La investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman arrojó una novedad tras conocerse un contacto telefónico entre dos de sus custodios, ocurrida el día posterior al deceso en su departamento de las torres Le Parc.
"Cato", el custodio del que no habían trascendido datos y cuyo sobrenombre es ficticio, es un espía que integraba los Servicios de Inteligencia y formaba parte de la custodia del fiscal.
Otro de los responsables de la custodia oficial, Rubén Benítez, declaró que "Cato" se iba a sumar al equipo de la custodia, pero que solo estuvo vinculado un corto tiempo. Después de eso, según reveló, nunca más lo vio.
La fiscalía verificó la información revelada con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y confirmó la existencia de esta persona, sin embargo, su identidad está protegida por las leyes de inteligencia.
El espía en cuestión declaró hoy ante la Justicia. A su vez, hace dos meses la Policía presentó un informe de los cruces de llamadas y encontró uno entre Benítez y "Cato" el día 19 de enero, contacto que Benítez no había explicitado en su declaración.
Se trata de una comunicación de dos minutos, de la que no hay precisiones sobre quién fue el emisor de la llamada, pero quedó asentada la evidencia del contacto.
Los investigadores sostienen que este episodio confirma la línea de que los Servicios de Inteligencia estuvieron detrás de la muerte de Nisman.