Scioli busca autonomía política con aumento de impuestos
De todas las provincias, Buenos Aires acusará el mayor impacto por el fin de la tregua fiscal concedida por la Casa Rosada hace dos años. De hecho, el gobernador Daniel Scioli deberá destinar el año próximo cerca de 10.000 millones de pesos de las arcas provinciales para volver a pagar los servicios del Fondo de Desendeudamiento (PFD) y del Convenio de Asistencia Financiera 2010, que llegarán junto con las primeras cuotas del Bono de Descuento 2017. Casi la mitad de esa cifra se utilizará sólo para cancelar intereses.
El monto está estipulado en el presupuesto 2012, que comenzará a discutirse esta semana en la Legislatura bonaerense. Según el proyecto de ley, presentado por el ministro de Economía de la provincia, Alejandro Arlía, una vez registrados los ingresos y pagadas las deudas, la provincia terminará el año con un déficit de 6631 millones de pesos.
Si a eso se le suma los pagos de amortizaciones y la inversión financiera para 2012, Scioli necesitará que alguien le preste 13.725 millones de pesos. La continuidad de la incertidumbre en los mercados podría condenarlo en una única dirección: Olivos. El costo: que la Casa Rosada cope de ultrakirchneristas los cargos de poder provinciales.
Incluso diputados del oficialismo consideran demasiado optimista el déficit de 6631 millones. En 2010, el rojo fue de 2700 millones de pesos. En 2011 se proyectó en 5000 millones, pero, según datos oficiales, terminó superando los 8500 millones. Los legisladores recuerdan que el presupuesto 2012 no incluye un dato crucial: el aumento que consigan los empleados estatales. Los docentes comandados por el kirchnerista Roberto Baradell ya salieron a protestar esta semana. Faltan cuatro meses para marzo.
Desde la Gobernación destacan que el nivel de deuda bonaerense está en su nivel más bajo desde la crisis de 2001, que los ingresos volverán a crecer por encima de los gastos y que la Casa Rosada nunca dejó de financiar las urgencias provinciales.
Pero la prueba del creciente interés de Scioli para obtener recursos propios y evitar las peregrinaciones a Olivos se encuentra en las subas de impuestos previstas en el presupuesto 2012, que incluyen algunas iniciativas polémicas, como gravar con ingresos brutos a las cooperativas o penalizar con el 90% de aumento del impuesto inmobiliario a los terrenos sin edificar en las zonas céntricas de las localidades del conurbano, una medida que busca evitar la especulación inmobiliaria en regiones donde existe emergencia habitacional.
Tras subir un 20 por ciento en 2011, el impuesto inmobiliario rural volverá a crecer un 27 por ciento. Con todo, el impacto, tanto en los productores como en las arcas provinciales, será relativo, ya que las tasaciones de campos casi no variaron desde 2001. No sucederá lo mismo con el aumento del 28% (promedio) en el inmobiliario urbano: usará como base la tasación de 2007 e implicará subas de entre 2500 y 5000 pesos para unos 10.000 bonaerenses, y de entre 1000 y 2500 pesos para otros 100.000.
El impuesto automotor crecerá un 30%, a tono con los aumentos a las concesionarias y a tres actividades que verán crecer su imputación en Ingresos Brutos: bebidas alcohólicas, juegos de azar y cigarrillos.
Schiaretti reclama una ayuda urgente
El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, renovó sus críticas a la Casa Rosada por la supuesta falta de cumplimiento de acuerdos firmados con la provincia y advirtió que eso puede generar "problemas financieros" al estado local. "Más tarde o más temprano, la provincia tendrá problemas financieros", dijo.