Un abogado laboralista conducirá Trabajo
El nuevo ministro de Trabajo, Carlos Alfonso Tomada, se identifica a sí mismo como "un cuadro político y técnico" del peronismo. Casado, con dos hijos, y de 55 años, Tomada es un reconocido abogado laboralista egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1973.
Conocido su nombramiento, dijo a LA NACION que "la generación de empleo, la reforma de la seguridad social y una mayor inspección en el trabajo" serán los ejes de su gestión. Obtuvo el posgrado en Sociología de las Organizaciones y es docente universitario en la materia Relaciones del Trabajo en la licenciatura que se dicta en la UBA. Allí fue director de la carrera.
Es asesor en relaciones laborales y en sindicatos, como en su momento asesoró a los gremios de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Desde 1986 es consultor de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en la gestión pública tuvo una destacada actuación como director nacional de Relaciones del Trabajo entre 1987 y 1989, cuando el ministro del área era Ideller Tonelli, en la presidencia de Raúl Alfonsín.
Estuvo a cargo de distintas discusiones paritarias que se realizaron en esos años entre sindicatos y empresarios, y resaltó en su trayectoria la necesidad de alcanzar consensos entre las partes. De esa experiencia surgió que publicara el libro "El rol de los negociadores en la Argentina", un texto de permanente consulta en las universidades.
Paralelamente a su tarea académica no dejó de desempeñarse en la actividad política. De allí que participara acabadamente en el proyecto que en 1995 llevó como candidato presidencial a José Octavio Bordón, contra Carlos Menem.
La derrota del Frepaso no lo desanimó y en 1998 participó del Grupo Calafate, un sector de dirigentes políticos y técnicos que se reunieron en esa ciudad convocados por el entonces gobernador santacruceño Néstor Kirchner para apoyar la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde en 1999. Entre sus compañeros de ideas estuvieron el designado jefe de Gabinete Alberto Fernández, Esteban Righi, María del Carmen Feijóo, Ignacio Chojo Ortiz y Julio Bárbaro, entre otros.
Ya durante la gestión presidencial de Duhalde, a partir de enero del año último, fue convocado como secretario de Trabajo con Alfredo Atanasof como ministro.
Entusiasmo
La designación de Tomada fue recibida con distintos grados de entusiasmo por el sindicalismo. Desde la "gran alegría" que manifestaron dirigentes de la CGT oficial de Rodolfo Daer, pasando por el deseo de que se cumplan "las políticas de distribución del ingreso" que desea la CGT disidente de Hugo Moyano, hasta la aceptación de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que lo definió como un hombre "abierto a la discusión". Pero todos le reconocen su trayectoria en el campo laboral.
La mayor afinidad la tiene la CGT oficialista. Tanto Daer como Armando Cavalieri coincidieron en que este nombramiento "es la continuidad de una política que nosotros apoyamos y se expresa en tres patas: la previsibilidad de Roberto Lavagna en Economía, Ginés González García en Salud y Tomada en Trabajo", definieron.
Para Julio Piumato, de la CGT rebelde, "lo importante no es un nombre, sino la política del nuevo gobierno. Y Kirchner deberá redistribuir el ingreso y aumentarles a los jubilados". En el caso de la CTA, el secretario de Organización, Edgardo De Petri, dijo que Tomada "no salió de un repollo" (por una supuesta mayor afinidad con la CGT oficial), pero reconoció que es "un dialoguista por excelencia".
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