Vendrá Powell y se reunirá con Kirchner el 10 de junio
Nadie se esforzó por ocultar la euforia. Ayer, a las cinco y media de la tarde, hubo un revuelo generalizado entre los flamantes funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores. A esa hora, el Gobierno recibió el pedido desde los Estados Unidos para que el secretario de Estado, Colin Powell, se entreviste con el presidente Néstor Kirchner.
La respuesta no tardó demasiado. La reunión ya tiene fijados día y hora: el martes 10 del próximo mes, a las 10.
Un día después, Kirchner tendrá otra cita no menos relevante: viajará a Brasil para entrevistarse con su par Luiz Inacio Lula da Silva.
Así, en 48 horas, la nueva administración podrá dar "inequívocas señales" del sentido en el que marchará la política exterior de Kirchner, según dijeron anoche a LA NACION estrechos colaboradores del Presidente.
"Brasil tiene un lugar prioritario, pero los últimos gestos son decisivos para disipar todo tipo de dudas: la relación con los Estados Unidos sigue siendo de primer orden tanto para nosotros como para ellos", se entusiasmó un importante funcionario.
Entre los gestos que mencionó la fuente figuran la invitación telefónica que George W. Bush hizo al Presidente para que viaje a su país, al diálogo entre Powell y el canciller Rafael Bielsa y las elogiosas declaraciones que anteayer hizo James Carragher, director de la oficina de asuntos de Brasil y Cono Sur del Departamento de Estado, para quien el Gobierno tuvo "un buen comienzo".
Durante la charla telefónica que mantuvieron esta semana, Bielsa y Powell ya habían acordado un encuentro.
Ambos coincidirán en la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se realizará entre el 8 y el 10 del próximo mes, en Chile.
La ocasión se había transformado en la excusa ideal para concretar una "avanzada" de la visita que Kirchner prometió realizar en "los próximos noventa días" a Bush cuando el mandatario norteamericano lo llamó para felicitarlo por su asunción.
Ahora, tras la gestión que ayer hizo Carragher, al encuentro entre el secretario de Estado norteamericano y el canciller argentino se agrega la reunión de Powell con Kirchner.
Carragher fue el encargado de tramitar una "escala" en Buenos Aires para Powell cuando el funcionario haya concluido su visita a Chile.
Los puntos de la agenda que tendrá la reunión se definirán en los próximos días entre funcionarios de la Presidencia y de la Cancillería y representantes de la embajada norteamericana en Buenos Aires, según explicaron fuentes del oficialismo.
De todos modos, los informantes enumeraban ayer informalmente algunas de las cuestiones que, dan por hecho, figurarán en el temario.
Arriesgaban, por caso, que uno de los tópicos primordiales será la lucha contra el terrorismo, argumento que se volvió "infaltable" en la agenda norteamericana tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Otro de los temas prioritarios para EE.UU. es la puesta en marcha del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) -idea que nació en la primera Cumbre de las Américas, en 1994, en Miami-, iniciativa para la que se están llevando adelante las negociaciones arancelarias que estiman concluir en enero de 2005 para que el acuerdo entre en vigor en diciembre del mismo año.
En el listado tampoco estarán ausentes la inminente renegociación de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la concreción de reformas estructurales pendientes en el sector bancario y aquellas que apuntan a favorecer la seguridad jurídica.
Fue el propio Carragher quien anteayer se encargó de destacar la necesidad de que Kirchner empiece a negociar con el FMI un nuevo acuerdo, ya que el programa de transición alcanzado en enero último vencerá en agosto próximo.
"El acuerdo con el FMI tiene que ser un tema de atención inicial de la administración Kirchner", advirtió el director de la oficina de asuntos de Brasil y Cono Sur del Departamento de Estado.
El Presidente, a Brasil
Otra de las citas internacionales anticipadas -pero que aún no tenía fecha establecida- era el encuentro de Kirchner con Lula.
Anteayer Bielsa y su par brasileño, Celso Amorim, habían adelantado que esa reunión se concretaría en los próximos 15 días.
Durante más de una hora los ministros se reunieron a solas en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. El encuentro se prolongó después en una reunión "ampliada" y por la noche el anfitrión agasajó al visitante con una comida.
Bielsa volvió ayer a la Argentina pasado el mediodía. Traía en su valija los apuntes de la charla con Amorim: dotar de mayor institucionalidad al Mercosur (con el Parlamento único como objetivo más visible), concretar el proyecto para usar pesos y reales para el comercio exterior y el turismo y el debate sobre cómo se debe modificar la actual composición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, entre otras cuestiones.
No diferirá en mucho del temario que tendrán Kirchner y Lula.
Se agregará, eso sí, un fuerte ingrediente político: ambos mandatarios parecen decididos a fortalecer la imagen de unidad y coincidencia que la Argentina y Brasil prometen tener frente al mundo.
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