Sadous: Kirchner tenía que saber todo lo que pasaba
Afirma que lo desplazaron de Caracas porque estaba ante "un acto de corrupción" e hizo las denuncias
Convertido en el diplomático de carrera más molesto de los últimos años para la Casa Rosada, el ex embajador ante Venezuela Eduardo Sadous se siente incómodo. Se ve en la picota y acusado de "estupideces" que, afirma, lo ensucian a él y angustian a su familia. Todo, señala, por contar lo que sabe sobre la relación bilateral y lo que vio sobre gestiones "paralelas" -palabra que incomoda, y mucho, al oficialismo-, "irregularidades" y, por lo menos, "un acto de corrupción".
Cree Sadous que el entonces presidente Néstor Kirchner "estaba al tanto" de lo que ocurría por aquellos días. Es decir, de su alerta confidencial sobre la desaparición de millones de dólares del fideicomiso y de la reacción del equipo del ministro Julio De Vido. En especial, de Claudio Uberti, el funcionario eyectado por el escándalo de la valija con Guido Antonini Wilson, que lo intimó a través de un colaborador de la embajada: "Decile a Sadous que se deje de joder. Que eso lo manejamos nosotros", rememora.
Asentado en Buenos Aires desde 2005, sin que le hayan dado otro destino en el exterior desde entonces, Sadous evitó dialogar con la prensa sobre la "diplomacia paralela" y las quejas de los empresarios afectados. Ni siquiera después de declarar ante la Justicia y la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. Pero aceptó dialogar con LA NACION, "porque se han dicho tantas mentiras" y, afirma, quiere "decir las cosas como son".
-Ante la Justicia, usted habló de "gestiones comerciales paralelas". ¿Qué significa eso?
-[Se pone tenso] Prefiero no entrar en esos temas y «embarrar» la cancha con temas sobre los que ya hablé ante la Justicia y el Congreso.
-¿Desde que volvió a la Argentina, se reunió alguna vez con el canciller Jorge Taiana?
-Jamás me reuní con Taiana. Y recuerde que, por entonces, el canciller era Rafael Bielsa y tampoco me reuní con él. Pero antes, cuando Kirchner viajó por primera vez a Venezuela, Bielsa me felicitó delante de él porque la organización del viaje había sido «impecable», y en noviembre de 2004, cuando viajé a Buenos Aires, entonces, sí, me reuní con Jorge Taiana, por entonces vicecanciller y me dijo que organizara tranquilo mi vida. «Vos te quedás en Venezuela.» Ya en enero de 2005, me entero de que Chávez [Hugo, presidente de Venezuela] viaja a la Argentina y me llaman para coordinar la visita y ahí es donde mando el último cable, el famoso cable, con el título «Grave situación».
-Ese cable lo redactó el encargado de negocios de la embajada, Alberto Alvarez Tufillo, pero usted como jefe lo firmó y envió tras endurecer el texto e incorporar la palabra clave « corrupción». ¿Por qué lo hizo?
-Porque evidentemente hay allí un acto de corrupción. No me cabe ninguna duda. Si usted saca plata de una cuenta de donde no se podía sacar, la trae a otro país, la cambia en el mercado negro, la recompra en el mercado oficial y se queda con la diferencia, hay un hecho de corrupción.
-Pero de la lectura del cable queda claro que usted alude a la « corrupción» del lado venezolano?
-[Interrumpe] Absolutamente.
-Pero, sin embargo, usted también ha declarado que hubo una reacción de la parte argentina, cuando Uberti llamó a Alvarez Tufillo. ¿Qué le dijo?
-«Decile a Sadous que se deje de joder. Que eso lo manejamos nosotros.»
-Pero el gobierno argentino dice que el fideicomiso sólo lo manejan los venezolanos y que no es bilateral, algo que Uberti, según usted, dejó claro que no es así.
-Sí, sí.
-¿Usted considera que ése fue el principio del fin para su gestión como embajador en Venezuela?
-No es que lo «considere». Fue así. Ese cable lo mandé a fines de enero de 2005, el día en que viajaba a Buenos Aires para acompañar la visita del presidente Chávez. Y en el cable lo que expuse era que aprovecháramos esa visita para poner presión y corregir las irregularidades que estaban pasando en el fideicomiso. Venezuela es una sociedad muy compleja, muy burocrática, muy centralizada, y había quejas; nos pasábamos el tiempo haciendo gestiones, por ejemplo, en la agencia de control de cambios para que destrabaran pagos. Entonces, había que aprovechar la visita de Chávez para explicarle lo que había pasado y asegurar que no se repitiera.
-¿Qué ocurrió cuando llegó?
