Seguridad: fuerte respaldo a la policía, pero "sin mano dura"

El presidente Mauricio Macri respaldó a las fuerzas de seguridad y apoyó la discutida gestión de la ministra Patricia Bullrich, al abrir las sesiones ordinarias del Congreso, aunque buscó moderar su discurso después de la polémica que suscitó el apoyo que brindó al policía Luis Chocobar, procesado por matar a un ladrón fuera de la ley.

Macri trató de salir de la disyuntiva binaria entre las políticas represivas y permisivas: dijo que no cree "en la mano dura ni en el abolicionismo", sino en "un sistema que ponga en el centro a las víctimas del delito, de respeto a las fuerzas de seguridad y de penas proporcionales a los delitos cometidos".

"Hay una tensión entre democracia y seguridad", arrancó el Presidente, buscando un tono más conciliador, pero de inmediato enfatizó: "Queremos sentirnos cuidados y, para eso, también tenemos que pensar en los que nos cuidan".

"Las mujeres y los hombres de las fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración", sostuvo Macri, en un retorno a la prédica que usó al defender al policía Chocobar, procesado por exceso en la legítima defensa, tras comprobarse que mató a tiros a un ladrón, armado con un cuchillo, cuando escapaba sin ofrecer resistencia.

Esta misma idea de cerrar filas en defensa de las fuerzas de seguridad fue el discurso de la ministra Bullrich ante cada caso que la tiene bajo el foco de las críticas, como la muerte de Santiago Maldonado, que se ahogó en un río patagónico mientras era perseguido por la Gendarmería en un corte de ruta, o la muerte de Rafael Nahuel, muerto en un enfrentamiento con la Prefectura en Bariloche.

El Presidente se mostró más moderado, aunque recordó que él mismo fue víctima de la inseguridad cuando fue secuestrado en 1991 por una banda compuesta por integrantes de la Policía Federal.

El Presidente respaldó a Patricia Bullrich, que sonreía cada vez que las cámaras la enfocaban en medio de la Asamblea Legislativa. Dijo que ahora hay una política contra el narcotráfico, que bajaron los robos y los homicidios.

"La seguridad y la lucha contra el narcotráfico son dos de las demandas más grandes de los argentinos. Por primera vez, tenemos una estrategia nacional para abordar estos temas y estamos llevando el cuidado del Estado adonde solo existía el poder de las bandas", indicó el Presidente.

Dijo que hay incautaciones récord de drogas -con 300 toneladas-, que se redujeron los robos un 11 % y los homicidios un 20 por ciento.

Abogó, además, por que se aprueba una ley de extinción de dominio para que los bienes decomisados a narcotraficantes y mafiosos puedan quedar en manos del Estado y se les dé utilidad pública.

Con un tono coloquial, Macri apeló a las emociones para persuadir. "Los argentinos queremos vivir en paz. Queremos salir a la calle sin miedo y que nuestros hijos vivan tranquilos", dijo. Y desplegó como solución una tercera vía ante la mano dura o el garantismo, eligió ponerse del lado de la víctima. Dijo que cree en un sistema que las ponga en le centro, pero que al mismo tiempo respete a las fuerzas de seguridad.

Habló de un tema que se está trabajando en la reforma del Código Penal que realiza una comisión, a cargo del camarista Mariano Borinsky. Dijo que "las penas deben ser proporcionales a los delitos cometidos".

Finalmente, el jefe del Estado insistió, haciendo equilibrio, en que todos estos derechos de las víctimas deben hacerse en el marco "de un sistema republicano que cuide a los argentinos para que vivamos más seguros".