Rafael Grossi: "El informe sobre la explosión marcó un antes y un después"
El lugar en el que se detectó el evento acústico se corresponde con el derrotero del submarino. Lo demás es todo especulación". Sin abandonar la cautela, el embajador en Austria y representante argentino ante la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares (CTBT), Rafael Grossi, busca las palabras precisas para mensurar el alcance de la explosión que el organismo detectó a fines de noviembre y que marcó un antes y un después en la búsqueda del ARA San Juan .
Grossi definió dicha organización como "el estetoscopio de la Tierra", ya que a través de una red de detección escucha permanentemente el sonido del planeta. La masa de información gigantesca que recoge desde los rincones más profundos apunta a desentrañar si en algún sitio se realizan ensayos nucleares.
Voz más que autorizada en la prevención de las armas nucleares, Grossi fue director general adjunto de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) entre 2009 y 2013, y el gobierno argentino estudia postularlo para conducir el organismo en 2021. Un año antes presidirá la conferencia internacional sobre la revisión del tratado de no proliferación de las armas nucleares. Y sigue de cerca las negociaciones para la cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un, que ambos presidentes acordaron para fines de abril o principios de mayo.
-¿Se pudo desentrañar lo que le pasó al submarino?
-La búsqueda continúa, se siguen llevando esfuerzos adelante, pero está claro que el informe de la CTBT trajo una triste certeza de que había habido un fenómeno compatible con una explosión. Los análisis técnicos llevarán años, pero marcó un antes y un después.
-¿El Gobierno hizo la consulta porque tenía algún indicio?
-No. Fue un intento de aportar un poco de luz en un momento en el que no se sabía qué estaba pasando. Y, le confío, con pocas expectativas. Esta red está dedicada a otra cosa, a la detección de ensayos nucleares . Nuestra tarea fue absolutamente técnica, no tuvo nada que ver con factores de naturaleza política.
-¿Otros países aportaron información?
-Entiendo que sí, pero no formó parte de mi tarea. Hubo países que acercaron información que tenían y cuyo alcance no conozco. La información que aportó el CTBT fue muy completa y fue analizada con técnicos de la Armada.
-¿Se pudo localizar la ruta que siguió el submarino?
-La información que aportó el CTBT indicó unas coordenadas geográficas que correspondían al derrotero del ARA San Juan. Por eso fueron consideradas relevantes y absolutamente referidas al evento del submarino y no a cualquier otra cosa.
-Hay hipótesis que llevan la ruta del submarino a las Malvinas.
-Lo único que aporta la información es que el lugar aproximado en el que se detecta ese evento acústico corresponde al derrotero del submarino. Todo lo demás son especulaciones.
-¿Esa red de detección sirvió, por ejemplo, para advertir los ensayos nucleares de Corea del Norte?
-Exactamente. Ha sido de enorme importancia en el marco de la crisis de Corea del Norte. El hecho de que exista un organismo internacional es indispensable, porque se basa en un cuerpo técnico de sismólogos, expertos en hidroacústica y especialistas nucleares que analizan y nadie los discute.
-¿Corea del Norte niega esas mediciones?
-No, al contrario. Las reivindica, se enorgullece y dice que es más poderoso de lo que los expertos internacionales dicen. El último ensayo fue en septiembre de 2017. Fue muy preocupante porque fue de magnitud muchísimo mayor que la de los cinco ensayos anteriores. Su política constante logró su objetivo: sentarse a negociar en un pie de igualdad con Estados Unidos.