Vidal ata su suerte a Macri y a la apuesta de jugar todas las fichas juntas
La gobernadora María Eugenia Vidal interpretó claramente que con la propuesta de desdoblar las elecciones bonaerenses estaba generando tensión en dos sentidos: con el presidente Mauricio Macri y con un sector del electorado bonaerense. La semana pasada, Macri transmitió en diálogos reservados su escaso entusiasmo con la idea y Vidal lo decodificó rápidamente. Al mismo tiempo, le hizo ruido que su imagen quedara vinculada a especulaciones políticas sobre la supuesta conveniencia de adelantar la fecha de los comicios, sinuosidades que muchas veces criticó en el peronismo.
Por eso hoy se reunió con su mano derecha, el jefe de Gabinete Federico Salvai, y resolvió acortar los plazos de definición, que originalmente estaban previsto para fin de febrero. "Fue muy bien recibido en el gobierno nacional", señaló Salvai a LA NACION, prueba de que era lo que la Casa Rosada esperaba.
Tres actos compartió Vidal con Macri en los últimos cinco días, prueba de que es la imagen que Cambiemos busca transmitir en campaña. "Mauricio quiere que María Eugenia esté con él en la boleta", había confiado una alta fuente bonaerense como conclusión de la conversación que mantuvieron en Olivos el último viernes.
Todas las hipótesis y análisis sobre los pro y los contra de desdoblar las elecciones quedaron superados por la íntima convicción de Macri de que su dupla con Vidal es la que conceptualmente mejor expresa hoy lo que necesita el oficialismo en un contexto con pocos datos económicos positivos para comunicar. Liderazgo en él, sensibilidad en ella; lucha contra el déficit fiscal en él, lucha contra las mafias en ella. Una combinación propia del laboratorio electoral de Cambiemos.
Vidal siempre dijo que nunca tomaría una decisión que doblegara la voluntad de Macri. Y ahora deberá esforzarse más para cumplir con esa premisa que le ha granjeado la total confianza del Presidente. Ocurre que en la provincia de Buenos Aires la gestión nacional encuentra su piso de aceptación, en particular en el conurbano. Según los asesores de la mandataria bonaerense, "María Eugenia mide 40 puntos y Mauricio 30. Si se los mide juntos ambos promedian un 35%". Es decir, Vidal le aporta más votos a Macri que a la inversa. Para ella, es un riesgo importante porque en la provincia rige un sistema electoral que no cuenta con la posibilidad de un ballottage. Si bien no hay rivales de su estatura en la oposición, la posibilidad de que Cristina Kirchner ejerza una fuerte tracción a su candidato a gobernador preocupa en La Plata.
Sin embargo, en la Casa Rosada están convencidos de que se encaminan a una victoria conjunta, que también tendrá el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta en la Capital Federal, pronto a confirmar la unificación de la elección porteña con la nacional. El oficialismo se encamina a jugarse todo su futuro a una sola movida el 27 de octubre. A Macri le entusiasman este tipo de desafíos.
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