ese marco se inscribe la situación tambaleante del jefe del Ejército, Ricardo Bendini. La DAIA dio por superado el episodio que acusó a Bendini de frases claramente antisemitas, aunque el líder de la entidad judía, José Hercman, precisó que "no hay pruebas para acusarlo". Esto es: la DAIA no asegura que Bendini no haya dicho lo que aseguraron que dijo, sino que carece de las pruebas necesarias para incriminarlo. Bendini nunca intentó tomar contacto con la entidad madre de la comunidad judía.
Empinadas expresiones del Gobierno se alarmaron por lo que consideran un período de operaciones y contraoperaciones por parte de Bendini y de los generales que fueron pasados a retiro cuando asumió Kirchner.
"Debe haber una instancia de conciliación entre ambos grupos antes de que la escalada tome la magnitud de los enfrentamientos entre azules y colorados", dramatizó la fuente.
En verdad, lo que se ha puesto en discusión también es el discurso de Bendini sobre la política militar. Defensor de un Ejército con grandes despliegues territoriales, sobre todo en la Patagonia, su proyecto contrasta con la política de una fuerza más pequeña que lo que fue históricamente, aunque ágil y dotada de amplios recursos tecnológicos.
Preocupa también el final inevitable de esa política: la confección de una hipótesis de conflicto con Chile. Uno de los logros de la administración de Carlos Menem fue la conclusión definitiva de todos los problemas limítrofes con Chile. Además, la relación entre la Argentina y Chile transita ahora por uno de los mejores momentos de su historia.
Otro aspecto del discurso de Bendini que inquieta a los funcionarios políticos refiere a su autoidentificación como un "general nacionalista" en contraposición con lo que él llama el "lanussismo". La división de Ejército entre "liberales" y "nacionalistas" corresponde a los tiempos en que la fuerza era un virtual partido con ambiciones de acceder al poder.
Tras 20 años de democracia, los militares habían dejado atrás aquellas divisiones para convertirse en profesionales a las órdenes de los poderes constitucionales. El alto mando del Ejército esta calificando en estos días a los ocho coroneles que ascenderán a generales a fin de año. Es probable que la hora del adiós le llegue a Bendini cuando esos ascensos se hayan consumado.
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