La Internet de las cosas modifica desde los procesos industriales hasta la funcionalidad de los hogares; cómo será el desarrollo disruptivo
Si bien la Internet de las cosas –IoT por sus siglas en inglés– está inundando todas las etapas del sector inmobiliario, desde el uso a nivel urbano, pasando por el industrial hasta los hogares, cada vez tiene una presencia mayor en este último espacio. Según publicó la consultora especializada Gartner, “los edificios inteligentes serán los usuarios más grandes de la Internet de las cosas a nivel global hasta 2017. Luego, los hogares inteligentes tomarán la delantera con más de 1000 millones de objetos conectados hacia 2018”.
Con la ayuda de sistemas operativos e inteligencia artificial, las casas conectadas prometen facilitar la rutina de sus habitantes. En la Argentina todavía no es una herramienta masiva, pero en mercados como el estadounidense existen diferentes tipos de “asistentes” que ayudan a manejar distintas funcionalidades del hogar. Tanto Amazon como Google lanzaron sus versiones -Amazon Echo y Google Home- y otras startups se aventuraron en el segmento.
Una de ellas es Josh.ai, un sistema de control por voz para el hogar que, por ahora, se comercializa en los Estados Unidos, principalmente para casas con varias habitaciones. El dispositivo también permite el acceso remoto: de esa manera, por ejemplo, sus usuarios podrían pedir que se encienda la calefacción antes de llegar al hogar.
Entre otras funciones, controla termostatos, luces, persianas, cámaras de seguridad, entretenimiento y puertas. “Para tenerlo, se paga un hardware de unos US$ 2500 más un fee por el software, dependiendo de cada vivienda. Josh descubre todos los dispositivos conectados en la red local de un inmueble y los aúna en un solo centro de control”, indica Alex Capecelatro, cofundador y CEO del emprendimiento.
La idea, además, es que con el uso el dispositivo “aprenda” y conozca las preferencias y los tiempos de sus usuarios. “Es un cambio radical: facilita la cotidianidad, pero además ayuda mucho a personas con discapacidad”, agrega, y concluye: “Creemos que, si se piensa en la ciencia ficción como inspiración y horizonte, la casa va a estar cada vez más integrada y conectada en la vida diaria”. Quizás las predicciones de los Supersónicos allá por los 60, o las imágenes de un futuro no tan lejano que propone la serie británica Black Mirror no sean tan irreales.
Un sector aletargado
“Ya viene la disrupción, la estamos viendo, y nadie está haciendo nada al respecto”, dijo, un tanto desesperado, Carlos Muñoz, autor del libro El futuro del real estate y cofundador de la consultora de innovación inmobiliaria 4S, con sede central en México y representación en la Argentina.
Para Muñoz, el problema principal es que los desarrolladores inmobiliarios “siguen sintiéndose constructores”, pero deberían comprender que “son empresas de tecnología que esporádicamente crean inmuebles”. Afirmó que la mayoría de las nuevas ideas provienen de startups porque los grandes jugadores no invierten lo suficiente en investigación y desarrollo.
El experto es uno de los organizadores del Latin American Real Estate Tech Summit, celebrado anualmente en Miami y, a pesar de sus críticas al aletargamiento del sector, destacó algunos desarrollos que le resultaron clave para comprender las tendencias del futuro. Una de ellas fue la utilización de realidad virtual para mejorar la preventa de emprendimientos de pozo y la creación de herramientas para no solo poder recorrer la “foto 360º” sino zambullirse por completo en la propiedad y poder, por ejemplo, “abrir puertas” o caminar espacios.
“Hay mucho por desarrollar y todavía estamos apenas arañando”, observa. Explica que, en el futuro, la tecnología calará tan hondo que los edificios serán construidos de manera “flexible” para poder adaptarse a nuevos desarrollos. “Directamente, las propiedades estarán preparadas para el futuro”, concluye.
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