Vilma Ibarra. “Me alegra escuchar a Cristina Kirchner decir que quien decide es el Presidente”
Aunque Cristina Kirchner evitó los nombres propios en su carta del lunes pasado, todas las miradas fueron hacia Vilma Ibarra cuando se refirió a la construcción de este frente político aun con quienes la criticaron o escribieron libros en su contra. De habitual bajo perfil, la Secretaria de Legal y Técnica rescata que "lo valioso es que con todas nuestras diferencias sumamos para construir otro país. Sino no hubiésemos ganado". Las discrepancias entre los miembros de la coalición gobernante, su relación con Alberto Fernández, el recuerdode Néstor Kirchner, el traslado de jueces durante el macrismo y la necesidad de nombrar a Daniel Rafecas como procurador fueron los ejes de una entrevista con LA NACION.
-¿Cómo recibió la carta de Cristina?
-Creo que es un aporte, una mirada de ella frente a una situación y en un aniversario muy especial, que es la muerte de Néstor. Es una coalición que tiene una historia, se ha juntado gente de distintas biografías que en muchos momentos de la historia estuvieron juntos y en otros no. Me refiero a Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa, en ese marco está la diversidad de miradas y de opiniones. Creo que hay que escucharla con atención, creo que hay algunas visiones muy claras. Lo he dicho muchas veces y me alegra escucharla decir que quien decide es el Presidente, los aciertos y errores son del Presidente. Escucha a otros, consulta, evalúa pero la decisión es presidencial y Alberto Fernández es quien lidera la coalición de gobierno, sin ninguna duda. Desde el día uno hasta hoy.
-¿Es una manera de distanciarse en un momento complicado?
-No lo tomé así, cada uno lee lo que quiere. Es la vicepresidenta de la Nación y es central en la coalición, tanto es que es la que la armó.
-Cuando Cristina habla de quienes publicaron libros en su contra, ¿habla de usted?
-Es posible, sí, es cierto. Lo importante es que compartimos un gobierno y las responsabilidades de un gobierno. Creo que las diferencias le dan fortaleza a la coalición. Yo creí que era valioso ser parte con Alberto Fernández liderando, con Cristina, con Massa y me hago cargo de la coalición completa. Lo valioso es decir que con todas nuestras diferencias sumamos para construir otro país. Si no, no hubiéramos ganado.
-Al día siguiente hubo una foto que pareció un apoyo del Presidente a usted y a Massa ¿Fue una forma de ratificarlos?
-Massa es presidente de la Cámara de Diputados, yo soy una persona que cumple un rol institucional al lado del Presidente. Yo no tengo la impresión de que sea una ratificación, el Presidente toma sus decisiones. Era un momento en el que lo que estábamos haciendo era ir a un evento muy importante, un homenaje a Néstor Kirchner, el emplazamiento de su estatua en el CCK. Néstor fue una persona muy querida. Yo no entré por el kirchnerismo al Senado, entré con [Rodolfo] Terragno en la lista. A mí me convenció Néstor. Néstor con sus políticas me devolvió la creencia de que había un camino posible para hacer un país mejor. A la figura de Néstor le tengo un enorme cariño.
-Fue llamativo, coincidió con la carta de Cristina.
-Creo que Cristina no lo puso en duda, creo que Cristina expresó algo que está muy bien expresar: decir que esta coalición se formó con el esfuerzo de todos. No era fácil, hemos sido muy críticos unos de otros pero era importante juntarnos porque el país lo necesitaba para cambiar de rumbo. Ese fue el acento. Cada uno lo dice con sus formas. Cristina tiene las suyas.
-Cuando habló de funcionarios que no funcionan, ¿de quiénes le habla?
-Creo que hay que tomar esa crítica, creo que es bueno recibir bien las críticas, el gobierno de Alberto Fernández es un gobierno que está dispuesto a escuchar, nosotros somos autocríticos. Ayer la escuchaba a Cecilia Todesca, es una funcionaria de lujo, decía: "Sí, nosotros cometimos errores. ¨Muchas veces repasamos los errores que cometemos.
-¿No hubiera sido mejor decirlo hacia adentro del gobierno?
-Lo que hay que tomar es que el gobierno siempre va a estar atento a corregir.
-Cuando Cristina habla de acuerdo y por otro lado hace una serie de críticas con quienes hay que acordar, ¿no entra en una contradicción?
-Ahí hay que ver quién emite, cómo se emite, en qué circunstancias se emite. Vuelvo a la visión de un gobierno liderado por Alberto Fernández que tiene una gran vocación de diálogo. Podemos tener avances y retrocesos en el diálogo, sí, seguramente. Pero no vamos a dejar de hacerlo, es la forma que se resuelven las cosas en democracia. Estamos pasando un momento muy dificil y el Gobierno es consciente de eso.
-Elisa Carrió planteó que hay que apoyar a Alberto Fernández ¿No le parece algo inédito?
-Esa parte está muy bien, es muy correcta. Deberíamos asumirla todos los argentinos. A mí el gobierno de Macri no me gustó nada y jamás se me ocurrió que no había que ayudarlo como gobierno. Uno puede tener muchas críticas pero hay que apoyarlo institucionalmente. Creo que la otra parte, al decir que la vicepresidenta lo vació de poder, fue para mandarle un dardo a Cristina.