-Al rato me llama Alvarez Tufillo y el entonces subsecretario de Política Latinoamericana, Darío Alessandro, me dijo: «Ni aparezcas por la Casa de Gobierno con la visita de Chávez porque te van a sacar a patadas». Le dije: «¿Qué querés que haga?». Y me dijo: «Mirá, quedate los tres días que te llamamos, después volvés a Caracas y vemos cómo sigue». Además después me entero, tres semanas después y por Página 12 , que Garré [Nilda] venía a Venezuela. Entonces, los llamo a Bielsa y a Taiana. Bielsa nunca me responde la llamada, y Taiana me dijo: «Mirá, el canciller se enteró igual que vos por los diarios. Fue una decisión del más alto nivel». Entonces, si no hay una relación causal?
-Alessandro negó haber dicho lo que usted sostiene.
-El afirma que me encontró en un pasillo de la Cancillería, lo cual es mentira porque yo no llegué a pasar por la Cancillería en ese viaje, y que me dijo: «Si no te invitaron, no aparezcas»; es ridículo, porque si me llamaron al país como parte de la delegación, no hace falta una invitación.
-Si el malestar contra usted se originaba en la « Casa de Gobierno», ¿Kirchner estaba al tanto de todo?
-Mire, con lo que me dijeron D´Alessandro y Taiana, supongo que Kirchner estaba al tanto. Si la decisión fue al más alto nivel, ¿qué más alto nivel que el canciller?
-Hay un apellido que hasta ahora usted no mencionó: De Vido.
-[Sonríe, se mantiene callado].
-¿Qué relación tenía con él?
-Una relación correcta, de embajador a ministro.
-¿Tuvieron alguna vez algún cortocircuito?
-No, en absoluto.
-¿Usted colaboraba con el trabajo de De Vido cuando viajaba a Venezuela?
-Cuando pedían colaboración, se prestaba colaboración.
-¿Hubo veces que no la pidieron?
-Que yo sepa? sé que hubo algunas misiones en las que nosotros no estuvimos involucrados, pero nada más.
-¿Se arrepiente de algo?
-No, en absoluto. Quizás, haber aceptado la embajada en Venezuela [risas].
-Ante la Justicia, usted declaró que hubo planteos informales de empresas argentinas afectadas en Venezuela?
-[Interrumpe] Había quejas permanentes, fundamentalmente de pagos, demoras en los pagos, en los cumplimientos. Hay infinidad de cables que lo consignan.
-Pero esos eran problemas de empresas argentinas con firmas o funcionarios venezolanos. ¿Y problemas de firmas argentinas con funcionarios argentinos?
-Nada que haya quedado registrado.
-¿Cuál era la reacción de la Cancillería ante esos reclamos?
-Por lo general se hacían las gestiones correspondientes. Por lo que sé, por ejemplo, cuando ocurrió aquello del fideicomiso, se llamó al embajador de Venezuela, que dijo que se trataba de un error, que no tenían experiencias en fideicomisos y que el dinero [faltante] había sido devuelto.
EDUARDO SADOUS
Ex embajador en Venezuela
- Profesión: diplomático
- Edad: 64
Estuvo destinado en la India, Italia, Holanda y fue embajador en Malasia durante el menemismo. En 2002, Eduardo Duhalde lo designó embajador en la Venezuela de Hugo Chávez, dos meses después del fallido golpe de Estado contra el líder bolivariano. Tuvo una gestión de bajo perfil, hasta que fue reemplazado por Nilda Garré en 2005. Pero tiempo después de su salida se conoció un cable en el que había alertado sobre irregularidades en el fideicomiso que regulaba el comercio bilateral. Y este año declaró en la Justicia que existía una "diplomacia paralela" y destapó un escándalo al deslizar sospechas de pagos de coimas para vender a Venezuela.
EL HOMBRE QUE IRRITA AL GOBIERNO
"Evidentemente, con el tema del fideicomiso había un acto de corrupción. Mi denuncia fue el principio del fin de mi gestión allí "
" Con lo que me dijeron Alessandro y Taiana, tengo que suponer que Kirchner estaba al tanto. La decisión fue al más alto nivel "
"Por parte de los empresarios había quejas permanentes, por incumplimientos y demoras en los pagos "
Más leídas de Política
Lavado. El Colegio Público de la Abogacía presentó un amparo contra la obligación de reportar operaciones sospechosas
300 posibles despidos. El Gobierno dispuso el cierre de todas las delegaciones provinciales del Enacom
De un año a tres meses. El Gobierno acorta los contratos de los estatales y cerca de Milei no temen por una ola de juicios