El director general de L.J. Ramos anticipa lo que viene en el mercado inmobiliario
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El mercado inmobiliario no da tregua. Viene del peor año de su historia y atraviesa otro colmado de incertidumbre. La buena noticia es que el avance del coronavirus incentiva a tomar decisiones. En otras palabras, la pandemia no deja espacio para más postergaciones. Desde esa mirada, los brokers inmobiliarios son optimistas. “En el mercado residencial, la gente está tomando decisiones, se está aventurando”, afirma Diego Cazes, director general de L.J. Ramos.
- ¿Cree que la tendencia de instalarse en las afueras de la Ciudad se consolidará?
- La gente de zona Norte no vuelve al centro porque está todavía aún el temor. Lo que si creo que se dará en algún momento es que la gente volverá cuando empiecen a visualizar y sentir que estar cerca sirve. Hoy el centro porteño es casi la enfermedad, es volver a encerrarse, la gente está muy angustiada con lo cual yo siempre digo que hoy, como nunca, las personas se están moviendo por el deseo y éste es hacia lo verde. Igual tengo que reconocer que el mercado residencial que nosotros manejamos en Recoleta y Palermo se está moviendo bien.
- ¿Cómo lo justifica?
- Porque hay una rotación dentro del mismo barrio, no es que vienen de zona Norte al centro, al contrario, nosotros estamos yendo del centro para zona Norte, de hecho abrimos una sucursal en Pilar porque cada vez hay más consultas por propiedades en las afueras de la Ciudad. Y en el centro lo que está pasando es que la gente se muda a un departamento con una mejor terraza, busca estar más cerca de una plaza. Hay mucho movimiento en ese sentido.
- ¿Cuánto se revalorizaron las propiedades que tienen una terraza y balcón?
- No tengo exactamente la cifra, pero las unidades que más subieron son las que tienen terrazas mientras que las del centro quedaron con los valores de venta paralizados o incluso bajaron. Por ejemplo, todo el corredor Norte aumentó de precio y cuanto más verde, más subieron. Sin duda el producto estrella fueron los terrenos, y curiosamente, aquellos invendibles ubicados en zonas alejadas, que hasta hace unos meses se vendían a US$20.000 triplicaron su valor. En cambio, los que ya tenían un alto precio, tuvieron subas más moderadas. En Puertos por ejemplo, en un barrio como Riberas los precios de terrenos que estaban US$85.000 se venden en US$350.000. El mercado comercial en cambio está muy afectado y nos estamos preparando para que cuando pase todo esto, salir con la mayor cantidad de productos. Los locales comerciales se mudan y se ocupan en zonas barriales, pero las grandes cadenas todavía no se movieron.
- ¿Cuáles son los tickets que se están cerrando en el residencial?
- Depende del lugar, en San isidro se están moviendo las casas de entre US$300.000 y US$500.000; en Nordelta, las que se ofrecen entre US$4000.000 y un millón de dólares. Por ejemplo, en San isidro, una zona con escasa oferta de barrios cerrados, la oferta de casas defiende los valores de venta, pero en zonas como Pilar, nadie quiere mudarse fuera de un barrio cerrado.
- ¿La fiebre del verde llegó para quedarse?
- Creo que sí aunque hay que ver qué pasa en el futuro porque el home office al 100% no llegó para quedarse. Tal vez, cuando esta pandemia pase, la gente trabajará de su casa el 30% de su tiempo. Lo que sí creo que sucederá es que las compañías se van a diversificar a distintas zonas y ganaron protagonismo las famosas oficinas satélites, entonces vas a tener un proyecto en Nordelta, otro en el centro y ya hay algunas empresas que nos están pidiendo esas búsquedas. Un cliente -por ejemplo- nos pidió una búsqueda en Puerto Madero, otra en San Isidro y otra en Barracas, donde esté el polo tecnológico, para instalar oficinas. Las compañías están haciendo los planos para saber dónde vive su gente y definir las nuevas locaciones de trabajo, ésta también será una forma de retenerlos. En definitiva, están acercando la oficina al empleado y no al revés como era antes de la pandemia.
Yo no considero que se vaya a vaciar toda Buenos Aires, van a aparecer edificios satélites y se va a reducir la población que viaja en transporte público, habrá cambios. Lo que sí sucederá es que durante bastante tiempo quedarán oficinas desocupadas, pero después va a suceder lo que naturalmente pasa siempre: las empresas crecen, toman gente y absorben metros cuadrados. Naturalmente hay una absorción anual de 120.000 metros cuadrados reales, netas de crecimiento, es decir, que el mercado pide no menos de esa cantidad de superficie en tiempos normales por año. Las empresas necesitan de lugares más sanos, con lo cual no va a quedar vacío el centro. Ya hay casos de edificios que eran oficinas y ahora se están reconvirtiendo en residencial en el microcentro.
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