Una estrategia para no aceptar las acusaciones
El humor de Fernando de Santibañes era ayer decididamente alegre. "El de un hombre aliviado", según la expresión de un secretario de Estado que lo conoce bien. El mismo hombre apuntó: "Preparó su renuncia para poder decir: "Me voy por mis ideas, no como un ladrón"".
Santibañes cerró anoche en la residencia de Olivos la estrategia que había comenzado a evaluar en la tarde del miércoles, cuando leyó el informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) que lo acusaba de mal manejo de los fondos de la SIDE y sugería que podrían haber sido desviados para pagar presuntas coimas por la ley laboral en el Senado.
Su decisión consistió en abreviar un desgaste que llevaba meses y que amenazaba con terminar de la peor manera posible. Un amigo suyo de encumbrada posición en el Gobierno había opinado que el informe de la Sigen, por más inconsistente que le pareciera, podría derivar en un proceso penal en su contra; en ese caso, Fernando de la Rúa no tendría más alternativa que despedirlo y el escándalo sería irreparable.
"Yo presenté mi renuncia en el programa de Mariano Grondona", insistió ayer Santibañes, en diálogo con La Nación , minutos después de firmar una querella criminal contra el titular de la Sigen, Rafael Bielsa.
La tarde anterior había aceptado un viejo e insistente pedido de Grondona para grabar una entrevista y había enunciado algunas de sus ideas políticas, que siempre causaron polémica en el Gobierno:había sugerido que el estancamiento económico obedecía a que De la Rúa no se deshacía de las ideas de sus socios de la Alianza, la UCR y el Frepaso.
Cuando Santibañes llegó ayer al mediodía a la quinta de Olivos, De la Rúa ya sabía que la renuncia, que había preferido demorar por razones políticas, era irremediable (era la cuarta vez que Santibañes la planteaba).
El Presidente hizo un bosquejo rápido del texto de renuncia, que incluía una frase de apoyo a la Alianza. Santibañes ensayó por la tarde otras versiones con sus asesores. Pero fue De la Rúa, al anochecer, el autor del texto definitivo. Estaban con él Santibañes y el protegido de éste, el hijo presidencial Antonio de la Rúa. Una frase original de Santibañes sobrevivió a la reescritura: "Es extraña la política".
Ultimo día
Santibañes se había despertado más tarde de lo habitual, porque el cumpleaños de un hijo lo había hecho trasnochar. A las 9.15 había recibido al delegado de la Mossad, el servicio secreto israelí, y se había ocupado de asuntos de la SIDE durante un par de horas.
Llegó a la quinta de Olivos antes del mediodía y deambuló por la residencia hasta que De la Rúa se desocupó. Hablaron poco más de diez minutos.
Discutieron sobre las declaraciones al programa de Grondona y la interpretación que había hecho sobre ellas La Nación .
De la Rúa, que no había hablado con su amigo la noche anterior luego de ver el programa, insistió en que Santibañes no había dicho exactamente que él debiera librarse de la Alianza. Santibañes contestó: "Vos sabés lo que pienso".
La Nación había comentado aquella interpretación a Santibañes antes de publicarla y éste había confirmado que era correcta. Sus palabras, por otra parte, no dejaban lugar a demasiadas dudas.
Luego, De la Rúa se reunió con los legisladores de la Alianza para debatir el proyecto de presupuesto nacional y una estrategia parlamentaria. Santibañes esperó un rato, porque habían quedado en conversar sobre su sucesión, pero la reunión se extendió más de lo esperado y el jefe de la SIDE, todavía en funciones, partió hacia sus oficinas frente a la Casa Rosada.
Explicaciones
Pasó un buen tiempo explicando a inversores norteamericanos, por teléfono, qué significaba su renuncia (un informe del poderoso banco de inversión Goldman Sachs advirtió hace unos días que su alejamiento sería una mala señal para los mercados).
Santibañes volvió a Olivos pasadas las 19. De buen humor, aceptó la reescritura presidencial de tres borradores de renuncia y conversó animadamente con Antonio. Al cierre de esta edición, cenaban en la residencia.
Tal como estaban las cosas entonces, la SIDE no tendrá nuevo jefe por varios días. De la Rúa dijo a sus íntimos que se tomará unos días, quizá más allá de su gira por España, que comienza pasado mañana, para pensar. Hasta entonces, la renuncia de Santibañes no tendrá aceptación formal.
Pero él ya comenzó a planear un futuro lejos de la administración pública: cursos en el Instituto Di Tella y en Estados Unidos, más tiempo para criar caballos árabes y para vigilar sus costosas aves de corral.
No será, sin embargo, un futuro sin De la Rúa. Un hombre del entorno presidencial arriesgó, en conversación con La Nación , que "Santibañes será más útil afuera: podrá decir lo que piensa sin que por eso se sacuda el Gobierno". Pero seguirá cerca.
Anticorrupción
- Fernando de Santibañes espera que la Oficina Anticorrupción (OA) se expida, pasado mañana o a más tardar el martes, sobre el informe de la Sindicatura General de la Nación que cuestionó el manejo de los fondos de la SIDE, informaron fuentes de la Secretaría de Inteligencia. La OA recibió el miércoles el informe de cinco páginas que realizó el equipo de Rafael Bielsa, y al día siguiente recibió el descargo de Santibañes. El jefe de la SIDE, renunciado pero en funciones, confía en que el dictamen de la OAle resulte favorable.
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