Se vende por US$15 millones y pertenece a una tatuadora y empresaria mexicana que es popular en Estados Unidos
Las piletas son una de las comodidades más vistosas de las casas. Redondas, en formas extrañas, con jacuzzi integrado o al ras de un acantilado con vista al mar. Cada una con su personalidad le dan glamour y frescura al exterior de la propiedad que decoran. El color de sus paredes y piso es otra característica que une a la mayoría. Un celeste o verde de mar caribeño caracteriza el más común, aunque hay quienes se arriesgan e innovan con un naranja o un negro salpicado de blanco para atrapar la luz solar y que el agua se caliente más. Aún así, raro es el caso de esta mansión en Los Ángeles que no pintó las paredes sino que tiñó el agua de rojo como si fuera sangre.
Este detalle hace juego con todo el resto de la decoración de esta propiedad victoriana de 1890. Portadora de un look gótico y misterioso, vive allí junto a su esposo la famosa empresaria mexicana Katherine Von Drachenberg Galeano, conocida como Kat Von D. Dedicada al mundo de los tatuajes, tiene su propio local en Los Ángeles llamado L.A. Ink y también colabora con Sephora en su propia línea de maquillaje.
La casa plantea el escenario perfecto para filmar una película de terror o misterio. La construcción añeja y los interiores gobernados por carpintería detalladamente trabajada con madera oscura ya erizar la piel. A eso se le suma la fuerte presencia del rojo en cortinas, sillas, alfombras con estampados de antaño. En sintonía con estos colores, el exterior está hecho de ladrillos y techos en punta oscuros. La imagen externa se completa con las esculturas principalmente de querubines en forma de laberinto.
En números, la casa es grande para hospedar a una familia entera con invitados. Cuenta con once dormitorios, ocho baños, una biblioteca y diferentes opciones de sala de estar. Las paredes de cada habitación tiene un empapelado distinto, como puede ser algún escudo o un paisaje con murciélagos volando. En cada caso, cambia el color central. Por ejemplo, un dormitorio está adornado en tonos verde agua que se plasma en la blanquería, las cortinas, los sillones y el empapelado. En otros casos se reemplaza este celeste verdoso por marrón, gris o rojo. A esos espacios se le suman otros en la planta de arriba, como un teatro con minibar y otra dependencia aparte con dos dormitorios encima del garaje.
El terciopelo es uno de los materiales más predominantes en su decoración. Está presente en la mayoría de los tapizados de sillas y sillones en toda la casa.
Además del rojo, detalles en negro y dorado terminan de complementar las estatuas y las obras de arte colgadas en las paredes. El baño es un claro ejemplo, donde el mármol oscuro en los pisos y muebles permite realzar el dorado en las paredes. Lo único blanco en ese espacio es el interior de la bañadera y termina de conformar el estilo dark glam.
Toda la fachada gótica indicaría que, por estar en Los Ángeles, alguna película de terror se habría filmado ahí. En contra de todo pronóstico, el largometraje que sí se grabó allí no fue de miedo sino una comedia familiar: Más barato por docena, protagonizado por Steve Martin.
Al comprarla, la tatuadora mostró en sus historias de Instagram cómo la decoró paso a paso. En sus redes sociales compartió con sus ocho millones de seguidores la grifería dorada para la cocina, las lámparas de araña, esculturas de ángeles y hasta las maderas talladas para colocar en cada habitación. Después de unos años de vivir allí decidió poner la mansión en el mercado. Su precio de publicación asciende a los US$15 millones.