El furor de los créditos UVA entre 2017 y 2018 generó que más de 100.000 familias decidieran endeudarse con el objetivo de acceder a la vivienda propia. “El sistema UVA generó muchísima expectativa y mucha gente salió a buscar un crédito porque se abrió una ventana de oportunidad para acceder a la casa propia en un país donde no se puede. En 2017 se firmaron miles de créditos por mes, que es algo que jamás había ocurrido. Fue un momento de muchos préstamos, concentrados en muy pocos meses”, consideró Federico González Rouco, economista especializado en vivienda.
Sin embargo, en pocos años esta herramienta casi que desapareció. En diciembre se registraron 332 compraventas con hipotecas en la provincia de Buenos Aires -una caída del 29,5% interanual- y, si se suman todas las operaciones de este tipo que se realizaron en 2020, la cifra escala hasta las 2200 transacciones -un desplome del 60,5% frente al 2019-, de acuerdo con el Colegio de Escribanos bonaerense. Sin embargo, si se compara solo con diciembre de 2017, la diferencia es abismal: en un mes se llegaron a realizar 4960 compraventas con estas características. Está claro que el furor de 2017 fue desvaneciéndose hasta la actualidad.
En la ciudad de Buenos Aires la situación fue similar. En diciembre pasado se firmaron 125 escrituras con hipoteca bancaria -una merma del 51,5% interanual- y, si se suman todas las operaciones de este tipo que se realizaron en 2020, la cifra escala hasta las 1092 transacciones -64% abajo en relación al 2019-, según el Colegio de Escribanos porteño. En comparación, únicamente en diciembre de 2017 se firmaron 2364 escrituras con crédito.
“Las poco más de mil operaciones con crédito en todo el año reflejan que la hipoteca activa al mercado inmobiliario y que es una necesidad reconstruir estas herramientas de la economía. Esperamos y trabajamos para que 2021 sea mejor”, apuntó Carlos Ignacio Allende, presidente del Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires.
¿Por qué desaparecieron?
De acuerdo con las fuentes del sector, los créditos desaparecieron del mercado inmobiliario porque “el propio sistema fue el que se reguló”. No fueron las entidades financieras las que dejaron de otorgarlos, sino que dejó de ser una herramienta atractiva para los hipotecados. “No hubo más tomadores de crédito porque aumentaron las tasas y se devaluó el peso. Entonces, con un crédito cada vez más alto, empezó a haber una menor cantidad de gente con la capacidad de endeudarse”, explicó José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.
Actualmente los créditos UVA se encuentran congelados desde septiembre de 2019 por decisión del Gobierno nacional. Pero, a partir del primero de febrero próximo, las cuotas percibirán un aumento de entre el 6% y 9%. “A nivel nacional se plantea un esquema de convergencia a 18 cuotas para atenuar el salto que debería haber por todo lo acumulado hasta el momento. De todas formas, a finales de este año va a haber una suba del 65% si se tiene en cuenta una inflación del 36% como lo fue en el 2020. Y, a lo largo de los 18 meses, el incremento va a llegar al 150 o 160%. Si el salario sigue perdiendo frente a la inflación, como ocurrió en los últimos cuatro años, los créditos son inviables”, aseveró Marcelo Mercere, abogado e integrante del colectivo de Hipotecados UVA.