Tasan en un millón la casa de Liporaci
Un quincho de 42 metros cuadrados, una ducha finlandesa en el altillo, un jacuzzi para cuatro personas en el baño principal y los vestuarios bajo la pileta son algunos de los detalles más suntuosos de la casa del juez federal Carlos Liporaci, en Vicente López.
Quizá fue eso lo que llevó a una martillero de la zona de San Isidro, que había sido designada por sorteo por la Justicia para hacer la tasación del inmueble, a estimar que la casa de la calle Gaspar Campos 471 vale 1.340.000 pesos, el doble de los 610.000 dólares que el magistrado dice haber pagado.
Esa tasación, que anteayer entregó la martillero al juez federal Gabriel Cavallo, fija un valor incluso mayor que el estimado por el perito de la Corte Suprema, que calculó el precio de la casa entre 950.000 dólares y 1,1 millón.
La revista Veintitrés publicó que la casa vale un millón de pesos y que un organismo del Estado averiguó que una de las hijas de Liporaci remitió al Uruguay, hace pocas semanas, 400.000 dólares. La Nación comprobó que, en rigor, son dos las tasaciones que complican la situación de Liporaci, que está siendo investigado por enriquecimiento ilícito por su par Cavallo.
"Pregúntenle al perito. Cuando lo citen, va a tener que explicar cómo llegó a esos resultados", dijo anteayer Liporaci, visiblemente ofuscado, cuando lo consultó La Nación .
Estos datos, sin embargo, no provocarán que se cite a Liporaci en forma inmediata:este último tiene a su cargo la causa de los presuntos sobornos en el Senado y el juez Cavallo no quiere aparecer como un factor que obstaculice el trámite de ese sumario.
Con estos elementos en su poder, más tarde o más temprano Cavallo terminará por pedirle explicaciones a su colega, para que justifique cómo consiguió el dinero para comprar esa casa de 500 metros cuadrados cubiertos y 800 de jardín. En caso de que las explicaciones de este magistrado no sean satisfactorias, Cavallo dará un segundo paso:indagar a Liporaci.
Pero hay algo que en Tribunales llama la atención: Liporaci tenía previsto finalizar las indagatorias a los senadores el 30 del actual, pero ya postergó varias citaciones para noviembre.
Esto permite sospechar que Liporaci no tendría deseos de resolver la situación procesal de los senadores antes de febrero.Y es probable que Cavallo sólo decida interrogarlo luego, a pesar de que la situación del magistrado se vuelve cada día más insostenible.
Doble pesquisa
Hace casi dos meses, Mario Gersenobitz, miembro del Consejo de la Magistratura, denunció a Liporaci ante ese organismo. El Consejo abrió dos pesquisas: la primera, por la intervención que Liporaci tuvo en la causa por la construcción de la represa de Yacyretá, que alguna vez Carlos Menem calificó como el monumento de la corrupción; la otra, por la casa del juez.
Sobre la primera de las imputaciones, el martes declaró ante la Comisión de Acusación del Consejo Ricardo Weschler, el juez que precedió a Liporaci en la titularidad del juzgado federal número 3 y que hoy es fiscal ante la Cámara de Casación Penal.
Weschler dijo que hasta el momento en que él se desempeñó en ese tribunal se habían reunido bastantes pruebas como para citar a indagatoria a los imputados por el caso Yacyretá.Pero Liporaci opinó otra cosa, porque terminó cerrando la causa.
En cuanto a la casa, La Nación publicó el mes último que la vivienda fue ofrecida por una inmobiliaria en 1,4 millón de dólares, casi dos veces y media más cara que el precio que Liporaci dice que pagó y en cuya defensa exhibe una escritura pública.
Según Liporaci y los dueños de la inmobiliaria, el antiguo propietario decidió desprenderse de la casa de Liporaci porque necesitaba con urgencia el dinero, lo que le permitió al juez hacer un muy buen negocio.
Pero, más allá de que Liporaci haya pagado por la casa 600.000 dólares o 1 millón, lo cierto es que deberá explicar cómo pudo juntar el dinero, aunque sea la suma menor, cuando sus ingresos como juez no son tan elevados.
Y la supuesta transferencia de dinero que habría hecho la hija del juez a Uruguay, de confirmarse, complicaría aún más su situación, porque le sería muy difícil a Liporaci explicar ese movimiento de dinero cuando el mes último, para justificar cómo compró la casa, le aseguró al Consejo que había tomado varios préstamos.
Gersenobitz dijo anteayer que "no importa si la casa vale medio millón o uno, pues lo que el juez debe justificar es cómo pudo comprar la casa, aunque sea por 600.000 pesos. ¿Cómo consiguió ese dinero?".
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