Serra visitó a Macri y se llevó un fuerte gesto de respaldo al nuevo gobierno brasileño
El canciller interino de Brasil se reunió con el Presidente y con Malcorra; fue una clara señal de apoyo a Temer en pleno juicio político a Dilma
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Fue una visita de puro gesto político y con mensajes capitalizados por ambos países. El presidente Mauricio Macri recibió ayer en la Casa Rosada al canciller interino de Brasil, José Serra, en una reunión que tuvo una visible doble lectura: sirvió como señal de apoyo de la Argentina a la nueva administración de Michel Temer y, a su vez, el encuentro buscó fortalecer el posicionamiento del presidente argentino como líder regional.
Serra se reunió con casi todo el Gobierno. Desde el Presidente, pasando por la canciller Susana Malcorra; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la vicepresidenta, Gabriela Michetti. A todos ellos les arrancó el inequívoco compromiso de la Argentina de apoyar a Brasil en el difícil momento que transita. Esto le sirvió a Serra para despejar la idea de un "golpe institucional de Estado" a Dilma Rousseff, como plantean los sectores alineados a la presidenta brasileña que quedó sometida al juicio político.
Si bien Macri no hizo declaraciones públicas sobre la reunión con el nuevo canciller de Brasil y sólo distribuyó una foto abrazado a Serra en su Twitter, fue la canciller Malcorra quien envió el mensaje de apoyo de la Argentina a Temer. "No hay ninguna razón para decir que el proceso" que alejó por 180 días a Rousseff "no ha sido legal", dijo la ministra tras mantener una reunión a solas con Serra.
Para que no queden dudas de la lectura que hizo Macri del juicio político a Rousseff, la canciller añadió: "La realidad es que hay un proceso interno en Brasil que se ha seguido a rajatabla y que nosotros hemos estado mirando muy de cerca", explicó.
No obstante, el Gobierno evitó entrometerse en la crisis interna de Brasil. Esto se reflejó cuando Malcorra dijo que "no es responsabilidad de la Argentina legitimar o no la gestión del presidente Temer".
Serra se reunió primero con su par en el Palacio San Martín al mediodía. En la puerta de la Cancillería hubo una manifestación de militantes de La Cámpora en rechazo a la visita de Serra (ver aparte). Luego de esa reunión ambos cancilleres se trasladaron a la Casa Rosada, donde los esperaban Macri, Peña y Michetti.
Para dar un mensaje de "normalidad" ante la situación que vive Brasil y mostrar que la crisis del país vecino no afectó a la Argentina, Malcorra destacó más tarde que la reunión sirvió para dar "una señal clara de continuidad institucional y de trabajar con nuestro principal socio, como lo hemos dicho en múltiples ocasiones: Brasil es el socio de la Argentina y lo que pase en Brasil afecta a lo que pase en la Argentina", explicó.
Según pudo saber LA NACION, Macri y Malcorra indagaron a Serra por la situación política que se da en estos días en Brasil, posteriores al desplazamiento de Rousseff. Allí fue cuando el canciller de Temer realizó un diagnóstico optimista de los tiempos que se vienen. "Hay una pequeña luz para la economía de nuestro país a fin de sostener en forma razonable y con cierto apoyo popular el gobierno de transición", dicen que explicó Serra ante Macri. El canciller de Brasil también admitió que el gobierno de Temer tiene cierta debilidad y que podría sufrir bajas por casos de corrupción. De hecho, ayer el senador Romero Jucá tuvo que separarse del gobierno interino por admitir en una grabación que el juicio político a Rousseff fue para frenar la operación Lava Jato de corrupción en Petrobras. Serra deslizó también que las elecciones municipales que se darán en octubre próximo en todo Brasil serán "cruciales" para Temer y diagnosticó que allí podría perder el PT que sostiene a Rousseff.
Pero hacia afuera, las cancillerías de ambos países emitieron gestos de continuidad normal en las relaciones. Así, firmaron la puesta en marcha de un mecanismo de coordinación política que, entre otros objetivos, apunta a restaurar el intercambio comercial bilateral, que cayó más de 40 por ciento en los últimos cinco años. Así, la balanza comercial hoy es deficitaria para la Argentina, que sólo en el primer cuatrimestre de este año registró un rojo de US$ 1300 millones por la caída de las exportaciones a Brasil.
Según explicaron Serra y Malcorra, el instrumento que se acordó permitirá impulsar "proyectos estratégicos de integración en áreas como comercio, energía, ciencia, tecnología e innovación, defensa e industria aeronáutica".
A su vez, la vicepresidenta Michetti recibió a Serra a solas y ambos acordaron la creación de una comisión binacional de legisladores para seguir de cerca las relaciones bilaterales. Esta comisión del lado argentino irá en 15 días a Brasil y funcionará como una suerte de "diplomacia parlamentaria de apoyo", según dijo a LA NACION un funcionario.
La Argentina fue el primer destino elegido por Serra desde su asunción como canciller interino. Y no es casual. Macri fue el primer presidente de la región en apoyar a Temer desde las primeras horas. Ayer Serra, que hasta hace un año era un crítico muy duro del Mercosur, se manifestó en favor de dar un nuevo impulso al bloque regional para integrar a los países miembros con la Alianza del Pacífico. Este es uno de los planteos que también promociona Macri.
De esta manera, en el Gobierno creen que la visita de Serra sirvió para posicionar a la Argentina como líder "indiscutido" del Mercosur y avanzar con las propuestas que quiere llevar Macri al bloque. También el canciller de Brasil comprometió un aval de su país a la candidatura de Malcorra para presidir la ONU (ver aparte). Este tema también se abordó ayer en la reunión. Serra salió sonriente y Malcorra pareció imitarlo.
La Cámpora protestó por el "golpe" a Dilma
- Un grupo de militantes de La Cámpora y partidos de izquierda se movilizaron ayer frente a la Cancillería y la embajada de Brasil en protesta por la visita del canciller brasileño, José Serra, y la situación institucional de ese país tras la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff, que atraviesa un juicio político.
- Con carteles que mostraban la cara de Serra como si fuera un delincuente buscado y al grito de "golpista", los manifestantes repudiaron la reunión que el funcionario del país vecino tuvo con la canciller Susana Malcorra y el posterior encuentro de Serra con el presidente Mauricio Macri.
- Los manifestantes, que aunque eran pocos generaron caos de tránsito frente al Palacio San Martín, en el cruce de Esmeralda y Arenales, se reunieron en el lugar temprano en la mañana, con el objetivo de complicar la llegada de Serra al edificio.