-¿La reforma judicial es la que usted imaginaba? ¿Está trabada en Diputados?
-Está a la espera de lograr consensos para su tratamiento. Fue una promesa de campaña del Presidente, gana las elecciones y lo manda por ley al Congreso. No trasladamos jueces de un lado a otro por conveniencia. Ese camino es valioso. Hay que conseguir los votos para que avance en diputados. La Justicia no funciona bien en la Argentina. Esperamos que salga la ley.
-¿Es el momento para poder avanzar con la ley del aborto?
-Yo espero fervientemente que se envíe. Nos tenemos que preocupar por la salud pública y defender la vida de las mujeres, los abortos en Argentina suceden de a miles, se calcula que hay entre 370 mil y 500 mil por año. Tenemos un Código Penal que penaliza a mujeres que abortan, sin embargo toman esa decisión igual. Si la mujer puede acceder al sistema de salud público estará cuidada y recibirá información de métodos anticonceptivos.
-¿Sigue siendo Rafecas el candidato para la Procuración?
-Sí, claro, es y ha sido un excelente funcionario y tiene la confianza del Presidente, tiene un gran prestigio, sería una lástima perdernos a Rafecas. Hay que buscar consensos.
-¿Hay que convencer a Cristina?
-No, de ninguna manera creo que sea Cristina el problema. El tema son los votos que nos faltan. Es una mayoría muy importante la que se necesita.
-¿Van a cambiar la ley?
-Hay que dialogar con la oposición, es una alternativa a evaluar.
¿Sería bueno institucionalmente cambiar la ley?
-Son alternativas, hay que ver qué caminos institucionales podemos encontrar y que el Gobierno que asume pueda tener su política en materia de investigación e impulso de la ley penal. Tener un procurador general que es el que establece las políticas de investigación es muy importante para las políticas públicas. Tenemos en este momento un procurador interino que no fue designado conforme a las exigencias constitucionales. Y es un interinato muy largo. Parece razonable que un gobierno elegido pueda elegir un procurador conforme a la Constitución.
-¿Cree que [Eduardo] Casal no es apto para continuar en el cargo?
-Creo que no debió haber tenido tanta contemplación con [Carlos] Stornelli cuando se negó a una convocatoria de un juez federal. Durante mucho tiempo incumplió y la sanción fue tan leve que no la recordamos. Creo que eso no debió suceder. Pero independientemente de mi opinión sobre Casal, creo que el Gobierno tiene que designar su procurador.
-¿La Corte esta funcionando como debe funcionar?
-Me parece muy poco relevante mi opinión sobre el funcionamiento de la Corte. La Corte es una institución y yo pertenezco al Poder Ejecutivo. No me corresponde. Sería imprudente opinar. Creo que hay cosas para revisar, el recurso extraordinario, la competencia originaria, temas que son importantes para el funcionamiento de un tribunal.
Ideología, leyes y recuerdos
"Fue una experiencia muy dura, el Senado sospechado de coimas, las luchas internas dentro de la alianza; fueron mis primeros acercamientos fuertes a la política". Hacía tiempo que Vilma Ibarra no volvía sobre sus pasos y recordaba su participación en el gobierno de la Alianza, junto a Chacho Álvarez, donde fue una especie de secretaria de Legal y Técnica del vicepresidente de la coalición, que ocasionó una de las mayores crisis en la historia argentina.
Tiene presente su época de alumna del Colegio Nacional de Buenos Aires y se emociona ante el recuerdo de su padre, el abogado Aníbal Ibarra -fallecido el año pasado-, quien tuvo que defenderla por haber participado en una movilización contra una intervención nacionalista. Y aunque la echaron del colegio, Vilma no detuvo sus inquietudes políticas y se unió a la Federación Juvenil Comunista. Hoy es crítica de aquel socialismo: "Lo que busco es que los cambios sociales se hagan a través de la democracia y de la lucha activa por los derechos".
Se considera una enamorada de las leyes. "La normativa me gusta, puedo estar discutiendo largo rato si un derecho se otorga o se reconoce, si esto es una potestad o una facultad. Me gusta analizar las normas, crearlas, construirlas", dice la secretaria de Legal y Técnica. De su padre y de su madre heredó la capacidad de convivir con vertientes políticas distintas: "Mi papá tenía una formación más de izquierda, socialista. A Perón no lo quería mucho porque era amigo de (Alfredo) Stroessner. Mi mamá, en cambio, era profundamente peronista, tuvo gracias a su gobierno la primera máquina de coser, la bicicleta, vacaciones, aguinaldo".
Ibarra fue pareja de Alberto Fernández durante diez años. Fue él quien le presentó, en 2001, a Cristina Kirchner. Lo primero que la expresidenta le dijo fue: "¿Así que vos sos la hermana de Aníbal?". Esa pregunta es, al menos, molesta para alguien que está muy atenta a las reivindicaciones de las mujeres, que hace mucho tiempo trabaja para ganarse el lugar que ocupa.
Sus discrepancias en el Gobierno están a la vista y se pueden encontrar en el libro que escribió cuando estaba alejada de la política: Cristina versus Cristina. Pero con el Presidente Vilma atesora una relación de confianza ciega, le cuida las espaldas, está muy atenta a la letra chica de lo que firma. Y dice, como si fuera un lema de vida: "Uno en la vida nunca tiene que ir a cualquier lado, ni a cualquier precio".
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