Fragata varada. Puricelli aún resiste, aunque el pase de facturas interno lo complica
El ministro de Defensa es el más expuesto en los cruces con Cancillería por la escala en Ghana; habría más cartas que revelan la responsabilidad de los funcionarios
Las disputas internas en el gabinete por el caso de la Fragata Libertad retenida en el puerto de Ghana crecen día a día. El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, es el hombre al que apuntan todos los cañones por su responsabilidad en la historia, compartida con el canciller Héctor Timerman.
Mientras siguen acusándose uno a otro, por ahora Puricelli resiste la presión a pesar de que un sector del Gobierno apunta directamente a él como el funcionario de mayor rango que permitió que la Fragata pasara por Ghana a pesar del riesgo de que quedara embargada por los reclamos de los bonistas extranjeros que no entraron en el canje de deuda.
Según destacaban ayer en la Casa Rosada, la presidenta Cristina Kirchner está en busca de toda la información, pero por el momento no está dispuesta a pagar los costos políticos ni a soltarle la mano a ninguno de sus colaboradores. De todas maneras la mayoría de los funcionarios consultados ayer por LA NACION sostenían que el ministro de Defensa era el más golpeado por la situación.
"La Presidenta toma nota de la falta de gestión y en algún momento actúa. Nunca sobre un caso en pleno conflicto", explicó un colaborador presidencial.
En medio de la cada vez más expuesta interna en el gabinete, el fuego cruzado está entre Defensa y la Cancillería. Desde ambos sectores dicen tener más cartas, que podrían salir a la luz, en las que tanto Puricelli como Timerman aparecen involucrados con su aval para el famoso viaje del buque escuela.
Anteayer se conoció que el Ministerio de Relaciones Internacionales había alertado sobre la inconveniencia que significaba que la Fragata Libertad recorriera las costas africanas por el riesgo de un embargo. Si bien la nota ponía el eje en Europa, no descartaba que pudiera haber complicaciones. Esa nota, firmada por el vicecanciller, Eduardo Zuaín, fue en respuesta a una misiva anterior del vice de la cartera de Defensa, Alfredo Forti, que pedía autorización para cambiar el recorrido de la Fragata y abandonar uno de los destinos, Nigeria, para atracar en Ghana.
Cristina Kirchner, hasta el momento, sólo responsabilizó a la Armada por el conflicto con el cambio en la cúpula de la fuerza, con la idea de cortar en ese punto la crisis. Pero según supo LA NACION, si se filtran más cartas podrían quedar involucrados los ministerios.
En el entorno presidencial acusan a Puricelli de una "falta de gestión" y de haber instalado una política de "dejar hacer" a las Fuerzas Armadas, bajo su mando. Si bien en la Casa Rosada sostienen que en lo inmediato Cristina Kirchner no le soltaría la mano, su influencia en el Gobierno está en baja. Puricelli llegó a Defensa de la mano del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, que fue perdiendo en los últimos meses áreas de poder.
El ministro de Defensa tiene escaso diálogo con la Presidenta, a diferencia de Timerman, con mayor llegada a la jefa del Estado. Anteayer, en plena crisis, el canciller pasó toda la tarde en Balcarce 50. Cerca de Puricelli apuntan, en cambio, a Forti, que fue enviado por Cristina a Ghana para negociar la liberación de la Fragata.
Otra de las quejas hacia Puricelli, según describen desde un sector del Gobierno menos identificado con el peronismo tradicional, es que el ministro dejó trascender que preferiría darles más juego a las Fuerzas Armadas en seguridad interior, algo que está prohibido por ley. Incluso, la relación con los Estados Unidos es otro punto de disputa entre quienes propician un acercamiento y los que apuestan a una mayor distancia, como Timerman.
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