Crece la ocupación de locales con marcas y servicios no habituales, aunque la concurrencia aún no es la deseada
Los locales de los shoppings que estaban vacíos dejan de estarlo, las marcas vuelven a ocuparlos, algunos rubros sorprenden, los pop ups crecen y hay etiquetas que siempre quisieron estar en un centro comercial que hoy pueden lograrlo. Entonces, el panorama es alentador. Tras siete meses de cierre total y a seis meses de su reapertura, los shoppings muestran una buena recuperación de la ocupación.
Gracias al gran esfuerzo de la industria y de los comerciantes, muchos locales que habían quedado vacantes durante la pandemia vuelven a estar ocupados. Los operadores de los centros comerciales durante todo este tiempo brindaron apoyo a sus locatarios y sumado a la llegada de nuevas marcas que apuestan a la recuperación y el crecimiento de la actividad, el resurgimiento de los shoppings es posible y real.
“En lo peor de la pandemia, y a la fecha de reapertura en el AMBA (14 de octubre), teníamos un nivel de vacancia de hasta 25% en muchos shoppings; hoy podemos decir que estamos en 10% promedio, con algunos shoppings con plena ocupación”, dice Mario Nirenberg, director ejecutivo de la CASC (Cámara Argentina de Shoppings Center).
Entre los locales recientemente ocupados, hay nuevos rubros que ya se ven en los centros comerciales que antes de la pandemia tenían una presencia nula o limitada, como por ejemplo concesionarias de autos, marcas de diseño y decoración, cuidado personal y estética, bancos, gimnasios, centros médicos y espacios gastronómicos premium.
Sergio Dattilo, Gerente de Relaciones institucionales de IRSA, afirma que “el rubro principal de la industria siempre fue la indumentaria pero curiosamente están entrando rubros que antes no teníamos y eso ayuda al concepto de one stop shopping: la posibilidad de encontrar en un shopping todo tipo de compras y servicios. Para el DOT estamos en negociaciones con una empresa de medicina privada para instalar un centro de atención en el sector que dejó vacante Walmart. Hay oportunidades para marcas que siempre quisieron estar en shoppings y antes no podían y también hay pop ups que son un éxito, como el de Louis Vuitton en Patio Bullrich que es un despacho constante de productos para quienes ya no viajan al exterior a hacer sus compras de grandes firmas”.
Volvieron los locales, ¿y el público?
“Las reaperturas de cines, juegos infantiles y espacios gastronómicos, la incorporación de nuevos rubros y la necesidad de la gente de recuperar actividades, contribuyó a que el público vuelva”, afirma Nirenberg.
Según un informe realizado por la CASC, hoy se verifica un buen flujo de público (en especial los fines de semana), siempre dentro de los aforos establecidos y cumpliendo los más estrictos protocolos de seguridad e higiene. “Podemos afirmar que estamos mucho mejor que cuando reabrimos pero la situación aún dista de ser ideal porque el público no ha regresado totalmente. Somos optimistas de que pronto lograremos volver a buenos niveles de consumo”, manifiesta Nirenberg.
Por su parte, Dattilo suma datos concretos sobre la vuelta del público que aún no llega a ser el volumen deseado: “Los shoppings no están explotados de gente, quien diga eso no es cierto. El aforo que permiten las autoridades es del 50% y estamos teniendo una concurrencia promedio de la mitad de lo permitido. Patio Bullrich depende mucho del turismo y junto con Alto Comahue suelen alcanzar un 30% de lo autorizado, Alto Palermo un 70% de lo permitido. Ninguno llega todavía ni a la mitad de su capacidad, estamos muy por debajo. En Abasto el aforo es de 4000 personas y no superamos las 1800”. Frente a esta realidad, el ejecutivo de IRSA afirma que “está buenísimo que los locales hayan empezado a ocuparse, pero aún eso no se acompaña con la vuelta de la gente a los shoppings”.
¿Es un shopping una zona de riesgo?
“Si hablamos del cuidado de la salud, es un hecho comprobado científicamente que estar activo contribuye a ello. En esto se enmarca disfrutar de tiempo libre, pasear en familia, recuperar las actividades habituales pre-pandemia, etc. Ningún otro lugar garantiza los cuidados y las seguridades que pueden ofrecer los shopping centers: mantenemos los aforos máximos, la toma de temperatura, los dispensers de alcohol en ingresos y pasillos, las indicaciones de circulación, el número máximo de clientes por local, la limpieza constante de espacios comunes, etc.”, aseguró Nirenberg.
Esto se verifica en los estrictos protocolos que se aplican en los shopping centers, que aportan tranquilidad respecto a los cuidados para el público y los trabajadores del sector, tanto los propios de los shoppings como los de los locatarios que los ocupan.
“Lo que más queremos es cuidar a la gente, a los empleados, a todos”, afirma Dattilo. “Yo considero que un shopping es menos riesgoso que una ferretería donde hay cinco personas haciendo cola para entrar, no te toman la fiebre, no están limpiando constantemente después de que cada cliente sale, ni están los cuidados que sí tenemos en nuestros centros comerciales”.