Tras su regreso de EE.UU., el Presidente ratificó su expectativa positiva por el impacto del acuerdo
Macri encabezó una reunión de gabinete reducida; se lo vio "cansado, pero de buen ánimo" por el cierre de la negociación
No bien bajó del avión que lo trajo desde Nueva York, y con las previsibles huellas de cansancio que dejó una agenda llena de reuniones y compromisos protocolares, el presidente Mauricio Macri retomó ayer por la mañana su agenda de trabajo en una jornada trascendente: el día en el que finalmente se produjo el anuncio oficial del nuevo acuerdo con el FMI , a cargo del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne .
No hubo, por cierto, espacio para el descanso. Luego de volar diez horas y aterrizar en el Aeroparque Jorge Newbery, a las 8.30, el Presidente partió en helicóptero para recorrer, junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el Círculo de Suboficiales de la Gendarmería, que sufriera un atentado con bombas molotov durante su ausencia del país. Una hora después, Macri; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y solo seis de sus ministros (Dujovne y Jorge Faurie estaban en el exterior; Rogelio Frigerio, en el Congreso, defendiendo el presupuesto 2019, y Alejandro Finocchiaro, reponiéndose de una dolencia) analizaron las implicancias del inminente acuerdo con el FMI, las consecuencias del paro nacional organizado por la CGT y los coletazos de la sorpresiva renuncia de Luis Caputo al Banco Central.
Uno de los presentes en la quinta de Olivos le contó a LA NACION que el Presidente dijo que "el FMI y el mundo tienen mucha predisposición a ayudarnos" y que "el nuevo acuerdo es bueno para todos". Coincidió con otro testigo en que Macri se veía "cansado", pero "de buen ánimo" de cara a los tiempos y las decisiones trascendentes que se vienen.
"Esperamos un tiempo más previsible, más calmo, mejor para la gente", evaluó la ministra Bullrich, que junto a su par Dante Sica (Producción, Trabajo y Agro) enfrentó a los periodistas en conferencia de prensa, luego de la reunión. "El acuerdo que logramos ya está generando certidumbre en los mercados", agregó Sica en relación con las negociaciones con el FMI.
Contrapunto
El paro nacional impulsado por la CGT anteayer fue discutido en la reunión y mereció evaluaciones dispares por parte de los ministros.
"Trabajamos todos los días, aprendemos de nuestras equivocaciones, somos un gobierno que siempre trata de adaptarse, dentro del rumbo elegido", contestó Sica cuando LA NACION le preguntó si la Casa Rosada rectificaría alguna política luego de la demostración de fuerza del sindicalismo.
Sica, al igual que todo el Gobierno ayer, afirmó que "un paro con falta de transportes es un paro que no se puede medir", y relativizó así su "éxito".
Bullrich aprovechó entonces el momento para enviar un mensaje más fuerte a los gremios ubicados en la vereda de enfrente del Gobierno. "También es hora de que la CGT se pregunte si no es hora de cambiar la metodología de protesta y si van a seguir parando el país", retrucó Bullrich, para quien "el diálogo no es hacer lo que el otro quiere". "Diálogo con imposición no parece un diálogo", contraatacó la exministra de Trabajo de la Alianza.
Algo más incómodos, Sica y Bullrich respondieron sobre la salida de Caputo. "El FMI no tuvo nada que ver con su salida, que ya estaba en carpeta y se hizo de manera consensuada", interpretó el ministro de Producción ante la insistencia de los periodistas.
Luego de la reunión con sus ministros, Macri recibió a los directivos de la petrolera norteamericana Chevron. Voceros presidenciales destacaron el hecho de que los representantes del gigante energético "fueron a la quinta de Olivos", un guiño que no suelen conceder a menudo. Como prueba del clima distendido, la Casa Rosada distribuyó fotos del Presidente y sus visitantes, sonrientes en los jardines de la residencia presidencial.
A primera hora de la tarde, el Presidente recibió a autoridades de IDEA, para luego concentrarse en los anuncios de Dujovne, con quien tuvo "contacto" durante toda la jornada, según contaron cerca de Macri. Voceros del Presidente negaron que hubiera encendido el televisor para seguir "en vivo" el anuncio, que ya conocía de memoria, cosa que sí hicieron Peña; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y otros funcionarios. Por la noche, ya más relajado, Macri pasó a saludar a Margarita Barrientos, organizadora de la cena anual de su fundación, en la Rural de Palermo.
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