El viaje a París: la opinión del canciller. Una oportunidad para reafirmar los vínculos
Por Jorge Taiana Para LA NACION
La visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la República Francesa, que comienza hoy, permite formular algunas reflexiones acerca de las características y el significado más profundo de este viaje.
En Francia espera a nuestra Presidenta un intenso programa de trabajo, en el que se sintetizan rasgos muy definidos de la política exterior.
Por un lado, los encuentros al máximo nivel con el gobierno francés, tanto con el presidente Nicolas Sarkozy como con el primer ministro, François Fillon, serán una nueva oportunidad para reafirmar los vínculos profundos que unen a Francia y a la Argentina.
Será ésta una muy buena oportunidad para concretar los proyectos en curso y futuros, que hablan de una relación rica y cargada de potencial. Desde las inversiones francesas, que abarcan los más diversos sectores: el agroalimentario, el vitivinícola, supermercados, la producción automotriz, por citar sólo algunos, hasta los nuevos proyectos, que evocan la Argentina del futuro, sobre la base de una fuerte cooperación tecnológica.
Las más de 250 filiales de empresas francesas en nuestro país abarcan sectores que requieren importantes transferencias de conocimiento y de valor agregado; dos elementos centrales en el modelo de país que estamos construyendo.
Tenemos en Francia un socio de primer nivel mundial, dispuesto a acrecentar su presencia en nuestro país.
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Por otra parte, en un mundo como el actual, en donde la inserción regional es la regla, los presidentes abordarán desde las perspectivas de la Unión Europea y de América latina los desafíos de la próxima cumbre birregional, que tendrá lugar en la ciudad de Lima, Perú, el próximo mes de mayo, en la que se tratarán temas tan cruciales como la pobreza y la desigualdad, las migraciones y el desarrollo sustentable.
La Argentina impulsa, además, con vigor la evolución de las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea.
Francia es un país líder de la Unión Europea, su peso económico y político es indudable, pero es mucho más que eso y surge aquí el otro eje de significación profunda de este viaje de la presidenta de la Nación.
La protección y la promoción de los derechos humanos y las causas humanitarias encuentran hoy a franceses y argentinos en una visión común y asumiendo un compromiso activo.
Fue ese compromiso el que hizo que ambos países impulsaran de modo decisivo la conclusión y adopción de la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, suscripta en la misma ciudad de París hace poco más de un año por la entonces senadora nacional Kirchner.
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Y es ese mismo compromiso el que lleva a nuestros gobiernos a aunar esfuerzos para la liberación de Ingrid Betancourt y para trabajar en la búsqueda de espacios para el diálogo y el entendimiento en este drama humanitario que lacera a América latina.
El gobierno francés ha destacado este compromiso del gobierno argentino y de nuestra Presidenta de modo muy particular. El signo de la protección de los que hoy sufren abre también el indispensable espacio para la memoria.
Por eso, en esta visita la Presidenta participará de la inauguración del Jardín Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, junto con el alcalde de París, Bertrand Delanoë, en una plaza de esa ciudad.
Esta iniciativa, que ahora concretaremos, surgió del Consejo de París y encontró eco en organizaciones de derechos humanos de ambas naciones. En un esfuerzo conjunto permitirá que, frente al puente Mirabeau, se rinda de ahora en más un homenaje permanente a quienes con coraje se alzaron frente a la violencia en el momento más negro de nuestra historia.
Esta visita conjuga la realidad de un país que crece, que se integra al mundo con dignidad y que profundiza sus vínculos políticos, económicos y culturales con todos los países en beneficio del progreso y bienestar de la sociedad argentina.
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