El escenario. Resignación y dependencia de la Nación
Prometía ser la madre de todas las batallas de los gobernadores opositores y también de varios kirchneristas. La ausencia a largo plazo de una nueva ley de coparticipación federal abrió la puerta para que las provincias reclamaran a la Nación un reparto más equitativo de la ley del cheque.Pero el fantasma de la crisis financiera mundial y las presiones de la Casa Rosada, al parecer, pudieron más que cualquier deseo.
Hasta hace dos meses más de un gobernador oficialista se animaba a deslizar en público y más aún en privado que el Gobierno tenía que ampliar el porcentaje de coparticipación del 15 por ciento que hoy reciben las provincias por la ley del cheque. En esta línea se ubicaban desde el bonaerense Daniel Scioli, pasando por el sanjuanino José Luis Gioja, el salteño Manuel Urtubey y el chubutense Mario Das Neves. A éstos se les sumaba el reclamo opositor de provincias como San Luis o Santa Fe, que también reclaman un reparto más equitativo de una torta impositiva global valuada en unos 22.000 millones de pesos anuales.
Atento a la tormenta de pedidos que se avecinaba, Néstor Kirchner desplegó un silencioso y arduo trabajo de presión en cada provincia. Luego de más de un mes de prolija tarea que realizó en persona y también por medio de diversos emisarios del Gobierno, convenció a los gobernadores díscolos del PJ sobre la "inoportunidad", así les dijo a varios, de instalar ahora el debate por un nuevo reparto de lo recaudado con la ley del cheque. Claro que a cambio de ello prometió la finalización de obras y fondos frescos para el año electoral que se viene.
Además, la crisis financiera jugó en favor de la arremetida kirchnerista. El temor se utilizó en este caso para justificar la necesidad de que el gobierno central maneje la mayor cantidad de fondos posibles para atender eventuales desajustes económicos en 2009. Este discurso les sirvió a varios mandatarios para cambiar su actitud beligerante y acomodar un enfrentamiento por un apoyo explícito.
No todo es lineal en política y es probable que muchos legisladores de la oposición y del oficialismo se salgan del libreto de sus gobernadores y cuestionen en el recinto de Diputados el retaceo de fondos de la Nación. Aunque la realidad parece ser más cruel y todo indica que la resignación y la dependencia se cristalizarán en los deseos kirchneristas.
lanacionar