Unánime rechazo de la oposición a una suba del impuesto a la riqueza

No hubo una sola voz disonante en la oposición; ni siquiera dentro del espacio de izquierda, donde un aumento en el llamado impuesto a la riqueza podía despertar alguna simpatía. Todo el arco opositor cuestionó ayer la posibilidad, anunciada y luego desmentida por el propio Gobierno, de que se tome el valor de mercado para gravar las propiedades con el impuesto a los bienes personales.

"Es un escándalo", fustigó Elisa Carrió (Coalición Cívica). "Un verdadero disparate", abonó Oscar Aguad (UCR). "Éste es el gobierno que más impuestos cobró en la historia de la Argentina, y no les alcanza", aseguró Mauricio Macri (Pro), jefe de gobierno porteño. "Forma parte de la estrategia de ajuste que puso en marcha el Gobierno", advirtió Claudio Lozano (Unidad Popular). "Es un ataque recaudatorio a la clase media y a los trabajadores", sintetizó Néstor Pitrola (FIT).

La posterior desmentida del ministro de Economía, Axel Kicillof, quien desautorizó al jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, al descartar cambios en el impuesto, confirmó la sensación generalizada en la oposición: el Gobierno perdió toda brújula. En este estado de incertidumbre, sin embargo, existe una certeza y ésta es que el desequilibrio fiscal es cada vez más agudo y que el Gobierno no sabe cómo resolverlo. En esto coincide la mayoría de los opositores.

"El problema es que el Gobierno está desorientado en el combate contra la inflación y ahora ésta afecta la recaudación pública", abonó el presidente de la UCR, el senador Ernesto Sanz. "En un momento de mucho consumo, el IVA le permitía al Gobierno tapar sus ineficiencias y ahora ni siquiera le alcanza para eso", advirtió.

Esas "ineficiencias" a las que se refiere Sanz se traducen en un déficit fiscal galopante, el cual cerró en 2013 en 165 mil millones de pesos (6% del PBI), sin computar los aportes del Banco Central y de la Anses.

"Los problemas fiscales se resuelven con un plan económico integral y consistente, no es propicio incrementar la presión tributaria", aconsejó el economista Miguel Peirano, quien asesora al líder del Frente Renovador, Sergio Massa. Después agregó: "Hay que subir el mínimo no imponible del impuesto [a los bienes personales] y actualizarlo anualmente en función de la realidad económica".

Desde el radicalismo, el diputado Aguad cuestionó que el Gobierno pretenda "hacer caer el peso del déficit fiscal en los que menos tienen y en la clase media"."Haber traspasado los tres puntos de déficit fiscal, producto del gasto público excesivo, afecta gravemente la productividad en la Argentina", alertó.

Justamente, el jefe de gobierno porteño le reclamó "austeridad" al Gobierno. "La inflación es una demostración de la pésima capacidad de gestión del Gobierno. Es el que más impuestos cobró en la historia, y no les alcanza", aseguró Macri.

En las antípodas ideológicas del líder de Pro, el diputado Lozano enfatizó que la modificación del impuesto a los bienes personales "es sólo un intento de vestir con un ropaje progresista el desequilibrio fiscal". "Forma parte de la estrategia de ajuste que impuso el Gobierno desde que perdió las elecciones, que combina con una creciente devaluación y un aumento constante en los precios", insistió Lozano.

"Derechos avasallados"

Desde la Coalición Cívica, la diputada Carrió calificó la propuesta del Gobierno como "un escándalo".

"Los particulares no pueden verse avasallados en su derecho de propiedad de una manera tan escandalosa -enfatizó-. ¿Cómo va a pagar el impuesto un jubilado que vive en una casa? ¿Le vamos a poner presión tributaria a la familia, que tiene que pagar con la inflación absolutamente todos los costos?"

Por su parte, el diputado Pitrola consideró que, con el actual piso de 305.000 pesos, el impuesto a los bienes personales "no es un impuesto a la fortuna, sino a la falta de ella".

"La intención de valuar este impuesto según valores de mercado de las propiedades es un ataque recaudatorio a la clase media y los trabajadores", aseguró.

En similar sintonía, la diputada Patricia Bullrich (Unión Pro) sostuvo que la propuesta lanzada por Echegaray "busca perforar a los trabajadores de sectores medios y bajos: aquellos que pagan IVA y Ganancias por su sueldo".

"Es un ataque a la propiedad privada", sintetizó Bullrich.

Por su parte, el diputado Miguel Bazze (UCR) advirtió que "el Gobierno demuestra que se ha quedado sin reflejos y sin ideas para resolver con solvencia el déficit fiscal".

"En lugar de replantearse el gasto para hacerlo más virtuoso y generar políticas que permitan la reactivación de la economía, que naturalmente mejorarían los recursos del Estado, el Gobierno apela a la vieja fórmula de la desmedida presión fiscal", dijo Bazze.