El avance del enoturismo en el país genera alternativas hoteleras cerca de los viñedos. Muchos de los visitantes son del exterior
Poco a poco gana más espacio en las principales zonas vitivinícolas de nuestro país la posibilidad de que la gente no sólo visite las bodegas, sino que también pueda hospedarse en el lugar y así recorrer, degustar los vinos y aprender acerca de esta producción que tiene tanta presencia en nuestro país como en los mercados internacionales.
Lo que muchos llaman enoturismo es una tendencia que se da en varios países donde la elaboración del vino es muy importante. "Empezó a desarrollarse con fuerza en la Argentina a fines de los años 90 y creció exponencialmente en los últimos dos o tres años debido al alto poder adquisitivo de quienes lo practican. Es particularmente interesante ya que viene acompañado no sólo de desarrollos inmobiliarios, sino de inversiones en infraestructura, hotelería, restauración y otras actividades de recreación como el golf, el esquí, o los spa, por ejemplo", resume Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers.
En nuestro país ya se calcula que existen 17 establecimientos, también conocidos como hoteles de vino o wine resorts. Están ubicados entre las provincias de Neuquén, Mendoza, La Rioja y Salta. Si bien el número es significativo, aún dista mucho de los 46 que hay en España, los 33 de Sudáfrica, los 65 de Italia, o los 50 de Estados Unidos, en zonas como Napa Valley, en la región de California.
Damián Azagra, CEO del portal www.argentinawinehotels.com , que se encarga de promocionarlos y comercializarlos tanto en el país como en el mundo, comenta cómo se originaron: "Surgieron como pequeñas posadas que brindaban servicios básicos a los importadores y distribuidores de vinos que iban a comprar a las bodegas y se alojaban en ellas. Con el tiempo, algunas bodegas vislumbraron una buena fuente de ingresos detrás de estas posadas ofreciendo, además, realizar actividades relacionadas con la vitivinicultura en escenarios de gran belleza paisajística."
En su mayoría tienen restaurante o un bed and breakfast para reforzar las visitas a la bodega, salones de cata y vinoteca. "En muchos casos se ofrecen alternativas que van desde los tratamientos de belleza en spa hasta cabalgatas por la zona. Pero el eje siempre gira en torno del vino y la gastronomía, algunos incluso ofrecen programas para que la gente participe de actividades en la bodega o de la cosecha", dice Nicolás Lang, gerente de la división Emprendimientos de L. J. Ramos Brokers Inmobiliarios.
Este negocio tiende a propagarse; cada vez son más las bodegas que ven la importancia del turismo del vino y deciden abrir museos, un centro de visitas, un shop de ventas. En nuestro país están próximos a abrir aproximadamente cuatro o cinco nuevos hoteles de vino.
Al Norte
Entre los ejemplos actuales se encuentran la Estancia y Bodega Colomé, en la calle Molinos al 4400, a la altura del km 20 en la ruta provincial Nº 53, y Viñas de Cafayate Wine Resorts, sobre 25 de Mayo, Camino al Divisadero, Cafayate, ambas en la provincia de Salta.
Malena Mazzoni, socia gerente de Viñas de Cafayate, comenta que el hotel abrió en julio de 2005: "Posee 10 habitaciones estándar dobles de 30 m2, y dos habitaciones de lujo denominadas Cabernet y Torrontés. El acceso se hace por las galerías internas del patio colonial donde se encuentra una amplia fuente. A su vez, dichas habitaciones tienen salida a una amplia galería-balcón con maravillosas vistas de los viñedos, los cerros de granito y la Quebrada de Cafayate."
El costo de las habitaciones ronda entre 140 y 150 dólares, y se trata de mantener el precio durante todo el año. Al lugar, según Mazzoni, concurre un 60 por ciento de extranjeros, de Francia y Alemania, en su mayoría, y el resto es nacional.
En Colomé, el hotel trazado sobre 39.000 hectáreas cuenta con la bodega más antigua del país, construida en 1831, y también posee otro hito: "Las vides francesas de Malbec prefiloxera y Cabernet Sauvignon se plantaron en 1854. Son los viñedos más altos del mundo, ya que se encuentran a 2200-3002 metros sobre el nivel del mar. Los viñedos de Colomé se cultivan en forma biodinámica. Y los vinos tintos Malbec de gran altura son potentes, intensos y de color oscuro".
