Rodríguez Saá define hoy otro gabinete con los gobernadores
El Presidente convocó a los mandatarios justicialistas para que le propongan candidatos en reemplazo de los ministros, que, en su totalidad, presentaron las renuncias; pidió que los bancos abran mañana, de 8 a 20, para permitir extracciones
El presidente Adolfo Rodríguez Saá no pudo definir ayer un nuevo gabinete acordado con los gobernadores del PJ, pese a intensas reuniones que realizó en la residencia presidencial de Olivos, ni pudo confirmar anoche, ante una pregunta de LA NACION, si aceptaba las dimisiones presentadas al mediodía en forma colectiva por todos sus ministros.
"Sólo presentaron sus renuncias", dijo, escuetamente, cuando fue consultado sobre si las aceptaba.
Pese a la premura y resolución que intenta exhibir en sus actos de gobierno, como manera de diferenciarse del estilo de su antecesor, Fernando de la Rúa, Rodríguez Saá resolverá hoy el gabinete junto a los gobernadores justicialistas, en una reunión en Chapadmalal.
El Presidente sólo anunció anoche, tras una fuerte expectativa, que les pidió a los bancos que mañana atiendan en un horario especial de 8 a 20. Busca así facilitar el retiro de sueldos y jubilaciones, según lo establecido en las restricciones de retiros de depósitos.
"Les he pedido hacer una atención especial al público para que los jubilados, nuestros viejitos, a los que tanto queremos, puedan con dignidad hacer sus retiros", dijo el Presidente, junto al ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, que sería el único confirmado, según fuentes oficiales.
Los ministros que podrían dejar el gabinete son el canciller, José María Vernet, y los secretarios de Asuntos Militares, Hugo Franco, y de Políticas Sanitarias, Víctor Reviglio.
Si bien el Gobierno no pudo definir aún el modo de salir del "corralito" financiero, lo que más le preocupa es el proyecto de presupuesto 2002, que en las próximas horas se enviaría al Congreso con un nivel de gastos de $ 36.000 millones, es decir, $ 3000 millones menos que los estimados por el equipo de Cavallo.
El ahorro se logrará a través de la cesación parcial en el pago de la deuda y del recorte de algunas transferencias a las provincias.
Una decena de analistas recibió algunas precisiones ayer sobre este proyecto por parte del secretario de Hacienda, Rodolfo Frigeri. En ese encuentro, hubo consenso absoluto en contra del proyecto de la tercera moneda, el argentino. Fuentes del Palacio de Hacienda indicaron que se intentará emitir más Lecop para inyectar liquidez. Rodríguez Saá habló telefónicamente con George Bush, que pidió un plan económico "sostenible".
Rodríguez Saá redefinirá su gabinete
El presidente Adolfo Rodríguez Saá no pudo formar hasta anoche un nuevo gabinete acordado con los gobernadores del Partido Justicialista ni pudo decidir si les aceptaba la renuncia a todos los ministros, que presentaron su dimisión como consecuencia de la grave crisis originada en el cacerolazo de anteanoche, que terminó en graves disturbios en el Congreso y en la puerta de la Casa Rosada.
La protesta masiva por las calles de la Capital Federal terminó con la renuncia de Carlos Grosso, identificado como un símbolo de la corrupción política. De inmediato, el Presidente aceptó el alejamiento del controvertido jefe de asesores de la Jefatura de Gabinete.
Pero en Olivos, luego de más de doce horas de intensas reuniones con todos sus ministros, Rodríguez Saá no pudo responder a La Nacion, pasadas las 21, acerca de si había aceptado la renuncia colectiva de todo su gabinete, puesta a disposición del Presidente desde el mediodía. “¿Aceptó la renuncia de su gabinete?”, preguntó La Nacion. “El gabinete presentó la renuncia...”, contestó secamente el jefe del Estado. “¿Pero fue aceptada o no?”, se insistió. “Fue presentada”, cortó Rodríguez Saá.
Caía la calurosa noche en la residencia presidencial y Rodríguez Saá caminaba presurosamente hacia el chalet, luego de un mensaje a la prensa sin anuncios. Se esperaban importantes definiciones porque cuatro horas antes había sido convocada la rueda con periodistas, en la que no se permitieron preguntas.
Su rostro, circunspecto, reflejaba la indudable preocupación: no había definido nada sobre su gabinete cuestionado, ni sobre las próximas medidas económicas. En esos anuncios se esperaba amortiguar el descontento general por la restricción financiera y la falta de circulante para cobrar sueldos y jubilaciones.
Este factor y los nombres cuestionados en el gabinete fueron los reclamos que se registraron en el cacerolazo de anteanoche.
Según trascendió, el Presidente aceptaría las dimisiones de los funcionarios más controvertidos: el canciller José María Vernet, a cargo interinamente de Defensa, y los secretarios de Asuntos Militares, Hugo Franco, y de Políticas y Regulación Sanitaria, Víctor Reviglio. La intención original era conformar un gabinete de gobernadores del PJ, para rodearse de apoyo partidario.
Pero anoche sólo se consideraba la creación de un elenco de figuras de sólida trayectoria en el justicialismo. Sobre esta posibilidad se conversará hoy en una reunión con gobernadores peronistas en Chapadmalal, a la que podrían faltar figuras notables, tal como se informa por separado.
Cuando un periodista abordó al Presidente para saber “cuál será su gabinete”, el ex gobernador de San Luis replicó en forma cortante: “Mañana lo van a saber. Gracias”.
Sin anuncios
Un comunicado oficial consignaba previamente la renuncia masiva de ministros, señalaba que “el Presidente lamentó profundamente los hechos de violencia registrados” e informaba que éste había recibido a la cúpula de la Policía Federal, con la que “valoró el accionar policial que procuró evitar la confrontación” con la gente.
Cuando Rodríguez Saá se presentó ante la prensa, en Olivos, dijo que estaba “muy preocupado por lo que nos está sucediendo en la Argentina”. Indicó, además, que había convocado “a representantes de bancos para pedirles que contribuyan a la paz social y el lunes (por mañana) abran los bancos en un horario especial de 8 de la mañana a 8 de la noche” para cubrir los pagos establecidos en “el corralito”.
“He pedido especialmente que traten de darles un trato humano y razonable a todos los jubilados”, añadió.
“Para alegría mía, encontré gran disposición”, añadió. E informó que los banqueros se reunirán hoy con el Banco Central en Economía “para ordenar técnicamente la extracción de fondos por cajeros para mañana”.
Instó, además, a “hacer una atención especial al público para que los jubilados, nuestros viejitos, a los que tanto queremos, puedan con dignidad hacer sus retiros en los bancos como corresponde”. Rodríguez Saá anunció también la reunión con los gobernadores en Chapadmalal y se despidió. Nada estaba definido.
En fuentes del entorno presidencial reconocen ahora que el Gobierno quedó con una legitimidad extremadamente precaria. Tras la crisis social de anteanoche, nadie en la Casa Rosada imagina ahora la posibilidad de evitar las elecciones del 3 de marzo próximo para extender el mandato hasta 2003.
Hasta un vecino de Olivos se coló ayer en la residencia oficial para descargar su bronca. Camuflado entre los periodistas, el hombre abordó frente al propio chalet presidencial a un empleado de la Presidencia: “¿Me quiere decir qué hace Rodríguez Saá reunido con esa banda...?”, sorprendió.
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