Están hechas con containers que se pueden apilar, tienen cuatro ambientes y hasta cuentan con una terraza de 25 m²
Vivir en la selva, en la playa o en la montaña es el sueño de muchos habitantes de ciudades o suburbios que desean salir de los barrios urbanizados. Las ganas de vivir en contacto con la naturaleza se dispararon a partir de la crisis sanitaria generada por el coronavirus y muchos empezaron a cuestionar la calidad de vida que llevaban en sus viviendas. El año pasado, el estudio arquitectónico polaco Wiercinski decidió combinar esta moda con la sustentabilidad y creó casas portables hechas a base de contenedores de transporte de carga.
El arquitecto al mando, Adam Wiercinski, diseñó esta cabina de 54 m² en conjunto con los fabricantes Ikea y Rako para una pareja interesada en espacios interesantes y difíciles de adaptar. Conceptualmente, las unidades están pensadas tanto para ser habitadas como viviendas como para utilizarlas de oficinas para quienes puedan trabajar remoto.
La receta consta de dos contenedores combinados que juntos trazan un largo de 12,5 metros y un ancho de nueve metros. La decisión de añadir acabados internos mínimos da la ventaja de techos de 2,6 metros de altura. En el caso de que el cliente desee una superficie mayor, se pueden agregar más contenedores tanto al costado como en altura. Tal es el caso del producto encargado por la pareja , en el que el arquitecto decidió sumar otras dos unidades apiladas para usar las de abajo como almacenamiento de jardín y las de arriba como vivienda. En el caso de colocar los más altos unos metros más desplazados al costado, la propiedad puede pasar a contar con una terraza que rondaría los 25 m² desde donde disfrutar de las vistas al paisaje natural.
Para ingresar a la propiedad se entra por una escalera exterior de acero y madera. Una vez dentro, el espacio consta de un dormitorio, una sala de estar un comedor, un baño y una oficina de planta abierta. Los pisos son de tablas de madera y los ambientes reciben luz natural a través de grandes ventanales.
El diseñador optó por dejar el exterior de los contenedores con el verde original desgastado para que se pueda apreciar la naturaleza y origen del material. En cuanto al material, la cabina se aisló con espuma de aerosol y luego se revistió con paneles de madera contrachapada de abedul.
Como la gran mayoría de las casas prefabricadas, estas se construyen fuera del lugar y después se trasladan para ser instaladas. En el caso de la pareja que compró este modelo, el envío tardó un día y se instaló en el jardín comunitario junto al parque Szelagowski en Poznan, Polonia, aunque los proyectos son mudarse al bosque y finalmente poder instalarla sobre el agua.