Un debate que mostró la grieta kirchnerista
Fue un golpe de knock out". La definición, de un senador radical, calza perfecta para describir el impacto que tuvo en el kirchnerismo la detención de José López y que ayudó a convertir en aplastante la derrota que el sector que se referencia en Cristina Kirchner sufrió ayer en la sesión del Senado, en la que se aprobaron los pliegos de los nuevos jueces de la Corte Suprema.
Los resultados están a la vista. De los diez votos en contra que recibió el pliego de Horacio Rosatti, apenas siete corresponden a senadores de extracción kirchnerista del FPV. Una cifra claramente inferior a la registrada cuando se votó holdouts, en la que el sector logró reunir 16 voluntades en la principal bancada opositora para rechazar el proyecto.
La escasez de votos cobra más relevancia si se tiene en cuenta que fue la propia ex presidenta quien instruyó a 22 senadores del FPV, en abril último en un encuentro en el Instituto Patria, a que votaran en contra de los pliegos con el argumento de que tenían el "vicio de origen" de haber aceptado asumir como jueces por decreto presidencial.
La imagen más clara del fracaso la entregó un connotado senador kirchnerista. Abordado por la prensa cuando abandonaba el recinto tras la votación se excusó de hacer declaraciones. "Tengo una bronca terrible, no tengo ganas ni de hablar con mi mujer", sentenció.
Como ocurriera en el debate del pago a los holdouts, el recinto del Senado se convirtió en caja de resonancia de la interna que el kirchnerismo mantiene con la conducción de la bancada del FPV, personalizada en su presidente, Miguel Pichetto (Río Negro).
El duelo verbal más picante fue el que sostuvo Virginia García (Santa Cruz), cuñada de Máximo Kirchner y miembro de La Cámpora, con su jefe de bloque.
Tras denunciar que había senadores "con miedo a expresarse por miedo a represalias de sus gobernadores o del gobierno nacional a los gobernadores", García replicó las críticas que viene recibiendo de la conducción del bloque. "Nos piden que hagamos autocríticas, que perdimos, pero me parece que hay ciertos sectores de nuestro partido que no se dieron cuenta de que perdimos, de que somos oposición", disparó.
Minutos después, en el cierre del debate, Pichetto tomó el guante y devolvió gentilezas. "Hay un fuerte compromiso de gran parte del peronismo con lo institucional, que tiene la visión de apostar por el país", afirmó, rechazando los reclamos de un endurecimiento de la postura opositora que piden los seguidores de Cristina.
Para rematar la faena, Pichetto aseguró que el desafío del PJ es "construir una oposición responsable y seria, que se construya como una alternativa de cara al futuro de la Argentina". Los kirchneristas se revolvían, incómodos, en sus bancas.
Al final, el resultado de la votación fue un fuerte espaldarazo para Pichetto y el sector del PJ que se referencia en los gobernadores, o como le gusta decir al rionegrino, "el peronismo con responsabilidades en las provincias".
La puja promete prolongarse ya que el kirchnerismo no tiene, por el momento, intenciones de abandonar la bancada. Sin embargo, el caso López demostró que cada vez son menos los peronistas dispuestos a "bancar" un proyecto que se debilita infestado por la corrupción.
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