Aunque los dos bienes seguían la misma tendencia de aumento, con las devaluaciones esa lógica se rompió
Comprar una camioneta o invertir en metros cuadrados, ¿qué inversión resulta mejor negocio? Para algunos, la comparación puede sonar rebuscada pero lo cierto es que los trabajadores del agro suelen realizar este paralelismo a la hora de definir dónde destinar sus ahorros. Es que se trata de dos bienes que los productores apuntan a comprar con el resultado de su cosecha año tras año.
De hecho ya hay consultores del mercado inmobiliario que analizan con detenimiento la evolución de los valores. Por caso, en el Monitor Inmobiliario que realiza Daniel Bryn, titular de Invertiré Real Estate, se cruzan la evolución de ambas variables: por un lado, el precio actual de venta del m² de un departamento promedio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y, por el otro, el valor de una camioneta Toyota Hilux 4x4, ambos en dólares. “Viví varios años en el interior del país, en el núcleo sojero de Argentina y era habitual para las personas que trabajaban del agro hacer la comparación año tras año de cuánto cuesta cambiar la chata y cuánto comprar un departamento”, indicó el especialista en diálogo con LA NACION.
En números, el precio de ese tipo de camioneta gira en torno a los US$22.859 y el del m² de un departamento en CABA asciende a US$2481. Es decir, por los mismos dólares que cuesta la famosa “chata”, una persona podría pagar apenas nueve m².
“Es interesante ver cómo, desde 2002 hasta 2017, los aumentos de ambos fueron similares, seguían la misma tendencia, subían uniformemente. Luego, en 2017, se rompió esa lógica y con las devaluaciones la chata comenzó a bajar más rápido que el m²”, explicó Bryn. Aunque se trata de dos bienes distintos, indicó que, para la gente del agro, uno es “una herramienta de trabajo” mientras que el otro funciona generalmente como “una forma de ‘ahorrar’ en dólares y obtener una renta con el tiempo”, ya sea a través del alquiler o de la apreciación del inmueble a futuro.
Al hacer un análisis de los últimos 20 años, se observa que el valor de la camioneta bajó un 25%, mientras que el del metro cuadrado aumentó un 136%, aunque el de construcción cayó aún más que el del vehículo, llegando a un 36%. “La chata y el m² de construcción van de la mano, tienen la misma lógica de incrementos y disminuciones, pero el m² terminado no, no baja tanto ni tan rápido como los otros dos”, indicó Bryn.
Para el especialista, ese dato explica parcialmente el escenario del mercado inmobiliario actual. La cantidad de avisos publicados de venta bate un récord cada semana, con los departamentos a la cabeza: hoy hay más de 111.000 unidades en venta y no se vislumbra una baja importante en los precios. “No sigue la misma ‘lógica’ de otros bienes”, precisó. En cambio, tanto la camioneta como el m² de construcción, “se mueven más por la oferta y la demanda, necesitan vender porque tienen componentes importados y les impactan las devaluaciones”. Según Bryn, ambos se “ajustan” a la realidad más rápidamente y con los inmuebles no sucede lo mismo.
En conclusión, tanto la camioneta como el departamento son bienes en los que habitualmente los productores invierten el fruto de su trabajo. El vehículo, como una herramienta y el inmueble, para resguardar las ganancias de su actividad. “Más allá de algunos altibajos en el tiempo, el ladrillo es un buen resguardo de valor y la chata, por su uso y por ser un bien que cambia constantemente, pierde su valor en el tiempo, genera más gastos y no da ingresos”, analizó Bryn. “Aunque hoy es más barato adquirir un vehículo, es una compra por gusto o necesidad, mientras que comprar un inmueble es hacer una inversión que apunta a canalizar los excedentes y ganar a largo plazo”, sintetizó.