Virtual acuerdo entre la UCR y el Gobierno para sostener a Balza
El jefe del Ejército, general Martín Antonio Balza, logró construir una fuerte estructura defensiva para enfrentar los cuestionamientos judiciales por una supuesta intervención del Ejército en las ventas ilegales de armas argentinas a Croacia y a Ecuador.
Fuentes confiables del radicalismo aseguraron ayer a La Nación que en ese partido se considera "poco conveniente" la partida del jefe del Ejército si, eventualmente, se viera obligado a renunciar ante un posible procesamiento de la Justicia.
Balza tiene una relación de parentesco con el ex presidente Raúl Alfonsín. Incluso, en una oportunidad, durante el levantamiento militar de Villa Martelli (liderado por el ex coronel Mohamed Seineldín), le ofreció mudar, si ello fuera necesario, la sede del gobierno nacional a la guarnición militar que entonces comandaba en el Neuquén. Por su parte, el presidente Carlos Menem dijo, para descartar cualquier posibilidad de relevar a Balza: "Se va a ir cuando yo me vaya" (diciembre de 1999).
Lo cierto es que en fuentes cercanas a las dos causas que impulsa el juez federal Jorge Urso por las operaciones ilícitas a Croacia y a Ecuador se afirma que el fiscal Carlos Stornelli cuenta con elementos suficientes para solicitar la declaración indagatoria de Balza.
El mes último, la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados solicitó la presencia de Balza para que informara sobre el asunto.
En ese encuentro sólo el diputado frepasista Horacio Viqueira mostró voluntad de indagar hasta dónde sabía el jefe del Ejército sobre lo ocurrido en sus más de siete años de gestión (un récord) con las ventas ilegales de armas.
Balza insistió ante los diputados en que había tomado conocimiento "por la prensa, en febrero de 1995", de que armamento argentino había arribado a zonas en conflicto, en Ecuador y en Croacia, violando acuerdos internacionales.
"Es cierto que es poco creíble que no se haya enterado de lo que ocurría, pero no nos parece relevante. Queremos que se investigue a quienes ordenaban y manejaban estos negocios, y no creemos que sea Balza", dijo a La Nación un radical, entendido en temas de Defensa.
Antes de enfrentarse con los legisladores, algunos oficiales cercanos a Balza habrían mantenido contactos con dirigentes radicales para conocer con qué ambiente se encontraría el jefe militar. En el Ejército aseguran que no hubo un encuentro reservado entre Balza y Alfonsín.
Percepciones
En el actual contexto, en la UCR se considera que profundizar la investigación de la venta de armas únicamente en los aspectos que hacen a la posible intervención del Ejército, le sirve al Gobierno para zafar en su responsabilidad. En síntesis, éstas son algunas de las percepciones radicales de la crisis por la que atraviesa el jefe del Ejército:
- La sucesión de Balza es vista como un "problema de Estado". No se encontrarían con facilidad otros generales que puedan asumir la conducción en las actuales circunstancias internas que presenta la fuerza.
- Un discurso en pro de los derechos humanos, que incluye dos autocríticas por la actuación del Ejército durante la última dictadura militar, le sirvió al jefe de esas fuerza para ganarse la preferencia de radicales e, incluso, de frepasistas.
- Por la madurez que muestra la institución militar con relación al poder político, no se considera traumática una sucesión antes de que finalice el mandato de Menem. "Pero sería mejor que siga Balza", admiten en los dos partidos de la Alianza .
- La continuidad de Balza dependerá exclusivamente de lo que haga la Justicia. No hay ánimo político, ni en el Gobierno ni en la oposición, de impulsar cambios en la conducción del Ejército.
Urso ordenó allanamientos en cuatro unidades del Ejército en las últimas tres semanas, y creció la sospecha sobre el faltante de cañones, de obuses y proyectiles que se habrían enviado a Croacia.
La documentación por la que el secretario general de la fuerza, general Ernesto Bossi, intentó explicar, ante requerimiento de la Justicia, el movimiento de armamento en la fuerza, dejó puntos sin aclarar.