Wayne dio un nuevo paso en su camino hacia Buenos Aires
Será el reemplazante de Lino Gutiérrez
WASHINGTON (De nuestro corresponsal).- El pliego del actual subsecretario para Asuntos Económicos y de Negocios del Departamento de Estado, Earl Anthony Wayne, para asumir como nuevo embajador en Buenos Aires recibió ya un respaldo decisivo que lo acerca a su nuevo destino.
La secretaria de Estado, Condoleeza Rice, firmó su pliego de nominación antes de enviarlo al despacho del presidente George W. Bush, por lo que Wayne comenzó a sondear a los potenciales miembros de su equipo en la embajada, confiaron a LA NACION fuentes oficiales y externas de la administración republicana. "La firma de ella [por Rice] es muy fuerte para que termine entonces el proceso de selección y la discusión que promueve un sector interesado", afirmó una fuente diplomática norteamericana. "El presidente puede aún rechazar su nombre, pero es algo altamente improbable", estimó.
"Tony" Wayne, un alto diplomático de carrera, especializado en relaciones con Europa y lucha contra el terrorismo, y con reconocido prestigio y preparación académica, precisó incluso quién sería su segundo en la embajada, ante la futura salida del segundo jefe en la misión, Hugo Llorens.
Wayne le ofreció el cargo a un viejo conocido de la Argentina, Michael "Mike" Matera, actual jefe de gabinete del número dos del Departamento de Estado, Robert Zoellick, y éste habría aceptado, dijeron a LA NACION las fuentes estadounidenses consultadas.
Ex consejero político de la embajada en Buenos Aires y casado con una economista argentina, Matera retornó a Washington para dirigir la oficina para Brasil y el Cono Sur (la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) del Departamento, antes de sumarse al equipo de Zoellick.
"Que Wayne esté reclutando a gente de su confianza muestra que su designación es casi un hecho y que el Departamento de Estado ganó la batalla contra los más conservadores", comentó un amigo de Wayne, bajo estricta reserva de su nombre. El allegado se refería a la disputa entre la línea de carrera del Departamento y algunos funcionarios políticos, de influencia ideológica conservadora, de la administración Bush sobre quién debería tomar las riendas de la legación en Buenos Aires.
Uno de los críticos dijo, en diciembre último, que "enviar a Wayne sería transmitir una señal de que Buenos Aires tiene poca importancia y de que no se puede mejorar demasiado la relación bilateral". Ese argumento es rechazado por toda la línea profesional de la diplomacia norteamericana consultada por LA NACION.
"Wayne es un diplomático preparadísimo, con amplia experiencia profesional, contactos en la primera línea mundial y enorme capacidad de trabajo. Es el indicado para una relación excelente con la Argentina", dijo uno de sus defensores.
Un segundo impulsor de su arribo a Buenos Aires, pero fuera de la administración republicana, fue más allá: "Wayne será nombrado finalmente y ayudará sobremanera a reparar las relaciones comerciales. Wayne tiene muy buena pegada con el sector empresarial", garantizó.
La firma presidencial de su pliego y su envío al Senado para su exposición y eventual acuerdo, podría tomar días o incluso semanas más. Su pliego aún no llegó al despacho de la funcionaria a cargo de una nueva revisión antes de su ingreso al Salón Oval, confió a LA NACION una fuente de la Casa Blanca. Pero aun si el proceso se demora algunos meses más, los funcionarios consultados estiman que la renovación de embajadores podría concretarse a mediados de año.
El objetivo es que Wayne, cuyo pliego comenzó a definirse después de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, asuma al frente de la misión diplomática cuando el actual embajador, Lino Gutiérrez, concluya su período previsto en la Argentina.
Las fuentes consultadas dentro del Departamento de Estado desecharon de manera unívoca y contundente que el reemplazo pueda tomarse como una reacción tras lo ocurrido en la Cumbre. "El embajador Gutiérrez está por completar su período en Buenos Aires, punto. Todo lo demás son especulaciones", dijo una de ellas.
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