La bodega, construida en 2005, con equipamiento de vanguardia, tiene una capacidad de 1,3 millones de litros. También posee un depósito para barricas y mercaderías en cajas. Y para su realización, que suma taller, turbina, granja, entre otras áreas, se invirtieron 20 millones de dólares entre la bodega y la estancia.
En un próximo paso se construirá el centro de informaciones para visitantes y el negocio de la bodega, como también el bar de vinos y cine, que proyectará películas sobre la producción y el arte contemporáneo, abrirá al público en un futuro cercano.
Posee canchas de tenis, putting green de golf y sector para cabalgatas. Las habitaciones parten de 258 dólares, y son de 42 m2 con amplios balcones.
Otra de las propuestas norteñas, pero en la provincia de La Rioja es la Posada Chañarmuyo Estate, a la altura del km 15 de la ruta provincial 39, sobre el Camino al Dique s/n, localidad de Chañarmuyo.
La finca consta de 800 hectáreas y la posada ofrece 10 habitaciones en suite, dobles, matrimoniales y triples, que pueden transformarse en matrimoniales. Los precios de los espacios parten de 67 dólares más IVA.
En el restaurante del lugar se sirven platos regionales y tablas de quesos. La posada refleja fielmente a esta bella zona riojana, que sorprende al desprevenido turista que no imagina encontrar vistas de tanto impacto y presencia multicolor. "Todo comenzó a fines de 1999, cuando el empresario Jorge Chamas se sintió tentado por ese rincón de la geografía árida de La Rioja. A partir de la visión de este emprendedor, y con la ayuda de todos los pobladores de la zona, en el lugar donde se emplazaba una antigua finca de frutales abandonada tras la muerte de su dueño, comenzaron a tomar forma la bodega y los viñedos San Gabriel, junto con una posada de diez habitaciones", reseña Azagra.
Por Cuyo
Mendoza, tierra vitivinícola por excelencia, propone sus hoteles de vino. Uno de los ejemplos es Algodón Wine Estates Viñas del Golf, en el km 674 de la ruta nacional Nº 144, en San Rafael, que posee 550 m2 de superficie cubierta y se inauguró en 2006.
Para su apertura se invirtieron más de 600.000 dólares. "Es muy visitado por el público ABC1 nacional e internacional, enófilos y golfistas", describe Diego Coll Benegas, gerente de turismo del establecimiento.
Tiene una bodega boutique que produce unos 100 mil litros al año. "El 100% de nuestro vinos pasan por madera y toda la uva proviene de nuestra finca, que entre otras plantaciones tiene 120 hectáreas de viñedos, la uva insignia es la bonarda, con una plantación de 60 años, con la que cortamos casi todos nuestros vinos", agrega Coll Benegas. El hotel cuenta con solárium, restó, proshop del golf, sala de reuniones en la bodega y driving range.
Finalmente, en Maipú, se halla el Club y Bodega Tapiz, sobre Pedro Molina s/n y Russell, cerca de la ruta provincial 60.
Está distribuido en una residencia construida en 1890, rodeada por 10 hectáreas de viñedos. La casa fue restaurada conservando su estructura de villa del Renacimiento y conservando elementos de la época, como el patio y los pisos de madera de pino, la conexión natural con el entorno y la magnífica vista de la cordillera de los Andes.
Este pequeño hotel de lujo ha ganado la medalla de oro, en la categoría de Alojamiento, que otorgó recientemente el Comité Mendoza de la Red Global Great Wine Capitals. Este premio permitirá a Club Tapiz competir con otras ciudades del mundo en el Gran Premio de las Great Wine Capitals y representar a nuestro país en este certamen internacional con objeto de promover la provincia de Mendoza como destino turístico en todo el mundo. Es miembro de N/A Town & Country Hotels, y entre los servicios posee sala de estar, jardín, galería, piscina, pulpería, business center y spa.
Todas las habitaciones cuestan 150 dólares. En su mayoría lo visitan turistas extranjeros.