La carrera presidencial: la disputa de poder en el peronismo. Primer paso para un acuerdo en el PJ
El duhaldismo organiza un congreso partidario "de unidad", en el que se decidirá otra fecha para realizar la elección interna
Eduardo Bauzá llamó desde su casa a Carlos Menem para contarle el resultado de la visita que acababa de recibir. La respuesta del ex presidente fue tajante, apenas terminó de oír el relato: "Flaco, lo único que te pido es que me consigas una fecha".
Despuntaba el mediodía y el avezado asesor menemista comenzó a organizar un plan para que su sector participe en el congreso peronista que se convocaría horas después para el viernes de la semana próxima.
Eduardo Camaño, jefe tanto de la Cámara de Diputados como del congreso nacional del PJ, también se comunicó urgente con su jefe político tras despedirse de Bauzá.
El presidente Eduardo Duhalde se enteró entonces de que el menemismo estaba dispuesto a concurrir a un plenario "de unidad" del justicialismo y a bajar el tono de la disputa de poder.
La operación que con sigilo inició el Gobierno el fin de semana había entregado como resultado un principio de acuerdo, que hace pocos días parecía ciencia ficción.
Por la tarde, ya reelegido como titular de Diputados, Camaño anunció que hoy convocará al congreso partidario para el viernes 13. "Aspiramos a que sea una reunión de unidad. Va a haber elecciones internas en el peronismo; sólo falta establecer la fecha definitiva", aseguró.
El 23 de febrero o el 2 de marzo fueron los días que analizaron Bauzá y Camaño como posibles para la contienda, según fuentes que escucharon el relato que uno u otro hizo de la reunión.
Para el Gobierno, la negociación abierta permite imaginar un fin de año con un frente de turbulencias menos, sobre todo ante el temor de un rebrote de violencia social.
Camaño también arrancó una media palabra a Bauzá de que si se tranquiliza la crisis partidaria el bloque de diputados menemista se reintegrará al del PJ. Algo nada menor cuando Duhalde aspira a que se sancione cuanto antes el presupuesto 2003, exigido por el Fondo Monetario.
Intercambio
Menem está dispuesto a tragarse el orgullo y avalar otra modificación de la fecha electoral a cambio de asegurarse que no se suspenda esa instancia, como amenaza un sector del oficialismo.
La razón es sencilla: varias encuestas vaticinan su triunfo si gana la elección del PJ, pero le auguran pocas posibilidades si todos los candidatos peronistas compiten sin escalas en la votación general.
Los principales voceros del ex presidente ratificaron ayer la decisión de concurrir al congreso partidario para discutir las reglas de juego.
Se encargaron de recalcar, eso sí, que no existe un pacto Duhalde-Menem. "Buscamos consenso con los candidatos. Duhalde no tiene ninguno, que se sepa", fue la frase elegida por distintos operadores, como si lo hubieran ensayado.
La estrategia pública de Menem consistirá, al menos como se preveía anoche, en presionar a gobernadores y jefes de distrito para que los comicios internos sean el 19 de enero.
Esa fecha fue establecida el mes pasado por el congreso partidario, dominado por el duhaldismo y sin el consentimiento de Menem. Aquella vez, el ex presidente desistió a último momento de participar del encuentro, porque confiaba en que un fallo judicial podría beneficiarlo.
La sentencia llegó poco después -reinstaló las elecciones internas obligatorias y simultáneas-, pero el Parlamento derogó la ley cuando fijó el 27 de abril como día de las elecciones generales.
Bauzá, el candidato a vicepresidente Juan Carlos Romero y un grupo reducido de dirigentes definieron un plan de acción para continuar las negociaciones previas al congreso.
Temen que los quieran engañar. Por eso, les preocupa encontrar una fórmula que impida un incumplimiento posterior de los eventuales acuerdos que se alcancen. "¿Quién asegura que si aceptamos votar en marzo después van a respetar esa fecha, si ya la cambiaron tres veces?", preguntó Romero en una reunión del comando menemista.
Por eso, intentarán que todos los candidatos firmen un compromiso antes del congreso en el que acepten como "última y definitiva" el próximo calendario que se establezca. Así lo reconocieron Menem y Romero en un comunicado que difundieron anoche.
Como plan secundario intentarán pelear que se desdoblen las elecciones de autoridades partidarias de las de candidatos, que se reforme la junta electoral con representantes de todos los postulantes y que se restituya a dos apoderados menemistas removidos.
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