Una cumbre "a media máquina"
BRASILIA (De nuestro corresponsal).- Con la presencia a desgano del presidente Néstor Kirchner, la ausencia de los presidentes Tabaré Vázquez, de Uruguay, y Alvaro Uribe, de Colombia, más la falta de grandes anuncios que muestren un avance concreto en la integración del subcontinente, comenzó la 1» Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN).
Apenas la frenética negociación del canciller Rafael Bielsa ante el Palacio de Itamaraty, que terminó convenciendo a Kirchner de la necesidad de no realizarle un nuevo desplante a Brasil, evitó un vaciamiento total de la "reunión cumbre". Pero fueron vanos los intentos de la diplomacia de Lula con Uribe, Vázquez y los mandatarios de Suriname y Guyana.
También resultó evidente que la figura de Lula ya no despierta el deslumbramiento de casi tres años atrás. A 15 meses del fin de su gestión, y en medio de una crisis política profunda que le carcomió la mitad de su popularidad, decayó el clima de novedad que inspiraba su figura. "Déjeme pensar. ¿Qué se podría rescatar de todo esto?", respondió a LA NACION un funcionario de la delegación argentina, en un intento de encontrar algún avance trascendente para el proceso de integración.
"Imagínese, si tenemos dificultades en el Mercosur, en esto que es mucho más complejo todavía y con intereses tan variados...", justificó.
La nueva discusión en el seno de la CSN es si el proceso debe ser conducido por una troika -el presidente pro témpore pasado, el actual y el siguiente- o si deben tener también una participación protagónica en esa conducción el propio Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones. Será tema de discusión para el futuro.
En el contexto del encuentro se anunciarán algunos acuerdos petroleros entre Venezuela y la Argentina. Venezuela suscribirá pacto renovable anualmente de compra de maquinaria agrícola argentina por 100 millones de dólares, y técnicos argentinos ayudarán en la modernización del sistema productivo venezolano.