Un cortafuego para la urgencia
"Los mercados no nos creen". La cruda admisión de uno de los hombres más cercanos al presidente Macri ayer por la tarde, cuando el dólar rompió la barrera de los 32 pesos, no alteró el optimisimo inveterado de la Casa Rosada macrista, pero sí aceleró las gestiones ante el FMI para dar señales urgentes de que el Gobierno tenía respaldo para afrontar los compromisos por venir.
La emergencia explica tanto la hora en que Macri emitió el mensaje como lo escueto de su contenido. Apenas un minuto cuarenta y dos segundos. El objetivo primordial era salir antes de que abrieran las mercados, aunque no hubiera demasiadas precisiones para dar. Apenas que el crédito prometido por el Fondo llegará en forma completa y no dependerá de revisiones parciales que pudieran retrasarlo, congelarlo o suspenderlo.
El día anterior habían sucedido horas febriles en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Central. Nicolás Dujovne y Luis Caputo tenían el mandato de encontrar un apoyo para poner freno a los rumores cada vez más crecientes y no necesariamente todos fundados sobre la continuidad de los desembolsos del FMI ante ciertos incumplimientos del acuerdo inicial o, en los caso más extremos, sobre la capacidad de pago del país de las deudas contraídas, sumado a una espiral inflacionaria fuera de control.
El Gobierno tiene la certeza de que asegurarse el respaldo financiero alcanzará para enfriar los mercados porque luego logrará demostrar que está en condiciones de cumplir con la reducción del déficit y ordenar las cuentas. Un cortafuegos para la urgencia.
Eso implica que, a su juicio, no hay cuestiones políticos que deba (o pueda) resolver para crear confianza. Da por hecho que el presupuesto 2019 será aprobado con la anuencia de un sector de la oposición peronista y que esa es la prueba de amor que puede darle al mundo de su capacidad para afrontar y superar la ya famosa "tormenta", que a esta altura es un temporal. Pero el Congreso no votará el cálculo de gastos y recursos antes de dos meses. Una eternidad en medio de tanta volatilidad.
No hay coincidencia absoluta con el optimista diagnóstico en todo el oficialismo. Ni siquiera en el núcleo fundacional de Pro, donde muchos piensan que a las acuerdos financieros deben sumársele acuerdos políticos para darle la sustentabilidad que se requiere. Celebran, al menos, que haya habido algo para anunciar.
La duda que persiste es si lo que anticipó Macri alcanzará tanto para calmar las urgencias como para hacer frente a los vencimientos que el Estado deberá afrontar hasta el fin de su mandato . Los mercados, los economistas, la política y los ciudadanos comunes esperan muchas más precisiones.
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